Actinomicosis


La Actinomicosis es una enfermedad crónica sistémica caracterizada por la formación de abscesos profundos y voluminosos que expulsan un pus granular claro a través de varios orificios. La enfermedad es de distribución mundial pero se observa con mayor frecuencia en personas que habitan en zonas rurales. No se transmite de persona a persona, ni tampoco de los animales al hombre ya que sus especies son específicas. El germen causal de la actinomicosis humana es el A. israelii, poblador normal del intestino y la boca.

La enfermedad se desarrolla tras la producción de una lesión hística, por lo general en presencia de otro microorganismo infeccioso. Se diagnostica por la identificación microscópica de los denominados «gránulos de azufre», patognomónicos de Actinomyces en el pus.

Existen tres formas principales de actinomicosis.

Actinomicosis cervicofacial

Actinomicosis Glosario Médico

Se produce como consecuencia de la diseminación de la bacteria en los tejidos subcutáneos de la boca, la garganta y el cuello debido a una infección dental o amigdalar. El proceso comienza con la aparición de una zona hinchada y dura sobre el ángulo de la mandíbula y el cuello cuya consistencia va aumentando a la vez que se forman trayectos fistulosos que drenan pus hacía la piel. Curiosamente estos abscesos son muy poco dolorosos a pesar de que asientan profundamente y afectan al hueso mandibular.

Actinomicosis torácica

Quizá represente la proliferación del microorganismo procedente de abscesos cervicofaciales y esofágicos aunque también puede deberse a la inhalación bronquial de la bacteria. La infección se disemina a través de los pulmones para alcanzar la pleura o a través del esófago hacia el mediastino, en cuyo caso se afectan las costillas, el corazón y los grandes vasos. Esta forma de enfermedad se caracteriza por fiebre, tos, fístulas que drenan pus, pérdida de peso, sudoración nocturna y en raras ocasiones, derrame pleural.

Actinomicosis abdominal

Puede aparecer tras un proceso inflamatorio agudo del estómago o los intestinos, como por ejemplo una apendicitis, un divertículo del intestino grueso o una perforación gástrica. Se palpa una gran masa y en la ingle u otra zona aparecen fístulas sinuosas que drenan pus procedente de los abscesos situados en la profundidad del abdomen. En raras ocasiones se produce una forma pélvica de actinomicosis abdominal tras la colocación de un dispositivo intrauterino anticonceptivo (DIU).

Tratamiento

Todas las formas de actinomicosis se tratan con dosis grandes de penicilina inyectada diariamente durante al menos 6 semanas. A veces es necesario extirpar quirúrgicamente o abrir y drenar los abscesos profundos y grandes. La actinomicosis abdominal se cura en el 40 % de los casos, la torácica en el 80 % y la cervicofacial en el 90 %.

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