Diagnóstico de la ARTRITIS REUMATOIDE


La AR se diagnostica por la presencia de al menos 4 de los 7 criterios diagnósticos establecidos por el “American College of Rheumatology”, con una sensibilidad y especificidad cercana al 90%. No obstante, el hecho de no cumplir estos criterios, sobre todo durante las primeras fases de la enfermedad, no excluye el diagnóstico
NO existe ninguna prueba específica que defina esta enfermedad.
El factor reumatoide (FR) aparece en el 70% los pacientes, pero puede detectarse también en otras enfermedades y en la población general (prevalencia del 5%, llegando al 15% en los ancianos sanos). No es imprescindible para el diagnóstico ni para evaluar la actividad de la enfermedad, pero sí tiene importancia pronóstica, ya que los pacientes con títulos elevados suelen tener una afectación más grave y progresiva articular y síntomas sistémicos.
En el 15-40% se encuentran ANA en títulos bajos. El complemento sérico suele estar normal, salvo en los casos asociados a vasculitis, donde desciende.
Tanto los parámetros de inflamación VSG y PCR (elevados en la AR) como la anemia normocítica y normocrómica que habitualmente se observa, se correlacionan con la actividad de la enfermedad (MIR 98-99, 84).
El líquido sinovial es inflamatorio con complemento bajo. En la radiología se visualiza inicialmente un inespecífico aumento de densidad de las partes blandas por el edema y la hipertrofia sinovial. Cuando avanza la enfermedad, el pannus inflamatorio provoca :
• Osteopenia yuxtaarticular (“en banda”),
• Disminución de la interlínea articular simétrica (por destrucción del cartílago) que produce.
• Erosiones óseas (subcondrales), por la compresión del hueso desmineralizado por la fuerza muscular.

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Categoría: Glosario Médico.




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