Estreñimiento ¿QUÉ ES?
La digestión es el proceso químico a través del cual extraemos de los alimentos los nutrientes útiles, y eliminamos los restos inútiles. La digestión se inicia en la boca con la ingestión de los alimentos, y finaliza en el ano con la expulsión de los residuos (heces). Estos están compuestos fundamentalmente por celulosa, bacterias intestinales, y restos fibrosos no digeribles que ayudan al transporte de los productos de desecho.
Los residuos avanzan, gracias al peristaltismo (por movimientos involuntarios de la musculatura del intestino), por el intestino grueso, que los va desecando, hasta el recto -donde se acumulan-. Una vez acumulado un volumen suficiente, distiende el recto y estimula las terminaciones nerviosas, enviando al cerebro la orden para proceder a su evacuación. A partir de aquí la defecación se convierte en un acto voluntario.
La alteración en el ritmo de evacuaciones de las heces origina la diarrea (aumento del número de deposiciones) o estreñimiento (dificultad para defecar acompañada o no de disminución de la frecuencia de deposiciones).
CAUSAS
Podemos distinguir las secundarias a patologías orgánicas (tumores, obstrucciones intestinales, algunas colitis crónicas, etc.), y las secundarias a patologías psicológicas (ansiedad, angustia, anorexia) de las primarias o idiopáticas.
Nada más ilustrativo de la gran importancia de la costumbre en la defecación que el «Estreñimiento del viajero», situación relativamente frecuente en la que los pacientes, al estar fuera de su medio, y por el estrés del viaje, no obran durante la duración del mismo.
Entre estas últimas la causa más frecuente es el hábito de contenerse, durante largos períodos. Con el tiempo, la cantidad de residuos acumulados para provocar la respuesta nerviosa deberá ser mayor originándose el estreñimiento. Esto puede ser provocado por malos hábitos o por procesos orgánicos locales (hemorroides, fístulas) que hacen dolorosa la defecación, por lo que inducen este círculo vicioso.
Aún cuando un buen hábito intestinal implica la evacuación diaria de los productos de desecho, pueden existir dietas que alteran la composición de las heces (pobres en fibras) disminuyendo la cantidad de residuos y aumentando su dureza. Para llenar el recto se necesita mayor cantidad y más tiempo. Esto induce un debilitamiento de la musculatura y termina produciéndose el estreñimiento.
En algunos pacientes, de forma congénita, o de resultas de un estreñimiento pertinaz, se alarga el segmento terminal del colon (megasigma), prolongando la fase de desecación de las heces y su endurecimiento.
Finalmente, un factor agravante lo constituye el abuso de laxantes, sobre todo los irritantes (tipo «gotas» o derivados del «sen»), que acaban «quemando» los nervios propios del colon, retardando el paso de su contenido y aumentando su desecación.
Dado que las patologías orgánicas que provocan estreñimiento pueden ser muy graves, debe consultarse con el médico; sobre todo si es de reciente aparición o alterna con períodos de diarrea.
SÍNTOMAS
Los síntomas definitorios son:
Distanciamiento entre defecaciones. Según un aforismo clínico, los márgenes normales para la defecación van de tres veces al día a una vez cada tres dias. Lapsos mayores se consideran patológicos.
Consistencia de las heces excesiva.
Aparte del ritmo y consistencia, se pueden presentar otros síntomas:
Plenitud y peso en el bajo vientre.
Tenesmo (ganas de obrar) .
Sintomatología propia de la alteración subyacente en el caso de los estreñimientos secundarios.
FACTORES DE RIESGO
Hábito de contenerse.
Factores genéticos (suele darse por familias, quizás influya más la costumbre que los genes).
Dietas pobres en residuos.
Sedentarismo.
Prisas.
Uso de laxantes irritativos.
PREVENCIÓN
La prevención pasa por evitar los factores de riesgo y acostumbrar al organismo a un hábito y horario adecuados.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Diagnóstico
El diagnóstico del estreñimiento es sencillo. A veces será necesario descartar causas subyacentes mediante estudios radiográficos, colonoscopias, etc.
Tratamiento
El fundamento del tatamiento estriba, en la mayoría de los casos en cambios en los hábitos dietéticos y una adecuada educación intestinal.
Se comienza por no ignorar el estímulo defecatorio: debemos conseguir que se produzca diariamente y a la misma hora.
Para ello, después de haber ingerido algún alimento debemos acudir al baño, evitando las prisas, sin perder en un principio la paciencia, ya que los resultados no son inmediatos.
Medicación
En el estreñimiento es muy frecuente la automedicación inducida por personas próximas con el mismo problema. Pero esta alteración puede poner de manifiesto dolencias importantes y graves, por ello, le corresponde al médico evaluar y tratar este trastorno.
La automedicación implica la elección de un tratamiento independientemente de la causa que lo provoca, no siendo en la mayoría de las ocasiones el más adecuado para el tipo de estreñimiento que padecemos, con lo cual lo único que conseguimos es agravar el cuadro.
Actividad
Se debe desarrollar una cierta actividad física (paseos matutinos, gimnasia, etc.); ya que tonifica la musculatura abdominal, induciendo un peritalismo adecuado que regulará el hábito intestinal además de proporcionarnos importantes beneficios para nuestra salud.
Dieta
Es importante llevar una alimentación adecuada, aumentando el consumo de frutas, verduras y productos integrales y bebiendo abundante cantidad de líquidos. Esto equivale a incrementar las dietas ricas en celulosa y fibras que ayuden al transporte y aumenten el volumen del bolo fecal.
Podemos decir que las dietas ricas en fibras constituyen el laxante natural de mayor eficacia en el tratamiento del estreñimiento.
Con esta enfermedad se aconseja seguir la siguientes dietas:
Dieta rica
POSIBLES COMPLICACIONES
Reacciones anafilácticas (dificultad en la respiración, irregularidades cardíacas, bajada brusca de la presión sanguínea y colapso).
Reacción con urticaria o eczema.
Asma bronquial.
Inflamación intestinal (síntomas gastrointestinales).
PRONÓSTICO
Los niños a menudo desarrollan una hipersensibilidad a determinados alimentos a la edad de dos a cuatro años.
Los adultos con hipersensibilidad a determinados alimentos (especialmente a la leche, el pescado, el marisco y los frutos secos) son menos proclives a desarrollar una alergia.
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Categoría: Glosario Médico.
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