Asma infantil
El asma infantil es un trastorno respiratorio obstructivo caracterizado por la aparición de episodios repetidos de disnea paroxÃstica, sibilancias, espiración prolongada y tos irritativa. Enfermedad crónica frecuente en la infancia cuyo comienzo suele tener lugar entre los 3 y los 8 años de edad. Las crisis asmáticas se producen por constricción de las vÃas aéreas de grande y pequeño calibre por espasmo del músculo liso bronquial, edema o inflamación de la pared de los bronquios o producción excesiva de moco. Es un trastorno complejo en el cual intervienen factores bioquÃmicos, inmunológicos, infecciosos, endocrinológicos y psicológicos. El asma infantil suele ser extrÃnseco, es decir, la mayorÃa de las crisis se asocian con hipersensibilidad alergénica frente a una sustancia extraña que puede ser polen, hongos, polvo de casa, determinados alimentos, pelos y escamas cutáneas de animales, plumas, insectos, humo y determinados productos quÃmicos o fármacos. En los recién nacidos, especialmente los pertenecientes a familias con historial de reacciones alérgicas, un factor desencadenante frecuente es la alergia alimentaria. En algunos casos los episodios son desencadenados por factores no alergénicos como infecciones o inflamaciones, compresión bronquial por presión externa, obstruccción por un cuerpo extraño, tensión fÃsica debida a fatiga o ejercicio, exposición a aire frÃo o tensión psÃquica. En estos casos el asma se denomina no alérgica o intrÃnseca. Existen ciertas formas raras de asma debidas a un defecto hereditario o adquirido del control adrenérgico y colinérgico del diámetro de las vÃas aéreas. El asma tiene un claro carácter hereditario y hasta un 75 % de los niños asmáticos presentan una historia familiar positiva junto con otras manifestaciones alérgicas como fiebre del heno, eccema o urticaria. Es dos veces más frecuente en los niños que en las niñas antes de la pubertad pero durante la adoÂlescencia los dos sexos se afectan igualmente. También se llama asma bronquial.
El trastorno suele confundirse con una infección aguda de las vÃas respiratorias medias e inferiores, estridor congénito, obstrucción o compresión bronquial o traqueal y mucoviscidosis. El diagnóstico suele venir dado por la observación de la historia clÃnica que confirma la presencia de reacciones alérgicas y los antecedentes familiares de alergia, y, en menor grado, por las pruebas analÃticas y radiológicas que sirven principalmente para eliminar otros diagnósticos posibles. Una caracterÃstica diagnóstica exclusiva es la presencia en el esputo de un gran número de eosinófilos y fragmentos cristaloides producto de la degeneración de dichas células y denominados cristales de Charcot-Leyden. Las pruebas de función pulmonar sirven para valorar el grado de obstrucción de las vÃas aéreas y el volumen del intercambio gaseoso. Los episodios asmáticos varÃan mucho en cuanto a frecuencia, duración e intensidad y comprenden desde simples episodios ocasionales de sibilancias, tos leve y ligera disnea, hasta crisis graves que pueden producir obstrucción total de las vÃas aéreas e insuficiencia respiratoria. Las crisis pueden comenzar gradualmente o de forma brusca y por lo general van precedidas de una infección de las vÃas respiratorias superiores. Normalmente los episodios provocados por infecciones tienen un comienzo gradual y son de larga duracióin, mientras que los debidos a factores alergénicos son agudos y desaparecen rápidamente una vez se elimina el agente causal. TÃpicamente la crisis comienza con disnea, sibilancias paroxÃsticas y tos seca. A medida que se van acumulando las secreciones, la fase espiratoria se prolonga, las tos se hace más profunda y estertórea y se produce una gran cantidad de esputo espeso, pegajoso y mucoso, a la vez que desaparece la crisis.
El niño se muestra temeroso, habla entrecortadamente y puede inclinarse hacia delante para facilitar la respiración. La fase de espiración prolongada no es tan aparente en recién nacidos y niños pequeños. En el espasmo o la obstrucción grave las respiraciones se hacen superficiales e irregulares. El aumento súbito de la frecuencia respiratoria con accesos muy repetidos de tos seca son indicativos de falta de movimiento del aire con insuficiencia ventilatoria y asfixia inminente. Los niños con asma crónica desarrollan un tórax en tonel, por hiperinsuflación pulmonar, debido al estado de hiperventilación continua y normalmente mantienen los hombros en posición elevada para aprovechar mejor la acción de los músculos respiratorios accesorios.
