FRACTURAS DE LA DIAFISIS DE LA TIBIA Tratamiento ortopédico


Tan pronto como sea posible, en general a las pocas horas del accidente, se debe reducir a inmovilizar la fractura. En este momento los fragmentos pueden ser manipulados con facilidad, no hay contractura
muscular, aún el edema no se ha producido; por lo tanto, las condiciones para lograr una reducción e inmovilización son ideales.
En general, si se actúa con suavidad, inspirando y ganándose la confianza del paciente, ni siquiera es necesaria la anestesia (focal o epidural).
1. Enfermo sentado con ambas piernas colgando en el borde de la camilla. El peso mismo de la pierna actúa alineando y reduciendo la fractura.
2. Médico sentado frente al enfermo en un nivel más bajo que la camilla.
3. Colocación de malla tubular y protección de las prominencias óseas.
4. Control visual de la correcta alineación de los ejes de la pierna: eje lateral, antero posterior y rotación.
5. Colocación de las vendas enyesadas hasta por encima del tobillo (primer tiempo).
Se controla y corrige los ángulos del pie, evitando la posición en
equino, en varo o valgo; se controla y corrige los ejes de la pierna: rotación, varo-valgo y ante o recurvatum.
6. Fraguado el yeso que inmoviliza el pie, se prolonga hasta un plano por debajo de la rodilla (segundo tiempo).
7. Control radiográfico de la posición de los fragmentos.
8. Se extiende la rodilla hasta dejarla en una semiflexión; entonces, se prolonga el yeso hasta un plano coincidente con el pliegue inguinal (tercer tiempo).
9. Enfermo hospitalizado:
? Pierna elevada.
? Control clínico permanente.
? Alerta ante los signos de compresión dentro del yeso.
? Iniciar de inmediato ejercicios activos de movilización de los dedos del pie, cuádriceps y cadera.
10. Alta cuando:
? Se haya comprobado que no hay edema.
? El control radiográfico demuestra una correcta y estable reducción.
? No haya molestias derivadas del yeso.
Cuidados posteriores Primera fase
1. El enfermo puede empezar a caminar con apoyo en
2 bastones (sin apoyo del yeso) desde el día
siguiente de la reducción.
2. Si no camina, debe permanecer en cama, con la
pierna elevada.
3. A los 7 a 10 días, el riesgo del edema prácticamente
ha desaparecido y ya no es necesario mantener la
pierna elevada.
4. Controlar la práctica de los ejercicios de
cuádriceps, cadera y movimiento de los dedos del
pie.
5. El estado del paciente y el estado del yeso, deben
ser controlado cada 7 a 10 días.
6. Así se mantiene por 3 a 5 semanas. Transcurrido
este lapso se da comienzo a una segunda fase en el
tratamiento.
7. Nuevo control radiográfico.
Segunda fase
Transcurridas 4 a 5 semanas:
1. Se saca el yeso. Aseo de la pierna; examen del estado de la piel.
2. Control clínico de la estabilidad del foco de fractura. No debe olvidarse que es el examen clínico y no el aspecto radiográfico del foco de fractura, el que da una más fiel información respecto al progreso de la consolidación.
3. Radiografía: de control sin yeso.
4. Colocación de nuevo yeso, siempre en tres tiempos, como fue colocado la primera vez.
o Taco de marcha.
5. Nueva radiografía de control, una vez fraguado el yeso.
6. Corrección de desviaciones de eje si las hubiera.
7. Si el grado de estabilidad clínico del foco de fractura confiere confianza en cuanto a su solidez, puede autorizarse la marcha con apoyo de bastones. Si así no ocurriera, no se autoriza la marcha hasta el próximo control.
En estas condiciones, caminando con apoyo del yeso, con ayuda de bastones, se mantiene hasta cumplir 3 meses de tratamiento.
Tercera fase
Cumplidas las 12 semanas:
1. Se retira el yeso.
2. Aseo y examen del estado trófico de la piel.
3. Control clínico del grado de solidez y estabilidad del foco de fractura.
4. Radiografía de control.
Según sea de confiable clínicamente el callo óseo, complementado por la información radiográfica, se procede:
1. Retiro definitivo del yeso.
2. Deambulación controlada con apoyo de bastones.
3. Venda elástica.
4. Rehabilitación controlada de movimientos de
rodilla, tobillo, pie y ortejos.
5. Rehabilitación controlada de cuádriceps.
6. Control clínico cada 10, 15, 20 y 30 días, hasta su recuperación completa.
7. Control radiográfico a los 30 y 60 días de sacado el yeso.
Inmovilización funcional
Cumplida la primera fase (3 a 5 semanas) y según sea de confiable clínicamente el callo de fractura, y dependiendo de la experiencia técnica del médico tratante, podría iniciarse la segunda fase del tratamiento con una bota de yeso (bota de Sarmiento), con apoyo en tuberosidad anterior de la tibia, muy bien modelada en torno a la base de los platillos tibiales, con apoyo en el contorno rotuliano, dejando libre el hueco poplíteo, lo que le permite la libre flexión de la articulación de la rodilla.
En la medida que haya dudas clínicas de una
consolidación retrasada o falta de tecnicismo en el manejo de este tipo de yeso, es aconsejable decidirse por continuar la segunda y tercera fase con bota larga, bien modelada y ambulatoria.
La técnica del yeso con «inmovilización funcional»,
reactualizada por Sarmiento, corresponde a una modalidad de tratamiento que es privativa del especialista ya avezado en el manejo de esta modalidad terapéutica.

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Categoría: Traumatología.




One Response to “FRACTURAS DE LA DIAFISIS DE LA TIBIA Tratamiento ortopédico”

  1. yolanda Dice:

    cuando hay fractura de tibia es verdad que se coloca el platini dntro de la medula del hueso de la tibia…


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