Convulsiones
Un ataque o convulsión consiste en una contracción repentina, violenta e incontrolable de un grupo de músculos que generalmente se presenta como una respuesta a una descarga eléctrica anormal en el cerebro. Esta descarga puede hacer que la persona sólo perciba un olor o sabor extraño, o bien puede incidir en un área amplia del cerebro y producir una convulsión. Usualmente durante una convulsión, los ojos quedan en blanco, el cuerpo se torne rÃgido y los brazos y piernas se muevan en forma brusca e irregular.
El ataque puede durar entre 2 y 5 minutos. Cuando concluye, la persona puede presentar dolor de cabeza, dolor muscular, sensaciones raras, confusión y fatiga extrema. Habitualmente, la persona no recuerda qué sucedió durante el episodio.
Causas de las convulsiones
Las más comunes son:
- Epilepsia (los ataques se presentan siguiendo un patrón predecible).
- Fiebre alta o insolación.
- Traumatismo craneal.
- Infecciones cerebrales como meningitis o encefalitis.
- Tumor en el cerebro.
- Enfermedades que afectan al sistema nervioso como el tétanos.
- Diabetes (las convulsiones pueden ocurrir cuando el nivel de azúcar en la sangre es demasiado bajo o demasiado alto).
- Exposición a drogas o sustancias tóxicas, por ejemplo: consumo de alcohol en cantidades excesivas, asà como, anfetaminas y cocaÃna, entre otras.
- SÃndrome de abstinencia (después de suprimir la utilización excesiva de alcohol, tranquilizantes o incluso pastillas para dormir).
- Reacciones adversas a fármacos de prescripción médica.
SÃntomas
Generalmente, las convulsiones no presentan más sÃntomas que los del padecimiento que las provoca. En caso de infección cerebral, previo a la convulsión suele haber fiebre mayor a los 39° y dolor de cabeza.
Prevención
- En caso de que el paciente presente una epilepsia diagnosticada, es recomendable portar siempre una etiqueta de advertencia médica.
- Es necesario tomar en cuenta que no hay nada que pueda hacerse para detener las convulsiones una vez que han comenzado.
- Es importante tratar de proteger al paciente para que no se lastime.
- Retirar los muebles y objetos filosos del área que le rodea.
- Si la persona presenta vómito, debe colocarse su cabeza de lado para evitar una broncoaspiración.
- En un bebé o niño, los ataques pudieran ser el resultado de fiebre muy alta, por lo que se debe bajar la temperatura, de forma gradual con una esponja empapada o con compresas frescas y agua tibia. Sin embargo, no se debe sumergir al niño en un baño de agua frÃa.
- Después de una convulsión, la mayorÃa de los pacientes caen en un sueño profundo. No es necesario evitar que la persona se duerma.
- Se debe permanecer con la persona hasta que se recupere y consultar a su médico inmediatamente para tomar las medidas adecuadas.
Tratamiento
Dependerá de la causa de la convulsión, cuando éstas se presentan de modo secundario, es decir, como consecuencia de alguna otra enfermedad, el tratamiento estará enfocado al padecimiento que la origine. Es importante consultar a su médico para que sea él quien determine el procedimiento correcto y oportuno,
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Categoría: Glosario Médico.
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