Depresión post parto
Todas las mamás les gustarÃa disfrutar del nacimiento de un nuevo hijo. Sin embargo, una de cada diez mujeres no lo podrá hacer ya que tendrá depresión post parto.
La psicóloga de ClÃnica Alemana Ximena Rubio explica que esta condición se caracteriza por un sentimiento de culpa y tristeza, falta de motivación, irritabilidad, llanto, labilidad emocional (cambios rápidos del ánimo), desasosiego interior, angustia y sentimientos de incapacidad para cuidar al recién nacido, todos aspectos que requieren de un tratamiento.
Añade que esta enfermedad tiene distintos grados. Lo más frecuente es el baby blues, denominación que indica la presencia de estos sÃntomas inmediatamente ocurrido el parto, los que luego de dos semanas tienden a desaparecer.
Sin embargo, la especialista aclara que la depresión post parto puede surgir tres dÃas después de nacida la guagua o, incluso, meses más tarde.
Precisa que, además de las manifestaciones anteriores, la madre presenta insomnio o hipersomnia, trastornos del apetito y dificultades para atender a su hijo y a ella misma. En casos más graves, la mujer pierde el vigor y se ve incapacitada de cuidar a su bebé.
La psicóloga señala que aún no están muy claras las causas de esta enfermedad. No obstante, dice que se ha correlacionado a los cambios hormonales propios del embarazo y puerperio, aparte de las causas endocrinológicas de los trastornos afectivos en general.
Agrega que también podrÃa predisponer a esta patologÃa el hecho de que la mujer haya presentado una depresión antes de tener a su hijo o si sufrió de una depresión post parto anteriormente. También se puede generar una depresión reactiva producto de eventos vitales estresantes, como por ejemplo, que ella esté sola, sin familia y esposo.
¿Cuáles son los tratamientos?
La especialista señala que existen diversos procedimientos que ayudan a disminuir los efectos de este mal. La primera lÃnea de acción es con psicofármacos por lo que se debe consultar a un psiquiatra.
«Lo ideal es complementarlo con una psicoterapia que esté orientada no sólo a los aspectos personales, sino que también a la enseñanza de cómo criar al hijo y a aclarar las preguntas de las nuevas mamás.
Son cuestionamientos simples pero que cargan de ansiedad. Muchas veces la labor educativa baja estos niveles», explica la psicóloga.
También favorece el contar con una buena red de apoyo para cuidar a madre e hijo. Asimismo, es importante que las mamás se den el tiempo y duerman las horas que necesiten, para poder descansar tras cuidar al bebé.
Se recomienda una alimentación saludable y que se practique alguna actividad extraprogramática para que el cuidado del niño no sea la única preocupación. Aquà es fundamental que el marido colabore.
No obstante, hay madres que a pesar de contar con una red de apoyo, debido a su personalidad introvertida se sobreexigen y asumen más responsabilidades de las que pueden sobrellevar. En ellas «empieza a aparecer una serie de sentimientos encontrados, ya que no sienten la felicidad que deberÃan y esta contradicción las llena de culpa».
El cuadro puede aparecer desde la segunda semana del puerperio hasta 5 meses o más después del parto.
Los cuadros más severos se inician más precozmente, en la 2° ó 3° semana de puerperio. Cuando una depresión se i nicia tempranamente puede confundirse con una disforia, pero ya se ha dicho que la caracterÃstica de la disforia es su duración no más allá de 10 dÃas. Por otra parte, el inicio temprano puede deberse a un estado disfórico no considerado o tratado inadecuadamente.
Los sÃntomas son más especÃficos y profundos que los de una labilidad emocional:
- Deseos de llorar frecuentemente, sin causa precisa
- Ansiedad y preocupación sin causa precisa
- Irritabilidad. Miedo y sobresaltos frecuentes
- Sentimientos de culpa
- Sentimientos de incapacidad, descontento e insatisfacción consigo misma
- Desmedro de la autoimagen fÃsica
- Alteraciones del sueño: somnolencia exagerada o insomnio
- Ideas suicidas y temor de hacer daño al niño
- Temor de no pertenencia de su hijo
- Temor a enfermedades o deformaciones en el niño
- Pesimismo hacia el futuro
- Dificultad para reÃr y para ver el lado positivo de las cosas
Hay factores que están asociados al desencadenamiento de este cuadro: o mala relación y/o falta de compromiso de la pareja o embarazo adolescente o embarazo en mujer mayor de 35 años o historia familiar con antecedentes depresivos o actitud negativa frente al embarazo
Hay además situaciones clÃnicas del embarazo y el parto que actúan como factores estresantes y que inciden en la prevalencia de la depresión: o inducción del parto o cesárea de urgencia o anestesia peridural en el parto vaginal o peso insuficiente del recién nacido o presencia de patologÃa y hospitalización del niño o dificultades con la lactancia.
Se observa una declinación significativamente mayor de la lactancia a partir de la 3ª semana postparto en las madres con depresión puerperal. Cuando se está frente a un cuadro depresivo, el manejo comprende tres medidas:
-  Apoyo sicológico a la paciente: es necesario establecer con ella una relación de confianza que facilite la expresión libre de sus sentimientos y emociones, poner énfasis en la afectividad positiva y apoyar el desarrollo de habilidades para asumir el rol materno y los cuidados del niño. Cuando el cuadro depresivo es leve, que es el caso de la mayorÃa, por lo general estas medidas son suficientes.
- Intervención sobre el grupo familiar: la comprensión del cuadro depresivo por parte de la familia, especialmente de la pareja, es fundamental para lograr una regresión de los sÃntomas.
- Uso de sicofármacos: el uso de fármacos está indicado en los cuadros depresivos más graves o cuando éstos se prolongan por varios meses, optándose por fármacos que no afecten al recién nacido y la lactancia.
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Categoría: PsicologÃa y PsiquiatrÃa.
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