Mi hija tiene 8 añitos y está un poquito rebelde


En general la rebeldía, oposición y desafío por parte de los niños durante su desarrollo, es una expresión de su deseo de autonomía e independencia en el proceso de separación de los padres. Los niños en su desarrollo pasan por momentos de mayor rebeldía, especialmente durante la preadolescencia y adolescencia.
Puede ocurrir también cuando el niño enfrenta una situación de tensión y estrés, por ejemplo, separación de los padres, conflictos en el ambiente familiar o escolar, y cambios en su situación de vida.
Este tipo de comportamientos en los niños generalmente se dan frente a las figuras de autoridad, y puede manifestarse solo en la casa y no en el colegio necesariamente, o bien en ambos ambientes. Esta conducta mediante la cual el niño trata de ganar autonomía, tiende a ser transitoria; sin embargo si persiste, aumenta en frecuencia e intensidad, puede tratarse de un problema mayor.
Las causas pueden ser variadas; se puede deber a un problema familiar, por la forma que tienen los padres de disciplinar y educar al niño, y por los modelos que observa. Podría ser efecto de un exceso de disciplina e inflexibilidad y autoritarismo por parte de los padres, o por ausencia de normas y límites claros y exceso de permisividad. La ausencia física y/o emocional de los padres, puede ser otra de las causas.
Algunas recomendaciones que puedo dar, es buscar espacios de comunicación abierta con la niña, es importante darle tiempo, atención, de manera que se sienta escuchada, acogida y se sienta con la confianza para plantear sus dificultades o lo que la puede estar preocupando. Es importante observar con quien se da la conducta, y en que contexto.
En un clima de afecto, puede hacérsele ver que notan que algo la tiene rabiosa o enojada, y que esto es preocupante y quieren ayudarla. Es probable que no tenga conciencia del por qué de sus reacciones, o bien que no note qué está haciendo mal, por eso es importante ser clara con ella, cuales son sus actitudes y reacciones que preocupan y resultan inadecuadas.
Si se habla directamente con ella al momento de poner normas y límites, y en forma asertiva, no dejarán dudas de lo que esperas qué haga. Esto debe hacerse con una actitud firme, pero tranquila, no hostil ni agresiva. Por eso hay que evitar los gritos, amenazas, golpes y devaluaciones. Tampoco es bueno entrar en discusiones con la niña, ni responder a sus argumentos. Mantener la tranquilidad, pero desde una posición de autoridad.
Cuando los niños están pasando por situaciones de estrés, es importante ser mas flexibles, y adoptar una actitud mas contenedora y comprensiva, siempre manteniendo los límites claros. Si falta el respeto por ejemplo, puede decirsele que se nota que está muy enojada, pero que no van a permitir que hable de ese modo, si no cambia de actitud, se puede pedir que vaya a otro lugar, tranquilamente y cuando esté mas calmada y dispuesta a hablar en buenos términos, será escuchada.

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Categoría: Consejos para Mamá.




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