Nervio óptico
La existencia de una papila edematosa es un signo neurooftalmológico frecuente que puede presentarse en dos situaciones clínicas distintas que es imperativo saber reconocer:
Papiledema. Con este término nos referimos al edema de papila producido por la hipertensión intracraneal. Se eleva la presión en el espacio que rodea al nervio óptico, interrumpiendo el flujo axoplásmico de las fibras nerviosas, edematizándose así la papila. Casi siempre bilateral. Suele tardar de uno a cinco días en instaurarse desde el aumento de presión intracraneal, y tardar
6 a 8 semanas en desaparecer desde que la presión se normaliza. Oftalmoscópicamente la papila aparece elevada, con bordes borrosos y congestiva. Si se desarrolla plenamente, pueden aparecer hemorragias y edema retinianos. Puede evolucionar a la atrofia de papila si persiste mucho tiempo.
CLÍNICA.
Ninguna afectación de la agudeza visual, salvo que el edema se cronifique durante meses. El paciente puede referir episodios agudos de visión borrosa (oscurecimientos visuales transitorios), diplopía, si se afecta el VI par, cefaleas y aumento de la mancha ciega en la campimetría.
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Categoría: Glosario Médico.
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