Síndromes maníacos


Los síntomas que se producen en los síndromes maníacos se pueden encuadrar en los siguientes apartados.
1. Síntomas generales: el síntoma más característico es la presencia de un estado de ánimo alegre, que puede alcanzar la euforia extrema y que suele calificarse como expansivo y contagioso. Sin embargo, no es raro que los pacientes se muestren más irritables que eufóricos, sobre todo cuando se ponen límites a su conducta (manías disfóricas). Las formas leves de este cuadro son denominadas hipomanías y su diagnóstico no resulta fácil, pues estos pacientes no suelen demandar tratamiento ni los síntomas que presentan son calificados por los demás como claramente anormales.
2. Síntomas somáticos:
• Trastornos del sueño: típicamente duermen muy poco, pero este insomnio no se acompaña de cansancio (más que insomnio, es una disminución de la necesidad de sueño).
• Trastornos del apetito: no hay una alteración definida; algunos pacientes comen mucho y otros apenas prueban alimento; es raro que engorden pues hay un aumento notable de la actividad física.
• Trastornos sexuales: se produce un aumento del deseo y la actividad sexual, despreciándose los riesgos que puede suponer, con el consiguiente riesgo de contraer ETS o de embarazos no deseados.
• El paciente se nota con más energía que nunca, viéndose capaz de hacer esfuerzos que antes le parecían imposibles.
3. Alteraciones del comportamiento:
• Se produce un aumento de la actividad, tanto física como mental.
• Además se produce un desprecio del riesgo y de las consecuencias de la conducta; así, los pacientes maníacos gastan mucho dinero, hacen regalos inadecuados, dejan sus trabajos, se meten en negocios arriesgados o presentan promiscuidad sexual.
• Su aspecto suele ser llamativo (se visten con colores chillones, se arreglan en exceso) aunque en manías graves, con mucha hiperactividad, llegan a descuidar su aspecto físico.

IMPORTANTE
El trastorno psiquiátrico más frecuente en ancianos es el trastorno adaptativo, y tras este, el trastorno depresivo (sobre todo endógeno).
Tabla 2. Síntomas endógenos/melancólicos.
• Fundamentales:
– Tristeza vital con arreactividad del humor y mejoría vespertina del humor.
– Anhedonia absoluta.
• Somáticos:
– Insomnio por despertar precoz.
– Anorexia con pérdida de peso significativa.
– Marcada disminución de la líbido.
• Conductuales:
– Alteraciones psicomotoras (tanto inhibición como agitación) intensas.
• Pensamientos:
– Ideación especialmente intensa sobre culpa o ruina.
Tabla 3. Síntomas atípicos.
• Fundamentales:
– Preservación de la reactividad
• Somáticos:
– Aumento del apetito y del peso. – Somnolencia excesiva.
– Astenia intensa (parálisis de plomo).
Nota: suele añadirse a estos síntomas una mayor sensibilidad al rechazo interpersonal (como rasgo de personalidad, no como síntoma puntual).
• La gran hiperactividad física puede llevarles hasta la extenuación física.
• La hiperactividad mental se traduce en lenguaje muy rápido como consecuencia de la aceleración del curso del pensamiento (verbo rreico, taquilálico), pudiendo llegarse a un pensamiento desorganizado denominado fuga de ideas (pasan de una idea a otra sin concluirla, con continuos juegos de palabras y rimas, haciéndose el discurso incomprensible).
• Hay un aumento exagerado de la atención (hiperprosexia), que conduce a una gran distraibilidad y a un descenso del rendimiento (laboral, académico).
4. Pensamientos maníacos:
• El maníaco posee un gran optimismo y una ocurrencia exagerada, planificando numerosas actividades de forma simultánea; su autoestima está muy aumentada y no es raro que crean tener un talento especial, por encima de los demás.
– De hecho, en la manía, los síntomas psicóticos son más frecuentes que en la depresión; lo típico son las ideas delirantes de grandeza (delirios megalo maníacos), que con frecuencia toman un carácter místico/religioso.
– También, con mayor frecuencia que en la depresión, los delirios pueden ser incongruentes con el ánimo (de persecución u otros).
– Las alucinaciones son raras y suelen ser auditivo-verbales y relacionarse con el tema delirante (oír la voz de Dios que les habla). Sí es frecuente un aumento de la intensidad con la que perciben lo que les rodea (hiperestesia: la música les conmueve más, los colores parecen más intensos).
• Es muy característica la falta de conciencia de enfermedad, por lo que no suelen aceptar ningún tratamiento y, dadas las conductas que pueden tener y lo irritables y agresivos que se ponen si se les intenta contener, es difícil realizar un tratamiento ambulatorio, por lo que la mayoría (hasta el 90%) requiere ingreso hospitalario en contra de su voluntad para poder instaurar tratamiento y evitar conductas de riesgo para su salud, etc.
• Los adolescentes con cuadros maníacos pueden presentar tantos síntomas psicóticos y trastornos de conducta (intentos de suicidio, abuso de tóxicos) que no es raro que se diagnostiquen erróneamente de esquizofrenia o de trastorno antisocial de la personalidad.
Se describen en ocasiones estados afectivos mixtos en los que coexisten síntomas depresivos y maníacos; se cree que aparecen hasta en el 40% de los trastornos bipolares en algún momento de su evolución.
Al igual que en la depresión, en la manía se describen formas secundarias a otras enfermedades médicas o a fármacos; de hecho, la aparición de un episodio maníaco en una persona mayor de 45 años, sin antecedentes de trastornos afectivos mayores, obliga a descartar una causa orgánica
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS.
1. Episodio maníaco. Se exige la presencia de:
a. Un número de síntomas maníacos.
b. En intensidad suficiente para deteriorar el funcionamiento del paciente, y
c. Con una duración de al menos una semana (salvo que sean tan graves que exijan su ingreso inmediato).
En el caso de que los síntomas permitan al paciente un mínimo funcionamiento social, se califica de episodio hipomaníaco, recortando la duración mínima a 4 días.
El diagnóstico de episodio mixto exige:
a. la combinación de síntomas maníacos y depresivos,
b. en intensidad suficiente y
c. con una duración mínima de una semana.
2. Trastorno afectivo bipolar.
• Para hablar de trastorno afectivo bipolar I se precisa la presencia de al menos un episodio maníaco claro, asociado o no con episodios depresivos (la mayoría los asocian). El trastorno bipolar se corresponde con el nombre clásico de psicosis maniacodepresiva. En la clasificación internacional CIE-10, si el paciente sólo ha tenido un episodio maníaco, se le califica como episodio maníaco, dejando el término trastorno bipolar para los pacientes con varios episodios
• Para hacer el diagnóstico de trastorno afectivo bipolar II, deben coexistir en un mismo paciente episodios depresivos mayores con episodios hipomaníacos.
3. Trastorno ciclotímico (ciclotimia). Se define así a un síndrome afectivo de duración prolongada (al menos dos años) en el que se suceden períodos de síntomas depresivos y períodos de síntomas maníacos, en intensidad leve-moderada y con pocos períodos de normalidad.
En ocasiones, se utiliza la expresión “espectro bipolar” para agrupar a todos aquellos trastornos afectivos en donde se cree que existe una conexión con la enfermedad maníaco-depresiva clásica; en teoría, todos estos pacientes podrían ser candidatos a recibir tratamiento estabilizador con litio (u otros fármacos eutimizantes).
Dentro del espectro bipolar se incluirán dos formas actualmente clasificadas como trastornos depresivos:
1) depresión + manía farmacógena
depresión + antecedentes familiares de bipolaridad

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Categoría: Glosario Médico.




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