Expectativas del maquillaje en dermatología


El maquillaje está profundamente ligado a nuestra razón de existir, desde el principio de la humanidad. A través de las diferentes épocas y culturas ha ido adquiriendo diversas connotaciones, hasta llegar a nuestra sociedad, donde su papel fundamental ha sido modelar estéticamente nuestra imagen y personalidad.

Pero hoy día, el maquillaje adquiere una nueva dimensión dentro de la dermatología, como coadyuvante en el tratamiento de diversas patologías o lesiones de la piel, más o menos graves. Dada la extensión del tema, este artículo pretende establecer las bases por las cuales el maquillaje puede considerarse como una herramienta de gran utilidad en la práctica dermatológica, ya que ayuda a disimular imperfecciones y secuelas pasajeras o permanentes y proporciona al paciente un reencuentro consigo mismo y con la sociedad, siempre desde la perspectiva de formulaciones que ofrecen las máximas garantías de eficacia, tolerancia y seguridad.

El maquillaje dermatológico
En la práctica podemos encontrarnos diferentes tipos de pacientes, que necesitan un consejo de maquillaje especializado, en función de su problemática:

?Personas con pieles intolerantes o sensibles a determinados componentes de los productos cosméticos; personas con problemas de sensibilidad ocular o usuarias de lentes de contacto; pequeñas imperfecciones de la piel (mal color, ojeras marcadas). En estos casos el dermatólogo debe conocer perfectamente la composición de los productos de maquillaje, su formulación, los componentes susceptibles de poseer un potencial alergizante, y las texturas más adecuadas al tipo de piel.
?Personas con lesiones o patologías más graves (cicatrices, quemaduras, dermatosis desfigurantes, discromías…) o sometidas a tratamientos dermatológicos (medicamentos, peelings, láser…), que necesitan productos de maquillaje correctores, tanto a nivel del rostro como de otras zonas del cuerpo. Este es un grupo más amplio, ya que abarca todos los sexos y edades. Además de lo comentado anteriormente, es necesario conocer las técnicas y la aplicación de los maquillajes de camuflaje, para conseguir un resultado satisfactorio.

Formulación de los productos de maquillaje dermatológico
Podemos clasificar los productos de maquillaje dependiendo de la zona a la que van destinados. La formulación de un maquillaje dermatológico debe de tener en cuenta la fisiología de la zona concreta, así como sus características particulares, con el fin de obtener un resultado óptimo y una máxima tolerancia. Deben conocerse todos los componentes susceptibles de causar una reacción alérgica, evitando al máximo su uso en pieles patológicas o particularmente sensibles.

Maquillajes para el rostro
?La finalidad de los «fondos de maquillaje» no es dar color a la piel, sino proporcionar un efecto cubriente adecuado, unificar el color del rostro y aportar una sensación de confort.
?Es importante adecuar la textura del fondo de maquillaje al tipo de piel: para las pieles secas, las formulaciones en crema, con elementos hidratantes y relipidizantes (aceite de rosa mosqueta, ácidos grasos esenciales, glicerol…) son las más adecuadas. Por el contrario, las pieles mixtas o grasas necesitan emulsiones fluidas o presentaciones compactas, libres de aceites, con elementos seborreguladores, que limiten al máximo el exceso de brillo.
?Las pieles con tendencia rosada deben elegir tonos de maquillaje que tiendan hacia el «beige dorado», mientras que aquellas con tendencia amarillenta o cetrina deben inclinarse hacia maquillajes «beiges rosados» para complementar el color de base de la piel y obtener una apariencia más natural.
?Para las personas con intolerancias verificadas a perfumes y/o conservantes, hay que elegir productos exentos de estas sustancias.
?Para las pieles sensibles se deben aconsejar productos con bajas concentraciones de perfumes (exentos de «fragancias mix») y conservantes (exentos de liberadores de formol o de derivados de tiazolinonas), así como pigmentos de inocuidad reconocida, como son los óxidos de hierro.

Maquillajes para los ojos
Es importante destacar que cualquier producto cosmético aplicado cerca de la zona ocular es susceptible de migrar y entrar en contacto con la superficie córneo-conjuntival.

Los productos para el maquillaje de los ojos deben respetar al máximo la fina epidermis de los párpados, así como la integridad de la película lagrimal y más concretamente, la capa lipídica de superficie que está en contacto directo con el medio externo.

Es importante eliminar de la formulación todos aquellos elementos susceptibles de poseer un potencial alergizante supuesto o reconocido:

?Algunos pigmentos, como el óxido de cromo, utilizado para las tonalidades verdes, el cobalto, el níquel o el carmín de cochinilla que, además, colorea las lentes de contacto.
?Algunos conservantes, como los liberadores de formol, el Kathon CG o el Euxyl K 400.
?Eliminar aquellas sustancias que pueden irritar la piel de los párpados o la córnea, por migración dentro del ojo (efecto mecánico), como la purpurina o ciertos nácares de gran tamaño y utilizar sólo nácares de tamaño inferior a 150 m y en pequeña cantidad (inferior al 20%).
?Utilizar pigmentos recubiertos, como los óxidos de hierro o el azul ultramar.
?Verificar la no migración de los componentes utilizados, para reducir los riesgos irritativos, así como la compatibilidad con las lentes de contacto y la perfecta tolerancia e inocuidad, por medio de tests clínicos en personas con sensibilidad ocular y/o usuarias de lentes de contacto.

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Categoría: Dermatología.




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