Anemia


La Anemia es un trastorno que se caracteriza por la disminución de la hemoglobina sanguínea hasta concentraciones inferiores a los límites normales. Según la clasificación fisiopatológica, la anemia es la consecuencia de tres procesos fundamentales: disminución de la producción de hemoglobina o de hematíes, aumento de la destrucción de hematíes o pérdida de sangre. En otros sistemas de clasificación morfológica diferentes, se describe la anemia de acuerdo con el contenido de hemoglobina de los hematíes (normocrómica o hipocrómica) y por las diferencias de tamaño de éstos (macrocítica, normocitica o microcítica).

Según su gravedad, la anemia puede ir acompañada por algunos o todos los hallazgos clínicos de una serie que se derivan directamente de la disminución de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. Entre ellos figuran:

Anemia Nutrición y Dietética

También pueden presentarse anorexia y dispepsia, palpitaciones, taquicardia, dilatación cardiaca y soplos sistólicos. Para realizar un tratamiento racional de la anemia es requisito indispensable conocer su físiopatologia, incluyendo el hecho de que la deficiencia de hierro es, con mucho, el factor causal más frecuente. Los análisis concretos se orientan, en primer lugar, hacia este tipo de anemia. Pueden ser necesarios otros estudios de laboratorio para determinar la presencia de formas menos corrientes.

La respuesta terapéutica a la anemia es muy variable y depende de los factores causales concretos implicados. Una anemia de moderada a grave, con cifras de hemoglobina inferiores a 7-8 g/100 ml, puede necesitar una transfusión de una o más unidades de sangre, sobre todo si la situación es aguda y se acompaña de signos clínicos concretos. Según el tipo de anemia, el tratamiento tiende a proporcionar suplementos del componente que falta, eliminando la causa de la pérdida sanguínea o reduciendo el elemento hemolítico. Esto último puede implicar la administración de corticosteroides suprarrenales o, posiblemente, obligar a una esplenectomía. Por lo general, se repiten a intervalos los análisis de laboratorio y otras exploraciones adecuadas para controlar la respuesta, ver la necesidad de continuar el tratamiento y observar el grado de recuperación de las cifras normales.

Los rangos de normalidad son muy variables en cada población, dependiendo de factores ambientales (nivel sobre el mar) y geográficas. A nivel del mar encontraremos valores mínimos, y a gran altura los valores deberán ser más altos (la menor presión parcial de O2 obliga al organismo a optimizar su transporte). Además, vemos variaciones de sexo, observando valores menores en mujeres (posiblemente por la pérdida de eritrocitos y contenido sanguíneo en cada ciclo menstrual). En general puede establecerse como normal para un hombre un hematocrito entre 40 y 50%, hemoglobina entre 13 y 18 g%, y para una mujer: hematocrito entre 37 y 40%, y hemoglobina entre 12 y 16 g%. Los síntomas y signos de la anemia se correlacionan con su intensidad, su rapidez de instalación y el sitio donde se produce. En cuanto a su rapidez de instalación puede ser aguda o crónica, siendo la primera más dramática, ya que la crónica permite una paulatina adaptación. Otros factores influyentes en el cuadro sintomático son la edad, el estado nutritivo, cardiovascular y respiratorio.

Los síntomas que se observan en la anemia aguda se denominan síndrome anémico, e incluyen:

palidez, astenia, adinamia, palpitaciones y disnea de esfuerzo. Frecuentemente y sobre todo en las anemias severas se observa esplenomegalia, hepatomegalia, petequias, equimosis, ictericia. También puede incluir síntomas propios de otros sistemas, como cardiovascular (taquicardia, disnea de esfuerzo marcada, angor, claudicación intermitente), digestivo (dispepsia, disfagia, anorexia, diarrea) o neuropsiquiátrico (parestesias, mareos, depresión, cambios de carácter como irritabilidad, mal humor).

Tratamiento

Para ser capaz de tratar exitosamente un síndrome anémico, debe caracterizarse, y establecerse su etiología, y para ello se debe estudiar a fondo las características de los glóbulos rojos, de los reticulocitos, leucocitos y plaquetas que circulan en la sangre mediante un hemograma, y las características de las series hematopoyéticas mediante un mielograma. Éste no es indispensable, generalmente un médico capacitado logra clasificar una anemia sólo con el cuadro sindromático y el hemograma. De acuerdo a todos los factores mencionados, las anemias pueden clasificarse en diferentes grupos.

Tipos de Anemia

Califica este Artículo
0 / 5 (0 votos)

Categoría: Nutrición y Dietética.




Deja una respuesta