Hipertensión arterial: No sólo un problema de adultos
La hipertensión arterial (HTA) no sólo afecta a los adultos. En muchas ocasiones, ya sea por factores hereditarios o como consecuencia de otra enfermedad, niños y jóvenes pueden presentar este problema.
Es asà como en Chile el 5.6% de la población entre 17 y 24 años presenta este problema. Las cifras suben a medida que la edad aumenta. Por ejemplo, entre los 25 y los 44 años, el porcentaje de pacientes con la presión alta es 22,3.
El doctor Emilio Roessler, jefe del Servicio de NefrologÃa de ClÃnica Alemana, explica que al ser ésta una enfermedad silenciosa -a menos que se trate de una hipertensión maligna-, las personas no se dan cuenta que la tienen.
«Para tratarla precozmente no hay que fijarse en los sÃntomas. Es decir, no se manifiesta con dolor de cabeza, ni mareos», advierte el especialista. Por eso es importante tomar la presión periódicamente, para que, si se encuentra el trastorno, se inicie un tratamiento y asà prevenir sus complicaciones.
Entre ellas están la hemorragia cerebral, la insuficiente cardiaca y renal, y los infartos. Estos últimos, generalmente, no afectan a pacientes jóvenes o a niños.
¿Qué pasa con los más chicos?
En la infancia, la HTA se define cuando un niño tiene la presión arterial sobre lo esperable para el 95% de la población de su misma edad, talla y sexo. Ésta se considera grave cuando la presión del menor está por encima de lo esperable para el 99% de los niños con sus caracterÃsticas.
Entre menores de 18 años, este problema oscila entre el 1.5 y el 3% de la población.
Aquà se incluyen los dos tipos de HTA. Es decir, la esencial, que responde a factores genéticos y que constituye el 90% de los casos; y la secundaria, que se origina por otras patologÃas y que conforma el 10% restante.
En la HTA esencial, si ambos padres tienen la presión alta, el 50% de sus hijos heredará el problema. Si esto ocurre sólo con el padre o la madre esta cifra baja a 33%.
Hay que agregar que en estos casos el 40% de los menores tiene hiperinsulinemia, que son niveles muy altos de insulina en la sangre. El doctor Roessler señala que este problema es tratable.
Además, la HTA esencial se relaciona con la sensibilidad al sodio -asociado al mal manejo de la sal por el riñón-, un bajo peso de nacimiento, la obesidad y el consumo de sal. Esto último también puede ser manejado con un cambio de hábito de alimentación.
El especialista explica que en estos casos la prevención está destinada a que la afección «se presente más tarde o a que sea menos intensa, pero no se puede evitar. Lo que se hace es retardar su aparición».
La HTA secundaria en los jóvenes se da fundamentalmente por trastornos vasculares, dentro de los cuales están la estrechez de la aorta y de la arteria renal. A esto se suman las enfermedades en los riñones, como la pielonefritis, trauma renal o atrofia renal congénita.
Un tercer origen para que se dé el trastorno en esta población es de orden endocrino, donde tumores benignos suprarenales, hipertiroidismo y la administración de corticoides, pueden incidir en su aparición.
En los adolescentes, los mayores trastornos en la salud que dan origen a una hipertensión son los relacionados con el riñón.
Cambio de hábitos
Las condiciones actuales en las que viven los jóvenes hacen que los factores de riesgo para tener HTA aumenten. La vida sedentaria, la temprana adicción al tabaco y la comida rápida, son parte de la vida de muchos de los adolescentes actuales. Es por eso que es fundamental cambiar los hábitos.
El doctor Roessler advierte sobre la importancia que tienen las medidas de prevención en esta enfermedad. Entre ellas están un control adecuado del peso y de la obesidad, reducir la sal de la dieta, hacer ejercicio aeróbico y no fumar.
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