Taponamiento cardíaco
Es el cuadro derivado de la acumulación en la cavidad pericárdica del suficiente líquido y con la suficiente rapidez como para comprometer el llenado de los ventrículos.
La presencia de líquido en el pericardio aumenta progresivamente la presión en esta cámara. El incremento en la presión pericárdica se transmite a las cámaras cardíacas, primero a las derechas, así son las que se colapsan antes. Esto produce una dificultad para el llenado de las cavidades derechas y un aumento de las presiones del territorio venoso sistémico, con la consiguiente congestión sistémica. Por otra parte, la disminución del llenado produce una caída del gasto cardíaco y signos de bajo gasto anterógrado. Al encontrarse todas las cámaras recubiertas por el saco pericárdico, los aumentos de volumen se traducen en aumentos de presión que se compensan por la interdependencia de las cámaras. Así, durante la inspiración retorna más sangre hacia las cámaras derechas, que tienen que albergar este aumento de volumen en unas cavidades “comprimidas” por el líquido pericárdico. Esto produce distensión
del VD a expensas de “comprimir” el VI. Esta es la razón por la que puede existir pulso paradójico. La forma en la que el organismo se intenta adaptar es común a la situación de insuficiencia cardíaca; la eficacia de los mecanismos compensadores es tanto menor cuanto más rápida sea la instauración del cuadro. De ahí que los cuadros más floridos de taponamiento sean los más agudos.
Los factores que determinan la aparición de una clínica más florida son: la mayor cantidad de líquido(MIR 95-96F, 27), la rapidez de instauración del derrame, el menor grosor del miocardio y el mayor grosor del pericardio parietal.
En esta patología está comprometida toda la diástole (a diferencia de la pericarditis constrictiva o la miocardiopatia restrictiva, en la que no se afecta la primera parte).
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Categoría: Glosario Médico.
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