Hernia hiatal: Lo fundamental es efectuar un tratamiento oportuno
Afecta principalmente a hombres y suele manifestarse de forma silenciosa, aunque en ocasiones se presenta con reflujo, acidez, dificultad para deglutir, dolor torácico y tos. Es la hernia hiatal, una enfermedad que no tiene causa conocida y que muchas veces debe ser tratada quirúrgicamente.
Se produce cuando una porción del estómago sube hacia el tórax a través de un orifico o hiato en el diafragma o por un ascenso de la unión esófago-gástrica. Generalmente, es una condición adquirida que crece con el transcurso de los años y con el aumento de la presión intra-abdominal.
El doctor Rodolfo Loehnert, cirujano de ClÃnica Alemana y especialista en la materia, explica que es una patologÃa común que generalmente está asociada al reflujo gastroesofágico. «De hecho el 90% de los pacientes operados de esa enfermedad sufre de hernia hiatal. De ellos, el 63% corresponde a varones, cuya edad promedio es alrededor de los 44 años», sostiene.
Si bien su origen aún no está claro, existe una serie de factores de riesgo que pueden gatillarla como la edad, la obesidad, el estreñimiento, el embarazo, el estrés y el consumo de cigarrillo.
Los niños también pueden sufrir de esta afección, sin embargo, en ellos generalmente es congénita.
Tratamiento quirúrgico
Cuando hay sÃntomas que hacen sospechar de una hernia hiatal, se deben realizar radiografÃas, una endoscopÃa y, en algunos casos, una manometrÃa esofágica.
«Se está trabajando con endosonografÃa para lograr un diagnóstico más precoz, ya que actualmente sólo es detectada por endoscopÃa en el 21.8% de los casos, y por radiologÃa en el 26.8 %», afirma el doctor Loehnert.
Dependiendo del diagnóstico, se puede efectuar un tratamiento médico o quirúrgico. El primero está orientado a aliviar los principales sÃntomas, que son reflujo, acidez, dolor y tos, entre otros.
El tratamiento quirúrgico está reservado para casos más avanzados y consiste en cerrar el orificio dilatado del diafragma y reducir la hernia. De esta forma se busca evitar complicaciones como dificultades respiratorias, reflujo, problemas toráxicos, dolor y otras alteraciones en el esófago.
La intervención puede efectuarse por cirugÃa abierta o laparoscópica, un método que consiste en introducir una diminuta cámara para ver el interior de la cavidad abdominal, mientras por otras punciones de aproximadamente cinco milÃmetros se introducen los instrumentos para efectuar la cirugÃa.
Esta alternativa ofrece todos los beneficios de la cirugÃa mÃnimamente invasiva, es decir, menos dolor, una recuperación mucho más rápida y cicatrices más pequeñas. La operación demora una hora y media, y el paciente puede ser dado de alta a los dos dÃas para retomar su vida normal.
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