CONTENCIÓN DE LA HEMORRAGIA
CONTENCIÓN DE LA HEMORRAGIA (control of hemorÂrhage) Limitación o supresión de la salida de sangre a traÂvés de una solución de continuidad de un vaso. DenomiÂnada también hemostasia.
MÉTODO: Algunos de los métodos consisten en ejercer una presión directa, poner un torniquete o aplicar presión en un punto próximo a la herida. La presión directa se ejerÂce con una compresa gruesa, de forma que los bordes de la herida se junten. El torniquete se aplica proximalmente al punto de sangrado, pero sólo debe emplearse en caso de emergencia muy grave, porque provoca anoxia que puede obligar a amputar el miembro. La presión indirecta se lleva a cabo manualmente sobre la arteria que aporta mayor flujo sanguÃneo al vaso lesionado; los puntos usados para tomar el pulso pueden emplearse como puntos de preÂsión. V. también torniquete.
ACTUACIÓN DE LA ENFERMERA: La enfermera debe esÂtar atenta a la aparición de sangrado ininterrumpido, taquiÂcardia, sudor frÃo, descenso de la tensión arterial y ansiedad que indican que ha reaparecido la hemorragia o que la reÂposición lÃquida ha sido inadecuada. El enfermo debe perÂmanecer tranquilo y quieto; los pacientes suelen recuperarse si el balance hÃdrico se restablece con rapiÂdez. Cuando la pérdida de sangre es muy grande. se produce anoxia en todos los tejidos orgánicos, incluyendo cerebro y otros órganos vitales, y el paciente fallece. Para reducir el flujo sanguÃneo en un área conviene restringir la actividad, elevar la parte afecta y aplicar presión. El traÂtamiento especÃfico depende de la causa de la hemorraÂgia y el estado del paciente. Además de los lÃquidos y el instrumental necesario para infundirlos, la enfermera deÂbe tener preparados fármacos vasopresores, un aparato de ventilación asistida, equipamientó para monitorización de la presión venosa central y los materiales necesarios para obtener y registrar la tensión arterial y la diuresis. Si aparecen signos de shock hay que acostar al paciente con las piernas elevadas, formando un ángulo de 45° con el tronco, las rodillas extendidas y la pelvis ligeramente más alta que el pecho; se puede apoyar la cabeza en una alÂmohada. Si se coloca al paciente en posición de TrendeÂlenburg hay que poner una almohada bajo el hombro izquierdo para favorcer el llenado de la aurÃcula derecha y mantener permeable la vÃa aérea. Se puede administrar oxÃgeno. La presión venosa central es un parámetro imporÂtante para determinar la necesidad de infundir lÃquidos. La hemorragia aguda grave con signos de shock se trata con infusión de sangre y lÃquidos. No es conveniente eleÂvar la temperatura del enfermo porque conlleva un aumenÂto del metabolismo y, por tanto, de las necesidades de oxÃgeno.
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Categoría: Glosario Médico.
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