CONJUNTIVITIS DEL RECIÉN NACIDO
Conjuntivitis gonocócica del recién nacido. Aparece a los 2-4 dÃas del nacimiento (hiperaguda), con quemosis (apareción de edema que separa la conjuntiva de la esclera) y gran producción de pus, que si no se trata puede llegar a la ulceración, perforación corneal y pérdida del ojo. Se trata con penicilina tópica y ceftriaxona sistémica.
Conjuntivitis estafilocócica y neumocócica del recién nacido. El cuadro clÃnico es similar, apareciendo entre los 3 y 10 dÃas del nacimiento. Se trata con antibióticos tópicos.
Conjuntivitis herpética. Producida en la mayor parte de los casos (70%) por el VHS II. El niño se contagia a su paso a través del canal del parto. La clÃnica de esta infección es habitualmente inespecÃfica (sólo a veces aparecen signos especÃficos como erupción vesicular en el párpado o úlcera dendrÃtica). El diagnóstico lo dan los cultivos virales. Se trata con aciclovir, preferiblemente sistémico.
Conjuntivitis de inclusión del recién nacido. Producida por Chlamydia trachomatis a partir de infección en cérvix uterino materno en el parto. Es la causa más frecuente de oftalmÃa neonatal en los paÃses occidentales. Aparece más tarde que la gonocócica, entre los dÃas 7º y 14º. Es una conjuntivitis aguda serosa que después se hace mucopurulenta o purulenta. Es caracterÃstica la afectación del estado general (otitis, rinitis, incluso neumonitis). Debido a la inmadurez de su tejido linfoide no se forman folÃculos sino papilas. El diagnóstico se realiza mediante frotis conjuntival. Se trata con tetraciclina tópica y eritromicina sistémica. Es necesario tratar a los progenitores.
La profilaxis de la conjuntivitis neonatal se hace actualmente con povidona yodada al 5% o con eritromicina tópica, mucho menos irritante que el nitrato de plata usado antiguamente (profilaxis de Credé).
CONJUNTIVITIS POR CHLAMYDIA.
Chlamydia trachomatis puede producir distintos cuadros.
– Conjuntivitis de inclusión (serotipos D-K).
– Del recién nacido.
– Del adulto. Conjuntivitis aguda de transmisión sexual en la mayorÃa de los casos, con un perÃodo de incubación de 5 a 14 dÃas. Cursa con abundante secreción serosa y a veces mucopurulenta, hiperemia y formación de folÃculos. En el frotis aparecen los gérmenes incluidos en el citoplasma de las células epiteliales. Se trata con tetraciclina tópica y sistémica.
– Tracoma (serotipos A-C). Queratoconjuntivitis epidémica especÃfica de evolución crónica con 4 estadios (conjuntivitis folicular, perÃodo de estado, precicatricial con entropión y triquiasis y finalmente opacificación corneal por el pannus). Erradicado en España, es una causa importante de ceguera en paÃses subdesarrollados. Se trata con tetraciclina o eritromicina tópicas y orales.
CONJUNTIVITIS VIRALES.
En todas aparece un sÃndrome caracterizado por hiperemia conjuntival, secreción acuosa o serosa, folÃculos en la conjuntiva tarsal y adenopatÃa preauricular dolorosa.
Queratoconjuntivitis epidémica. Es la más frecuente y muy contagiosa. Producida por los adenovirus 8 y 19. Pueden aparecer edema palpebral, hemorragias petequiales en la conjuntiva y queratitis punteada superficial, que tiñe con fluoresceÃna. El tratamiento es sintomático, con compresas frÃas, un AINE en colirio y antibióticos para evitar la sobreinfección y medidas higiénicas para evitar el contagio.
Fiebre adeno-faringo-conjuntival. Producida por los adenovirus 3 y 7. Instauración brusca, con malestar general, faringitis y fiebre. Afectación primero unilateral y después bilateral. Se usan antibióticos tópicos para evitar sobreinfecciones.
Queratoconjuntivitis hemorrágica epidémica. Producida por un picornavirus. Su instauración es brusca, con secreciones serosas, gran edema palpebral, quemosis y formación de petequias. Es muy contagiosa, originando epidemias, siendo necesario el aislamiento de los enfermos. Se usan colirios antibióticos para evitar la sobre-infección bacteriana y AINE tópicos.
MUY IMPORTANTE
– La dacriocistitis del recién nacido resuelve espontáneamente casi siempre, pero si no lo hace se recurrirá por este orden a masajes en el saco, sondaje de las vÃas y por ultimo cirugÃa.
– La dacriocistitis crónica del adulto tiene por sÃntoma principal la epÃfora y se trata mediante dacriocistorrinostomÃa.
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Categoría: Glosario Médico, OftalmologÃa.
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