Depresión post-vacaciones


Con la vuelta a la rutina, la temida “vuelta de las vacaciones”, muchos de nosotros experimentamos un “bajón” en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud. Nos agobia lo que nos espera…

Cambiamos de horario, de hábitos de vida, de horas de dormir, de estación del año, de forma de vestir, y de algo que influye mucho en nuestro estado de ánimo: la alimentación.
Como todos los cambios que experimentamos en nuestra vida, es necesario acostumbrarse a ellos y cuanto antes lo hagamos, antes superaremos este pequeño bache que nos llega con el fin de las vacaciones.

Ya que alargar las vacaciones no está al alcance de casi ninguno de nosotros, os proponemos unos cuantos consejos que os harán más llevadera la vuelta al trabajo o al estudio y que, por si fuera poco, os ayudarán a mantener una buena salud, la base de nuestra felicidad.

En primer lugar es muy recomendable la práctica de ejercicio físico. Con el deporte conseguimos despojarnos del estrés de los primeros días, liberando endorfinas, que influyen sobre nuestro estado de ánimo. El deporte es el mejor remedio para conectar con la nueva rutina y olvidar los problemas que puedan aparecer, además de ayudarnos a mantenernos en forma, por lo que es ideal para superar este tipo de situaciones. De todos modos, la práctica de deporte o cualquier actividad física, no debería ser una salida momentánea, sino una costumbre permanente que a largo plazo nos aportará innumerables beneficios.

En segundo lugar, tenemos a nuestro alcance una herramienta muy fácil de utilizar como es: la alimentación. Es un recurso que utilizamos poco y del que queda mucho por descubrir. Su eficacia y sus beneficios están a nuestro alcance.

Cada alimento contiene una cantidad y una combinación de diferentes nutrientes, que según la situación necesitamos en mayor o menor cantidad. En el caso de sentirnos en “baja forma“, se trata de nutrientes como el triptófano, ácido fólico, el selenio, el hierro, el complejo de vitaminas B, la vitamina C y los ácidos grasos esenciales.
El triptófano, uno de los aminoácidos esenciales de nuestra dieta, es necesario para la formación de serotonina, neurotransmisor fundamental para el mantenimiento de un buen estado de ánimo. Podemos encontrarlo en alimentos como carnes (intentando siempre que sean magras), cereales integrales, frutos secos, pescado e incluso el chocolate.

El selenio, un mineral que necesitamos en poca cantidad, pero muy importante y que se encuentra en gran variedad de alimentos como: mariscos, huevos, cereales y frutos secos.

El hierro también tiene un importante papel en el momento de vencer cualquier tipo de depresión. Podemos encontrarlo principalmente en carnes rojas y marisco.

La vitamina C en toda la fruta, principalmente en los cítricos y, en cuanto al complejo B, podemos encontrarlo en una gran cantidad de alimentos, resaltando especialmente: carnes, pescados, lácteos, huevos, cereales integrales y levadura de cerveza.

El ácido fólico (B9), ayuda a regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito. Lo encontramos en espinacas y otros vegetales de hoja verde, legumbres (lentejas, judías,….), soja, frutas frescas, cereales integrales y pipas de girasol.

Los ácidos grasos esenciales son cruciales para el correcto funcionamiento de nuestro cerebro. La mayor fuente de ácidos grasos esenciales del tipo omega 3, es el pescado azul.

En pocas palabras, si la alimentación es variada y suficiente, cubriremos todas nuestras necesidades para empezar (o continuar) con energía.

Por último te recuerdo que para superar el cansancio del día a día, sobre todo en estas primeras jornadas, es necesario dormir alrededor de 8 horas, ya que no hay nada que nos relaje y nos ayude más a estar en forma que un sueño reparador.

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Categoría: Actualidad Médica.




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