Una crisis asmática aguda es una situación de urgencia médica que requiere un control inmediato de la obstrucción bronquial con fármacos broncodilatadores, reducción del edema de la mucosa y eliminación del exceso de secreciones bronquiales. Los fármacos más importantes que se utilizan para controlar el broncospasmo son los agentes betaadrenérgicos como adrenalina, isoprote- resol, efedrina, isoetarina, metaproterenol, terbutalina y salbutamol; las metilantinas como teofilina y aminofilina; los corticosteroides; los agentes expectorantes y sedantes y los antibióticos para aquellos casos en los que el mecanisÂmo desencadenarte es una infección. En raras ocasiones, los episodios agudos no responden a esas medidas y se produce un estado asmático en cuyo caso es obligada la hospitalización del paciente. El niño suele encontrarse en en estado de deshidratación y acidosis con hipoxia e hipercapnia y el tratamiento consiste en la administración de lÃquidos IV, oxÃgeno humedecido por medio de una tienda. una mascarilla facial o una cánula, bicarbonato sódico y broncodilatadores para aliviar el broncospasmo. Los casos de asma leve intermitente se tratan con broncodilatad©ces en aerosol que aseguran una rápida mejorÃa y son maces para abortar el episodio en su comienzo; en los áú is más pequeños se prefiere la administración oral. Los casas de asma crónica persistente se tratan con dosis orales diarias de un broncodilatador, casi siempre teofilina,y por lo general, en combinación con un expectorante y corticosteroides. El broncospasmo producido por el ejercicio puede tratarse profilácticamente con cromoglicato di-sódico que inhibe la liberación de histamina en los pulmones. Otras medidas terapéuticas son la fisioterapia y los ejercicios dirigidos a inducir la relajación fisica y mental, mejorar la postura, reforzar la musculatura respiratoria y desarrollar unos patrones respiratorios más adecuados. Se recomienda la hiposensibilización cuando existe un alergeno conocido que no puede evitarse. El pronóstico de los niños con asma varÃa considerablemente; en muchos casos los sÃntomas desaparecen en la pubertad. Dicho pronóstico depende del número y gravedad de los sÃntomas, de los factores emocionales y de la historia familiar de alergia.
El objetivo primordial del tratamiento del asma agudo es mejorar los sÃntomas del sufrimiento respiratorio mediante infusiones IV y oxigenoterapia, corrección de la acidosis y administración de broncodilatadores y corticosteroides. La enfermera debe tomar las medidas necesarias para asegurar el bienestar fÃsico del paciente, favorecer su reposo y reducir su fatiga y ansiedad. Es de vital importancia tranquilizar al niño y a sus padres con respecto a los procedimientos terapéuticos, el equipo utilizado y el pronóstico. La enfermera también desempeña un papel muy importante en el apoyo a largo plazo de los niños con asma crónico, y sobre todo tiene la responsabilidad de enseñar al niño y a sus padres los aspectos relativos a la enfermedad y la forma de adaptarse a ellos. Una vez se ha determinado el alergeno, hay que modificar el ambiente del lugar para reducir el contacto del niño con los agentes causales. La enfermera debe enseñar al niño y a sus padres la forma de utilización de los medicamentos prescritos, especialmente los nebulizadores y aerosoles, cómo detectar los signos precoces de una crisis para poder controlarla con medicación, cómo determinar los efectos adversos de los medicamentos, especialmente los peligros de la sobredosificación, y la forma de emplear el ejercicio fÃsico y las actividades de juego como medidas terapéuticas, particularmente aquellos que favorecen unas técnicas respiratorias adecuadas. Los niños con problemas emocionales requieren una atención especial; el estrés psÃquico suele desencadenar crisis asmáticas y con frecuencia hay que emplear psicoterapia o terapia de conducta.
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Categoría: PediatrÃa.
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