OBESIDAD
La obesidad implica un aumento / = 20 % del peso ideal; una quinta parte de los varones y un tercio de las mujeres son obesos. Una obesidad ligera no supone un riesgo significativo, pero los varones que pesan un 150-300% de su peso ideal tienen unas cifras de mortalidad 12 veces superiores a las de los varones no obesos.
El exceso de peso puede estimarse comparando con tablas estándar para la altura y el peso (véase tabla 1842) o calculando el Ãndice de masa corporal (peso corporal en kg/altura en metros). Una estimación más precisa de la adiposidad puede obtenerse midiendo los pliegues cutáneos con lipocalibradores (véase tabla 1841).
La mayorÃa de las obesidades son por comer en exceso. Están también implicados factores genéticos, ambientales y sociales, pero en último término la regulación de la ingestión depende de la interacción entre los centros del apetito y de la saciedad en el hipotálamo, modulados por los estÃmulos desde la corteza. Cuando la energÃa ingerida excede el gasto, el exceso calórico es almacenado en el tejido adiposo; si el balance positivo de energÃa es prolongado, se produce la obesidad.
La obesidad secundaria puede deberse a diversos trastornos. El hipotiroidismo puede producir obesidad secundaria a la menor necesidad de energÃa. La enfermedad de Cushing causa obesidad de tronco de cara y depósitos grasos cervicales y supraclaviculares. El insulinoma da lugar a obesidad debido al aumento de ingestión calórica secundario a las hipoglucemias recurrentes. Los sÃndromes de Prader-Willis y Laurence-Moon-Biedl son trastornos raros, que se piensa son de origen hipotalámico, y que se presentan con obesidad e hipogonadismo.
La obesidad causa morbilidad y mortalidad principalmente por las complicaciones cardiovasculares y la muerte súbita. Pueden producirse intolerancia a la glucosa e hiperlipemia de ayuno. La obesidad mórbida también produce tensiones mecánicas y fÃsicas que predisponen o agravan la osteoartritis, trombosis venosas y embolias, colelitiasis, hipertensión, hipoventilación e hipoxemia.
La restricción de energÃa es la piedra angular de la reducción de peso. La hiperinsulinemia, la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertensión y la hiperlipemia mejoran tras la perdida de peso. Estimando las necesidades calóricas diarias , se puede calcular el déficit diario necesario para alcanzar una pérdida dada de peso, que deberÃa fijarse en 0,SI kg por semana. Las dietas bajas en calorÃas deberÃan ser equilibradas en proteÃnas, carbohidratos y grasas, asà como proporcionar minerales y vitaminas. Los pacientes deben ser cuidadosamente controlados mientras estén sometidos a regÃmenes de pérdida de peso (tabla 1871). Los fármacos son ineficaces para promover la pérdida de peso y presentan efectos secundarios graves, por lo que no tienen lugar en el tratamiento.
El tratamiento quirúrgico deberÃa reservarse para los pacientes que han fracasado con los regÃmenes de adelgazamiento estándar y se mantienen en un peso por encima del 50-100 % del peso ideal. La cirugÃa derivativa de intestino delgado es eficaz en la reducción de peso en estos pacientes, pero son frecuentes las complicaciones. La gastroplastia construye un pequeño remanente gástrico superior unido a una bolsa gástrica mayor mediante un canal de 1.0-1.5 cm de diámetro y que asà retrasa el vaciado gástrico. La pérdida de peso con este procedimiento no tiene consecuencias metabólicas graves.
Un problema importante en el tratamiento es el mantenimiento de la pérdida una vez conseguida. A veces son útiles las técnicas de modificación de la conducta.
Califica este Artículo
Categoría: Nutrición y Dietética.
Deja una respuesta