Síndrome de dolor regional complejo (distrofia simpático-refleja)
Este término se aplica a una variedad de entidades aparentemente no relacionadas (dolor mediado por el simpático, atrofia ósea de Sudeck, causalgia, síndrome mano-hombro, etc.) que se caracterizan fisiopatológicamente por hiperactividad del sistema nervioso simpático en respuesta a una lesión tisular, y clínicamente, por dolor, alteraciones sensitivas, disregulación autonómica, cambios tróficos e importante repercusión psíquica. Debido a la confusión terminológica que existe en relación con esta entidad, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor ha decidido denominar al cuadro Síndrome de Dolor Regional Complejo (CRPS) y dividirlo en dos tipos: en el CRPS tipo I no hay una lesión de nervio periférico identificable, mientras que en el CRPS tipo II existe una lesión de nervio periférico definida.
La distrofia simpático refleja puede ser el resultado de lesiones traumáticas (accidentales o yatrogénicas) o de enfermedades diversas, entre las que se incluyen infarto de miocardio, lesiones neurológicas (ACVs, neoplasias, mielopatías, radiculitis, etc.), infecciones, vasculopatías (vasculitis, TVP, etc.), tratamiento con ciertos fármacos (tuberculostáticos, barbitúricos y ciclosporina A) y trastornos musculoesqueléticos (defectos posturales o síndromes miofasciales). Cuando el origen es traumático, suele tratarse de lesiones aparentemente banales en regiones ricas en terminaciones nerviosas (como la piel de dedos y mano y estructuras periarticulares de interfalángicas, muñeca y tobillo) o de inyecciones en nervios periféricos. A veces, la única causa identificable es una inmovilización prolongada en descarga.
FISIOPATOLOGÍA.
La fisiopatología del CRPS no se conoce por completo; existen varias teorías. Clásicamente el CRPS se ha atribuido a un estado patológico del sistema nervioso simpático, pero otros autores lo atribuyen a hipersensibilidad local a catecolaminas, factores inflamatorios locales, una respuesta exagerada del sistema nervioso central (médula espinal o vías espinotalámicas) a una lesión nerviosa, o la creación de conexiones aberrantes entre fibras nerviosas sensitivas y simpáticas, como resultado de una lesión nerviosa.
CLÍNICA.
El diagnóstico de CRPS se basa en la exploración física, porque no existe ninguna prueba de laboratorio o técnica de imagen que pueda confirmar o excluir el diagnóstico de forma definitiva. Tradicionalmente, el curso clínico del CRPS se divide en tres fases (tabla 3). El dolor suele ser quemante y no corresponde al territorio de ningún dermatoma o nervio periférico, y tiende a progresar proximalmente. Se acompaña de hiperestesia (el paciente habitualmente protege el miembro afecto de cualquier contacto). Cuando se afecta la mano, las fases clínicas tienen relevancia terapéutica, porque cuanto antes se inicie el tratamiento más probable es tener una buena respuesta. Esta relación entre tratamiento precoz y respuesta al mismo está más discutida en los casos que afectan a la extremidad inferior (ver tabla 3).
TRATAMIENTO.
El tratamiento debe comenzar lo antes posible, especialmente cuando se afecta la mano, y requiere un abordaje multidisciplinar, combinando un programa de rehabilitación con tratamientos farmacológicos y psicoterapia. El programa de rehabilitación tiene como objetivos recuperar o mantener la movilidad, reducir el edema y desensibilizar la piel; deben evitarse las movilizaciones forzadas de las articulaciones. Existen varias alternativas de tratamiento farmacológico: bloqueo regional simpático intravenoso (con guanetidina, reserpina o bretilium), bloqueos con anestésico local de ganglios simpáticos paravertebrales, infusión epidural de anestésicos, a-bloqueantes (fenoxibenzamina, prazosín, clonidina), O-bloqueantes (propanolol), bloqueantes de los canales de calcio, bloqueantes de serotonina (ketanserina), bisfosfonatos (pamidronato), gabapentina y antiarrítmicos. Además pueden emplearse AINEs o corticoides administrados de forma oral, parenteral o regional. No existen estudios que demuestren claramente la superioridad de una de estas diferentes alternativas, y con frecuencia es necesario combinar varias de ellas. En ocasiones se recurre a la realización de simpatectomías quirúrgicas. A pesar del tratamiento, algunos pacientes continúan con molestias residuales.
Califica este Artículo
Categoría: Glosario Médico.
Deja una respuesta