Mi hija de 9 años es agresiva conmigo, pelea con su hermano, y se lleva bien sólo con su papá

A la edad de tu niña comienzan a ampliarse las relaciones sociales y los agentes de influencia; sus pares cobran gran importancia; es común que quieran independizarse de la madre, aun cuando esta relación les continúa siendo tremendamente importante.
Se ponen más racionales y les avergüenza mostrar ternura en presencia de sus amigos, aunque esta independencia progresiva duela, sobre todo a ti como mamá.
Pero debes distinguir si esto es parte del proceso normal de crecimiento, o si además, algo está pasando que pueda explicar su actitud.
Conversa con ella, dale tiempo, averigua qué está ocurriendo, y para esto es necesario que ambos papás se unan en esta tarea.
Aunque esta actitud duela, es importante que mantengas la relación con ella, que le des tiempo para compartir momentos solas y le muestres tu preocupación e interés. También trata de mantener el respeto mutuo; no tolerar groserías, ni tonos agresivos. Ella tiene que darse cuenta que no está conversando con un igual, sino que con su madre, que representa la autoridad en la casa.
Ella puede expresar su rabia, molestia y su desacuerdo, pero sin golpes o insultos. Si esto sucede ahora, en la adolescencia se pierde totalmente la autoridad. No por marcar los límites en forma clara va a dejar de quererte, por el contrario, los niños y niñas necesitan sentir en sus padres autoridad, porque eso los protege.
Si pelea con el hermano, intenta no intervenir más de la cuenta. No permitas que le pegue, por ejemplo, pero es normal que se den discusiones, y por lo general, también es normal que pasen rápidamente. Pero se volverán cada vez más conflictivas si tú sales en defensa del niño; esto hace que aumente su rabia, tanto contra su hermano como contra ti. Tu hija al parecer fue hija única hartos años y debe lograr compartir los espacios con su hermano.
Si tú le exiges respeto, debes también demostrárselo, escúchala, muéstrale que te afecta que te trate así, pero no desesperes, evita los golpes y gritos; la coherencia es importante porque tu hija no se identifique con lo que le dices, sino que con lo que haces.

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