FRACTURAS DEL CUELLO DEL FEMUR Sintomatología


Los hechos clínicos que rodean a esta lesión son muy característicos, casi patognomónicos. Los hechos que configuran el cuadro clínico son siempre los mismos:
? Paciente de edad avanzada: 50 años o más.
? Con mucho mayor frecuencia del sexo femenino.
? En general, traumatismo de escasa magnitud, en franca desproporción con la gravedad del daño óseo.
Es frecuente que no se compruebe un traumatismo directo sobre la cadera (caída); corresponde a casos en que el paciente se desploma porque se fracturó mientras caminaba o cuando sostenía todo el peso del cuerpo en un solo pie. En estos casos debe seguir la sospecha de una fractura en hueso patológico.
? Dolor de intensidad variable, dependiendo del grado de la lesión ósea, magnitud del desplazamiento, etc. Se manifiesta en la zona del pliegue inguinocrural, irradiado a la cara interna del muslo y aún hasta la rodilla.
La poca intensidad del dolor, su irradiación al muslo, unido a la escasa magnitud del traumatismo, son causas frecuentes de error diagnóstico, quedando la fractura inadvertida.
? Impotencia funcional, en la mayoría de los casos es absoluta; pero en fracturas sub-capitales, no desplazadas y encajadas, es posible la estadía de pie y aun la
deambulación, aunque con ayuda de terceras personas o de bastón.
? Miembro inferior más corto, por el ascenso del segmento femoral, determinado por la contractura muscular de los pelvi-troncantéreos.
? Rotación externa, por acción del músculo psoas-ilíaco.
Las dos deformaciones señaladas pueden ser de mínima cuantía, difíciles de detectar en fracturas sub-capitales o medio-cervicales, reducidas y encajadas; también ello se suele constituir en causal de errores de diagnóstico.
? Ligera abducción del muslo.
? Imposibilidad para elevar el talón de la cama. Es un signo siempre presente, y de gran valor diagnóstico frente a un cuadro clínico en que los otros signos sean poco relevantes.
Merece destacarse el hecho que, a pesar de ser ésta una fractura en un segmento óseo importante, no hay:
? Aumento de volumen del muslo.
? Ni equímosis en las partes blandas vecinas.
Ello se explica porque la fractura del cuello del fémur casi en todos los casos es intraarticular, generando una hemorragia en la cavidad articular que aísla el hematoma del medio circundante.
Ello permite diferenciarla de inmediato de la fractura pertrocantérea, extra-articular, que presenta gran equímosis en las partes declives de la raíz del muslo, y aumento de volumen por la acción inflamatoria de la hemoglobina libre en las partes blandas.

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Categoría: Traumatología.




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