Anestesia local


Administración directa de un anestésico local sobre un tejido para provocar la ausencia de sensaciones en una pequeña región del organismo. Las intervenciones dentales o quirúrgicas graves constituyen las indicaciones más frecuentes de la anestesia local.

El anestésico puede aplicarse tópicamente sobre la superficie de la piel o una mucosa o inyectarse subcutáneamente a través de un habón intradérmico. Las principales limitaciones de la anestesia local son la incidencia de reacciones alérgicas frente a determinados agentes y la ocasional resistencia que muestran algunos pacientes frente al efecto anestésico. Sus ventajas son su bajo costo, la facilidad de ‘su administración, su baja toxicidad y la falta de riesgos que comporta, ya que el paciente puede cooperar y no precisa asistencia respiratoria ni intubación.

Para evitar la anestesia general algunas interven­ciones quirúrgicas importantes se realizan ocasionalmente bajo anestesia local. En estos casos los tejidos se anestesian capa por capa a medida que el cirujano va llegando a las estructuras más profundas del organismo; sin embargo la anestesia general ha sustituido en gran medida a este procedimiento. En todos los casos la dosis recomendada de cualquier agente es la mínima posible para conseguir el efecto deseado ya que la toxicidad guarda una relación directa con la cantidad total de fármaco administrado más que con la cantidad inicial o la concentración del agente.

Cada anestésico tiene además una dosis máxima permisible recomendada que no puede excederse sin riesgos.

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Categoría: Anestesiología.




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