COARTACIÓN DE AORTA Lesiones obstructivas del corazón izquierdo
La coartación de la aorta consiste en un estrechamiento de la luz aórtica, generalmente a nivel de la unión del cayado aórtico con la aorta descendente (tipo postductal o del adulto), por debajo del nacimiento de la arteria subclavia izquierda. Esta constricción impide parcialmente el flujo sanguíneo hacia la parte inferior del organismo. El estrechamiento de la aorta puede estar localizado a cualquier nivel, pero la mayoría de las veces se localiza justo distal (forma “adulta” o postductal) y muy raramente proximal al ductus o ligamento arterioso (forma “infantil” o preductal).
La coartación de aorta ocupa un lugar destacado en frecuencia (7%) entre las malformaciones congénitas más frecuentes. Los varones se afectan dos veces más que las mujeres, aunque las mujeres con síndrome de Turner padecen frecuentemente una coartación.
En un elevado porcentaje de los casos se acompaña de otras anomalías cardíacas, siendo la más frecuente la válvula bicúspide. Otras son: ductus permeable, estenosis aórtica, comunicación interventricular, síndrome de Turner, dilatación aneurismática de las arterias del polígono de Willis (cuya rotura conlleva hemorragia cerebral), etc.
CLÍNICA.
La coartación preductal suele producir manifestaciones precozmente, a veces con signos y síntomas después del nacimiento. Muchos niños con esta anomalía no sobreviven al período neonatal. La sintomatología depende en gran parte de la permeabilidad del ductus arterioso y de su capacidad para llevar a la aorta una cantidad de sangre suficiente para la circulación en la parte inferior del cuerpo.
El pronóstico es mucho mejor en la coartación postductal (que es la forma más frecuente y en la que nos centraremos). La mayoría de los niños son asintomáticos y la enfermedad puede pasar desapercibida hasta bien entrada la edad adulta. Los síntomas suelen presentarse entre los veinte y los treinta años y son debidos a la hipertensión arterial, siendo los más frecuentes cefalea, epistaxis, frialdad y claudicación intermitente de los miembros inferiores. En otras ocasiones se asocian síntomas debidos a insuficiencia ventricular izquierda, endocarditis, rotura o disección aórtica y hemorragia cerebral por aneurisma y rotura del polígono de Willis
EXPLORACIÓN.
La clave del diagnóstico consiste en la disminución y el retraso del pulso femoral, si se compara con el pulso radial o braquial. Típicamente existe hipertensión en las extremidades superiores y pulsos débiles y presiones más bajas en las inferiores (diferencias mayores de 10-20 mmHg) asociados a manifestaciones de insuficiencia arterial (como claudicación y frialdad) Las extremidades superiores y el tórax pueden estar más desarrollados que las extremidades inferiores. Es particularmente característico el desarrollo de colaterales con el objeto de aportar sangre al territorio infraestenótico y así, los vasos colaterales se pueden palpar en los espacios intercostales anteriores, en la axila o en el área interescapular. Estos vasos colaterales producen un signo característico de la coartación consistente en la presencia de muescas en las superficies inferiores de las costillas debidas a la tortuosidad de las arterias intercostales (esas muescas se aprecian en la radiografía de tórax: “signo de Roesler”). También son típicos el signo del 3 o de la E invertida en la radiografía de tórax.
Frecuentemente se ausculta un soplo mesosistólico en la parte anterior del tórax irradiado a espalda que puede transformarse en continuo si la luz está lo bastante estenosada. Otros soplos sistólicos y continuos en la pared lateral del tórax pueden reflejar el aumento del flujo en los vasos colaterales dilatados. El latido apexiano es intenso.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS.
• En el electrocardiograma se observan signos de hipertrofia ventricular izquierda.
• Radiológicamente es típica la presencia del signo de Roesler. Otra imagen muy sugestiva y casi patognomónica es el signo del “3” en la aorta, consistente en la escotadura de la aorta en el lugar de la coartación y la dilatación pre y postestenótica de la misma. Otro signo es el de la “E” en el esofagograma con bario, debido a la curvatura del esófago alrededor de los segmentos post y preestenóticos.
• Ecocardiografía: es muy útil tanto para el diagnóstico como para el seguimiento posterior.
• Aortografía: para confirmar el diagnóstico. Muy útil de cara al tratamiento quirúrgico. En los adultos, el cateterismo cardíaco está indicado sobre todo para valorar el estado de las arterias coronarias.
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Categoría: Glosario Médico.
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