Duelo: El luto va por dentro
El duelo es la manifestación de sÃntomas y caracterÃsticas especÃficas que viven las personas afectadas por la muerte de un ser querido.
La muerte de una persona cercana es un episodio especial en la vida de cada uno. Nadie sabe cómo va a reaccionar, hasta el momento en que le toca enfrentar la pérdida. Por eso hay que vivir una serie de procesos que forman parte del duelo y que son procesos normales que es necesario vivir para superar completamente el vacÃo que se hace cuando una persona muere.
El duelo es la manifestación de sÃntomas y caracterÃsticas especÃficas que viven las personas afectadas por la muerte de un ser querido. En general, y por el mundo actual en el que vivimos, nos sobreponemos a una pérdida y, básicamente, somos capaces de seguir haciendo nuestras vidas de manera bastante normal.
La tragedia sin duda está presente, pero la vida sigue, y el dÃa a dÃa tiene muchas exigencias que es necesario enfrentar. Por eso nuestro instinto de supervivencia, nos obliga y empuja para insertarnos en nuestras actividades con la energÃa suficiente.
Pero, ¿qué pasa cuando el duelo permanece más tiempo del esperado? ¿Cómo reconocer a una persona cercana que está sufriendo una patologÃa que va más allá de la simple pena de la pérdida?
Cuando el duelo se vuelve patológico, presenta una serie de sÃntomas que son parecidos a los de las depresiones mayores: tristeza, trastorno del sueño, alteraciones del apetito y la libido, pérdida de peso, entre otros. También disminuye el interés por el mundo exterior, sobre todo en lo que recuerda a la persona fallecida. Y sobreviene el desinterés por el trabajo, por encontrar nuevas relaciones, además de manifestaciones de angustia, sentimientos de culpa, apatÃa, falta de esperanza, e incluso -en casos graves- los pensamientos de suicidio, aunque no necesariamente estos sÃntomas se presentan en todos los casos.
En procesos interiores como éste, ya no solo es necesario el cariño de la familia o de personas cercanas, sino que también es prudente visitar a un especialista que pueda ayudar a la persona afectada a superar estas verdaderas crisis, antes que puedan desencadenar sÃntomas más graves, que trae aparejado el duelo en sus formas más severas.
Hay casos en que además de las caracterÃsticas descritas anteriormente, surgen sÃntomas fÃsicos como cefaleas, úlceras, problemas respiratorios, palpitaciones, sudoración, y alteraciones en el sistema inmunológico. Claramente, la pena y el vacÃo que deja un ser querido al morir, pasan a manifestarse de manera bastante más notoria, ya que es el propio organismo el que tiene reacciones adversas, ligadas al duelo.
Cuando la pena es una enfermedad
Claramente superar la muerte de un ser querido no es cualquier cosa. Necesitamos vivir cada uno de los procesos para poder volver a hacer nuestra vida de manera normal. Para superar el duelo hay que vivirlo, tenemos que concedernos la oportunidad de sufrir sus consecuencias. Y comprender la tristeza de quien lo sufre, por muy acentuada o exagerada que parezca. La tolerancia de la gente que rodea a la persona que está pasando por un duelo, también es fundamental.
En el proceso del duelo pueden surgir sÃntomas patológicos, relacionados con la necesidad de permanecer unido al ausente. Algunos indicadores de esta patologÃa son los sentimientos de culpa, los pensamientos de muerte, el sentimiento de inutilidad, las experiencias alucinatorias, la sensación de padecer la misma enfermedad que la persona difunta, confusión y lentitud en algunas actividades que requieren de esfuerzo fÃsico.
Al vivir el proceso de duelo, hay que derribar ciertos mitos que, más temprano que tarde, van a entorpecer el camino a una completa sanación. Pensar, por ejemplo, que no debemos conocer los detalles de la muerte ni ver el cadáver, es totalmente incorrecto. Aunque resulte duro, saber los detalles de la desaparición de la persona amada ayuda a aceptar la realidad de la ausencia.
También es importante no creer que por volver a nuestra vida cotidiana rápidamente, el dolor va a desaparecer. No ocultarle a los más pequeños la muerte del ser querido. Ni ocultar las emociones, porque desahogarse es muy importante para poder superar esta difÃcil etapa y seguir adelante con la vida. Después de ese cambio mental, y permaneciendo lúcidamente en la situación real, ya se pueden hacer viajes, o cambios en el hogar, o cualquier otra cosa.
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Categoría: PsicologÃa y PsiquiatrÃa.
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