INFERTILIDAD EN EL VARÓN
La producción normal de esperma depende tanto de la FSH como de la testosterona. Cuando se produce el daño del túbulo seminÃfero antes de la pubertad, los testÃculos son pequeños y de consistencia firme, mientras que son blandos tras una lesión pospuberal (una vez que la cápsula ha aumentado de tamaño no regresa a su tamaño previo). El volumen de eyaculado normal debe ser 2 ml, con 20 a 100 millones de espermatozoides/ml, de los cuales 60 % deben ser móviles. Los niveles plasmáticos de FSH van en relación inversa con la espermiogénesis.
Además de la afectación de la espermiogénesis secundaria a déficit androgénico, puede haber disfunción de los túbulos seminÃferos y de la espermiogénesis como consecuencia de alteraciones en la temperatura de los testÃculos (varicocele), de criptorquidia, fibrosis quÃstica o sÃndrome del cilio inmóvil. El sÃndrome de Kartagener es un subgrupo de este último con situs inversus. El varicocele puede tener importancia etiológica en un tercio del total de infertilidades masculinas.
Los defectos en el receptor androgénico causan resistencia a la acción androgénica, asociada habitualmente a un desarrollo deficiente del fenotipo masculino, asà como infertilidad e hipoandrogenización. Los trastornos del transporte de esperma pueden causar también infertilidad en hasta un 6 % de los varones infértiles con virilización normal. La obstrucción a la eyaculación puede ser congénita (idiopática, fibrosis quÃstica, exposición intrauterina a dietilestilbestrol) o adquirida (tuberculosis, lepra, gonorrea).
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Categoría: Glosario Médico.
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