Cómo prevenir caídas en la tercera edad


El ser humano está más propenso a caerse en los primeros años de vida, cuando está aprendiendo a caminar, y también en los últimos años, cuando cada vez es más difícil desplazarse.

La diferencia entre ambos casos es que mientras los niños suelen salir invictos de este tipo de experiencias, en el caso de los adultos mayores, estos accidentes pueden tener serias consecuencias, ya que su estructura ósea se encuentra debilitada, lo que aumenta las probabilidades de que resulten con secuelas que, finalmente, pueden ser causa de invalidez.

Considerando las graves consecuencias que puede tener un accidente de ese tipo, Clínica Alemana ha desarrollado un Programa de Caídas, integrado por profesionales especialistas en esta materia.

Muchas veces las personas que se caen quedan con lesiones graves en el aparato locomotor, como fracturas de muñeca, cadera o columna, y traumatismos craneanos. Además, si permanecen mucho tiempo en el suelo, es posible que terminen con hipotermia y deshidratación, incluso, algunos fallecen como efecto directo o indirecto de la caída.

El doctor Eric Blake, jefe de la Unidad de Geriatría y responsable del Programa de Caídas, sostiene que las consecuencias trascienden el ámbito netamente médico, dado que también tienen serios efectos a nivel psicológico y económico.

«Los adultos mayores que han tenido un accidente de este tipo suelen sufrir del ‘Síndrome post caída’, que es el miedo a sufrir una nueva caída, lo que genera inmovilidad, mayor desacondicionamiento físico y aumento del riesgo de otro accidente», explica el especialista.
A esto se suman consecuencias socioeconómicas, dado que estas situaciones pueden originar gastos médicos y cambios en los hábitos de vida como, por ejemplo, la necesidad de una persona que cuide al enfermo. Además, debido a su menor capacidad de desplazamiento, puede disminuir su contacto con familiares y amigos.

Principales riesgos
El Programa de Caídas de Clínica Alemana considera una serie de factores que hacen a este grupo más vulnerable.

«El objetivo es contar con un sistema para identificar el riesgo de caídas que tiene un adulto mayor. La mayoría de las veces, existen elementos intrínsecos y extrínsecos que hacen que la persona esté más propensa a sufrir este tipo de accidentes», explica el doctor Blake, quien está a cargo de este proyecto.

Dentro de los elementos intrínsecos, se encuentran los propios cambios asociados al envejecimiento, como la disminución de la fuerza y la pérdida de fibras musculares de contracción rápida, además de la merma en la agudeza visual y auditiva. A esto se suman patologías crónicas, como la artrosis o la enfermedad de Parkinson, a las que se pueden agregar trastornos como el Síndrome Confusional Agudo.

Dentro de los factores extrínsecos que favorecen una caída están las condiciones ambientales internas del hogar, como mala iluminación, alfombras sueltas, ausencia de pasamanos y pisos resbalosos, entre otros. Uno de los lugares más peligrosos es el baño.
Asimismo, hay que evitar ciertas situaciones que se producen en espacios exteriores como, por ejemplo, aglomeraciones, veredas irregulares, semáforos de breve duración y aceras estrechas. También puede ser un factor de riesgo utilizar calzado inadecuado y el mal uso de dispositivos de apoyo (bastones o muletas).

Un aspecto de enorme importancia es el consumo de fármacos que tienen como efecto secundario somnolencia, caída de la presión arterial al incorporarse, u otro tipo de reacciones que dificultan un normal desplazamiento. Entre los medicamentos más importantes que producen este tipo de problemas están los antihipertensivos, antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos y diuréticos, entre otros.

Es importante que los adultos mayores y las personas que los cuidan estén conscientes de los riesgos que presentan este tipo de situaciones, y tomen las medidas adecuadas de prevención tanto dentro como fuera del hogar. De esta manera se puede disminuir el peligro de caídas, sobre todo cuando la persona ya ha sufrido accidentes de este tipo.

Por último, es importante que los médicos pregunten a todos los pacientes de la tercera edad si tienen antecedentes de caída en el último año. Si es así, se debe evaluar la marcha con un examen clínico específico.

En la valoración geriátrica integral, se evalúa siempre la marcha y, dependiendo del resultado del examen y de las condiciones del paciente, se estudia con mayor profundidad, se deriva a gimnasia preventiva para adultos mayores o se refiere a kinesiterapia para una identificación detallada de los déficit y para que participe en un programa de reeducación de la marcha y fortalecimiento muscular, de manera de reducir el riesgo en el futuro.

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Categoría: Tercera Edad.




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