Caspa: Una frecuente molestia


A muchas personas alguna vez les ha pasado que cuando se ponen una chaqueta o sweater oscuro, aparece sobre sus hombros pequeñas partículas blancas que caen desde la cabeza. Estas escamas corresponden a la conocida caspa.

Este desprendimiento de la piel se manifiesta en forma de pequeñas escamas difusas, finas, blancas, a veces grasosas y cuya intensidad es variable. A pesar de que es normal que las células de piel se mueran y formen hojuelas, algunas personas, ya sea crónicamente o como resultado de ciertas condiciones, experimentan una cantidad anormal de éstas, lo cual puede ser acompañado de enrojecimiento y picazón en el cuero cabelludo.

La doctora Juanita Benedetto, dermatóloga de Clínica Alemana, explica que «en la mayoría de los casos la caspa obedece a múltiples causas entre las que se encuentran enfermedades inflamatorias del cuero cabelludo como la dermatitis seborreica y atópica o psoriasis».

Cuando la caspa es producto de dermatitis seborreica se debe a una combinación de sobreproducción de grasa en la piel e irritación a causa de una levadura llamada Malassezia. Esta patología es genética, pero el riesgo de padecerla puede aumentar debido a factores como el estrés, la fatiga, los climas extremos, la piel grasosa, lavarse diariamente con champús que no son de uso frecuente, el empleo de lociones que contienen alcohol, trastornos de la piel u obesidad.

En tanto, cuando es por dermatitis atópica se manifiesta generalmente en el primer año de vida. Sin embargo, entre un 40 y 50% de quienes la padecen la mantienen en su adultez. Además de la herencia genética, existen factores responsables de generar esta patología, como la polución del aire, el polvo habitacional ácaro de las alfombras- y el incremento en los aditivos y preservantes alimentarios. Asimismo, existen causas individuales responsables de este cuadro como, por ejemplo, las alteraciones del sistema inmunológico y de la capa epidérmica. Además, agentes externos como bacterias, hongos y parásitos, influyen en esta enfermedad.
La psoriasis produce caspa, ya que altera la renovación de las células cutáneas. Lo que ocurre es que, normalmente, éstas crecen en lo profundo de la piel y suben hasta la superficie aproximadamente una vez al mes, sin embargo, en los individuos con dicha enfermedad este proceso es más rápido y las células cutáneas muertas se acumulan en la superficie de la piel.

En general, favorece la aparición de caspa la convivencia en lugares con poca humedad y periodos de mayor tensión emocional. «Por lo tanto, en ese sentido podemos decir que el estrés influye en la producción de la caspa», agrega la especialista.

La doctora Benedetto asegura que la caspa sí puede evitarse. Para esto, lo principal es tratar la enfermedad de base. Asimismo, es muy útil el uso local de champús que contengan compuestos antiinflamatorios, y que aceleren la descamación de la piel como, por ejemplo, ácido salicílico y compuestos que traten la Malassezia.

Tratamiento
Debido a las enfermedades que producen la caspa los individuos están predispuestos, por lo que la descamación tiende a volver si no se llevan los tratamientos en forma constante.

La especialista recomienda usar champús de mantención -por ejemplo tres veces por semana- que controlan la inflamación, la descamación y la proliferación de Malassezia.

Existen champús medicados que mantienen una buena cosmética, agradable olor y facilidad de aplicación.

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Categoría: Dermatología.




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