TRASTORNOS PUPILARES


Anisocoria esencial. Un 15-30% de la población normal tiene una diferencia en el tamaño pupilar de 0.4-1mm con una normal reactividad a la luz.
Defecto pupilar aferente (pupila de Marcus-Gunn). Hiporreactividad de ambas pupilas al iluminar el lado lesionado, siendo normal la respuesta al iluminar el ojo sano. Suele existir un déficit visual asociado. Cursa sin anisocoria, siendo un signo de afectación del nervio óptico o de la retina.
Disociación luz-convergencia. Abolición de la reacción pupilar fotomotora, conservándose el reflejo a la visión próxima. Suele haber miosis bilateral. Se produce en lesiones del mesencéfalo posterosuperior: por ej. tumores pineales, neurosífilis (pupila de Argyll-Robertson).
Midriasis paralítica. Midriasis arreactiva, conservándose el reflejo consensual al estimular el ojo afecto (este no se contrae ni al ser iluminado, ni con la convergencia ni al estimular el ojo sano). En lesiones del núcleo de Edinger-Westphal, del III par, o del ganglio ciliar, o por utilización de colirios anticolinérgicos (es una lesión de la vía parasimpática).
Pupila de Adie. Alteración pupilar que afecta a mujeres jóvenes y sanas, causada por una denervación parcial postganglionar parasimpática idiopática. Cursa con anisocoria y midriasis del lado afecto. La contracción pupilar observada es irregular, tónica.
Síndrome de Horner. Miosis (con anisocoria), ptosis y enoftalmos en el ojo ipsilateral a una lesión de la vía efe-rente simpática. Puede ocurrir por lesión de la vía a cualquier nivel (característicamente por un cáncer del vértice pulmonar, o tumor de Pancoast, o por un aneurisma disecante de carótida tras traumatismo en el cuello). Cuando éste es congénito, se acompaña de heterocromía del iris. Las reacciones pupilares son normales.

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Categoría: Glosario Médico.




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