Las nuevas enfermedades tecnológicas


El dolor y las enfermedades han estado unidos al hombre durante toda su historia y han sido –sin duda- un importante impulso para el desarrollo de las ciencias de la salud. La interdependencia entre las condiciones biológicas y sociales de la vida civilizada, ha ocasionado que cada momento histórico viva de forma distinta la enfermedad.

Tanto es así que cada sociedad ha tenido sus propios males, los que han sido asumidos de una manera coherente a las creencias e ideales propios. El francés Marcel Sendrail en su libro “La Historia Cultural de la Enfermedad”, adjudicó a cada cultura una patología característica, de la misma manera que se le pueden asignar instituciones o un estilo particular de arte.

Para la antigüedad, la existencia de la lepra constituía no sólo una enfermedad sino un fatum, un destino al cual era casi imposible substraerse. Durante la Edad Media la enfermedad específica fue la peste, que materializaba una concepción trágica de la existencia y ejemplificaba un castigo colectivo enviado por Dios. La aparición y extensión de la sífilis en el siglo XVI fue significativa, porque ocurrió en un momento de crisis moral y espiritual: el contagio venéreo fue la consecuencia natural del modo de vivir de navegantes y exploradores y también resultado del libertinaje en Europa.

En el siglo XIX, donde se cantaba al amor romántico y se describió en forma escandalizada la miseria social del inicio del maquinismo, la enfermedad característica fue la tuberculosis. Mientras que en el siglo XX, en que se logra la prolongación de la vida humana y se altera la naturaleza, al grado de producir contaminantes en todo acto de la vida, la enfermedad típica fue el cáncer.

El constante desarrollo y uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en las últimas décadas del siglo XX y los primeros años del nuevo milenio, ha modificado en diversos aspectos la forma en que se llevan a cabo muchas actividades en la sociedad moderna.

Actualmente, las nuevas tecnologías esconden un riesgo potencial para la salud, ya que en los últimos años han surgido varias dolencias que han sido denominadas enfermedades tecnológicas, como el cansancio visual o las molestias cervicales por la postura y la exposición continua frente a la pantalla del computador, el celular o la televisión.

Las denominadas enfermedades tecnológicas reciben su nombre por ser consecuencia directa del uso indiscriminado del computador, celular y videojuegos. Si bien algunos nombres de estas afecciones pueden sonar lúdicos, actualmente están siendo diagnosticadas y tomadas cada vez con mayor seriedad, debido a las repercusiones que causan en los afectados.

Molestias cervicales, tendinitis, síndrome del túnel carpiano, bursitis, epicondilitis, stress e irritabilidad son algunas de las patologías producidas por el trabajo constante frente al computador. Si bien pueden ser enfermedades pasajeras, no necesariamente son patologías simples y requieren control. Este tipo enfermedades afectan el cuello, la columna, los hombros, los codos, los antebrazos, las muñecas y los dedos y se pueden identificar por síntomas como dolor, debilidad, entumecimiento, fatiga, pérdida de sensibilidad, torpeza, dificultad en los movimientos, temblores o manos frías.

Dentro de este nuevo grupo de enfermedades se encuentran el síndrome de la vibración fantasma; CrackBerry; insomnio adolescente; tensión ocular; mal del iPod; pulgar antigadgets; wiititis; baterías ardientes; síndrome del iPhone; y una de las últimas es la postura del portátil o “portátil-itis”, y se relaciona con las molestias causadas por el uso y abuso de los computadores portátiles como dolor de espalda, de cuello, jaquecas y hormigueo en los dedos son las señales de alarma de este trastorno surgido de las nuevas tecnologías.

El mejor método para prevenir este tipo de enfermedades es emplear las nuevas tecnologías de modo racional, cuidándose de no caer en excesos, cosa que algunas veces no es del todo posible. Existen algunas maneras de prevenir los dolores musculares asociados a ellas como optimizar la ubicación del asiento respecto del monitor, mantener los hombros relajados, las manos lo más bajas posibles y el teclado cerca de las piernas, para lo extender demasiado la actividad. Asimismo, también es bueno levantarse con cierta frecuencia y realizar ejercicios de estiramiento.

Si bien la tecnología ayuda y facilita muchas tareas, debemos utilizarlas de manera racional para evitar contraer alguna de estas enfermedades modernas de la era tecnológica.

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Categoría: Actualidad Médica.




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