Aneurisma cerebral
ANEURISMA CEREBRAL (cerebral aneurysm) Dilatación anómala y localizada de una arteria cerebral casi siempre debida a la debilidad congénita de la capa media muscular de la pared del vaso. Puede deberse también a infecciones, como la endocarditis bacteriana subaguda o la sÃfilis, neoplasias, arteriosclerosis y traumatismos. Se localizan más frecuentemente en las arterias cerebral media, carótida interna, basilar y cerebral anterior, en especial en las zonas de bifurcación.
Pueden hacer su aparición a cualquier edad, desde la lactancia hasta la senectud, y pueden ser dilataciones fusiformes de la totalidad del contorno de una arteria o protrusiones saculares de un lado de la pared. Su tamaño es muy variable y va desde el de una cabeza de alfiler hasta el de una naranja pero por lo general suelen ser del tamaño de un guisante.
Dependiendo de su tamaño y localización, los aneurismas cerebrales pueden producir cefalea, adormecimiento, confusión, vértigo, debilidad facial, trastornos visuales, rigidez de cuello y monoplejia o hemiplejia. Como aproximadamente la mitad de los casos de aneurismas cerebrales se rompen, hay que controlar estrechamente al paciente para ver si presenta signos de hemorragia subaracnoidea y aumento de la presión intracraneal. Los aneurismas de menos de un cm de diámetro rara vez sufren rotura.
El paciente debe guardar reposo en cama con la cabecera elevada 45°, en un ambiente tranquilo y oscuro. Pueden administrársele fármacos antifibrinolÃticos, analgésicos, anticonvulsivos, antieméticos, antihipertensivos y esteroides junto con lÃquidos parenterales. Hay que controlar con frecuencia el pulso, la presión arterial, la respiración y el estado neurológico del paciente y comunicar inmediatamente cualquier cambio brusco en la presión arterial o la respuesta pupilar. La cefalea suele meÂjorar con la aplicación de una bolsa de hielo y en algunos casos está indicada la hipotermia o enfriamiento para reducir el flujo en sangre al cerebro y disminuir asà el riesgo de rotura del aneurisma.
La enfermera debe cambiar suavemente de posición al paciente cada dos horas y en muchos casos tiene que alimentarlo. Para mantener su función motora debe realizarle ejercicios pasivos en las extremidades. En algunos casos se practica una punción lumbar, que puede poner de manifiesto la rotura del aneurisma si se obtiene sangre en el lÃquido cefalorraquÃdeo y una angiografÃa para descubrirla loalización de la lesión; el medio de contraste de la angiografÃa puede inyectarse en la arteria carótida pero se suele preferir la arteria femoral ya que existe menos riesgo de desplazar una placa carotÃdea. La cirugÃa, cuando está indicada, comprende una craneotomÃa con la aplicación de una pinza de plata en el cuello del aneurisma o la trombosis del mismo mediante una corriente eléctrica. Si la base del aneurisma es demasiado grande como para poder ser ligada, puede aplicarse sobre la pared debilitada de la arteria un parche de metacrilato de metilo. Cuando está contraindicada la craneotomfa el neurocirujano puede optar por aplicar una pinza especial en la arteria carótida primitiva a fin de reducir el flujo sanguÃneo en dirección al aneurisma siempre que los vasos colaterales puedan enviar sangre suficiente para mantener las funciones vitales del cerebro.
El paciente con un aneurisma cerebral necesita cuidados intensivos y hay que evitarle en lo posible el estrés. La enfermera debe limitar el número de visitas y su duración, pero implicando a la familia en la asistencia del paciente. Lógicamente este está muy preocupado pensando en la rotura del aneurisma y los consiguientes problemas neurológicos que pueden derivarse de ello y la enfermera debe estar atenta a esta preocupación a fin de ayudarle a expresar sus temores y adaptarse a la situación.
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Categoría: NeurologÃa.
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