Resolución de problemas clínicos


Los pasos iniciales en la resolución de problemas clínicos incluyen la recogida de datos relacionados con el paciente, el análisis de estos datos y la elaboración de un diagnóstico diferencial o una lista de problemas. Estos tres procesos no suelen ser fases secuenciales, independientes y fáciles de separar. El médico obtiene la información y la analiza de forma inmediata, de manera que, antes incluso de empezar el interrogatorio, se inicia el proceso diagnóstico con la valoración del aspecto del paciente, su forma de caminar o de vestirse, su sexo y la estimación de una edad aproximada. Por tanto, el razonamiento clínico comienza antes de empezar formalmente la historia clínica y continúa a lo largo de todo el proceso de recogida de datos.
Esta recopilación de datos representa toda la información obtenida acerca del paciente tanto durante la anamnesis, como en la exploración física o a través de pruebas complementarias básicas. ¿Cuál es la importancia relativa de cada una de estas fuentes de información? A veces, una radiografía de tórax es el factor determinante de la sospecha diagnóstica, como en el caso de un paciente con febrículae infiltrado cavitado en el vértice pulmonar. Otras veces es un hallazgo de la exploración física lo que orienta definitivamente un diagnóstico, como en el caso de un paciente con un cuadro constitucional y múltiples adenopatías palpables. En ocasiones, una prueba complementaria es la que proporciona la clave diagnóstica, como un test del sudor positivo en un paciente joven con episodios catarrales de repetición. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, la historia clínica es la fuente de información más relevante para establecer un diagnóstico.

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Categoría: Glosario Médico.




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