Fibrilación auricular
Ritmo cardíaco totalmente irregular. Fibrilación significa contracción desordenada de las fibras del músculo cardíaco.
Se produce en las aurículas, cámaras de recepción de la sangre al corazón, usualmente al dilatarse.
Sexo
Afecta a adultos sin preferencias por ningún sexo.
En esta arritmia existe una actividad auricular desorganizada sin ondas P, que son sustituidas por una ondulación del segmento TQRS (ondas “f”, a unos 350-600 por minuto), con una conducción al ventrículo (respuesta ventricular) irregular.
La FA puede ser paroxística, persistente (si puede intentarse paso a ritmo sinusal) o permanente (si es crónico) y puede existir en individuos con o sin cardiopatía orgánica.
Etiología
Estrés emocional, postcirugía, intoxicación alcohólica aguda, hipoxia, hipercapnia, alteraciones metabólicas o hemodinámicas, hipertiroidismo, valvulopatía mitral, cardiopatía hipertensiva, EPOC, CIA, etc. La fibrilación auricular, además, puede formar parte del síndrome de bradicardia-taquicardia.
Clínica
Además de las palpitaciones que puede producir, la morbilidad de la FA depende de estos factores:
- Respuesta ventricular: si es rápida, puede provocar hipotensión arterial, disnea por insuficiencia cardíaca o angina.
- La pausa tras la FA paroxística puede provocar síncope.
- Tromboembolias sistémicas. Pérdida de la contribución de la contracción auricular al llenado ventricular. Esto puede disminuir el gasto cardíaco, sobre todo en cardiopatías en las que hay disminución de la compliance ventricular o dificultad para el llenado, como en la estenosis mitral o en la miocardiopatía hipertrófica.
- Por último, una FA crónica (y también otros tipos de taqui-cardias) con una frecuencia cardíaca muy elevada de forma mantenida, puede producir a veces una miocardiopatía con disfunción del ventrículo izquierdo (taquimiocardiopatía).
La respuesta ventricular suele ser irregular, pero: - Cuando en una FA aparezca un ritmo ventricular regular y lento, hay que sospechar BAV completo con un ritmo de escape.
- Cuando la respuesta ventricular se haga regular y rápida, hay que sospechar taquicardia de la unión o ventricular. La intoxicación digitálica es una causa común de ambos fenómenos, más frecuentemente del primero.
Exploración Física
Faltan las ondas “a” en el pulso yugular, y se observa una intensidad variable del 1R y del latido arterial
Causas
Cualquiera que dilate las aurículas, o dañe el tejido de conducción, como:
- Enfermedad cardíaca provocada por fiebre reumática.
- Ateroesclerosis, con o sin ataque cardíaco previo.
- Hipertiroidismo.
- Fallo cardíaco congestivo.
Síntomas
- A veces no hay síntomas.
- Continuas pulsaciones irregulares en que los latidos no tienen la misma fuerza y duración.
- Debilidad, mareo o desvanecimiento (a veces).
Factores de riesgo
- Estrés.
- Afección de las válvulas cardíacas.
- Cirugía cardíaca reciente.
- Desarreglos de electrolitos, especialmente nivel de potasio bajo.
- Embolia pulmonar.
- Uso excesivo de algunas drogas como hormonas de tiroides, cafeína y otras.
- Tabaquismo.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Obesidad.
Prevención
- Evite los factores de riesgo de ateroesclerosis y enfermedad de la arteria coronaria.
- Siga rigurosamente el tratamiento para las afecciones cardíacas que le hayan prescrito.
Diagnóstico
- Historial y reconocimiento físico por un médico.
- Electrocardiografía.
- Análisis de sangre para determinar los niveles de las drogas utilizadas en el tratamiento.
Medidas generales
- Pida a sus familiares y amigos que aprendan las técnicas de reanimación cardiopulmonar por si tiene un fallo cardíaco.
- No fume, use drogas que alteren la mente o beba más de 1 o 2 bebidas alcohólicas al día.
- Aprenda a tomarse el pulso (latidos por minuto) y a comprobar su regularidad.
- Llame al médico si hay cualquier cambio.
- Reduzca el estrés.
Medicación
- Digital.
- Quinidina.
- Bloqueantes de canales de calcio.
- Bloqueantes beta-adrenérgicos, para regular el ritmo cardíaco.
- Anticoagulantes o Antiagregantes plaquetarios para prevenir coágulos de sangre.
Actividad
- Vuelva a sus actividades normales en cuanto mejoren los síntomas.
- Consulte a su médico antes de reanudar las relaciones sexuales.
Dieta
- Si está obeso deberá perder peso, pero no use supresores del apetito, podrían empeorar los desarreglos del ritmo cardíaco.
- La afección coronaria primaria puede necesitar una dieta baja en sal y grasas y suplementos de potasio.
Avise a su medico si
- Ocurre lo siguiente durante el tratamiento:
- Cambios del ritmo y fuerza cardíaca.
- Dolor en el pecho, sudores y debilidad.
- Dificultad para respirar o hinchazón de pies y tobillos.
- Dolor en las pantorrillas cuando anda.
- Aparecen síntomas nuevos inexplicables. Las drogas usadas en el tratamiento pueden producir efectos secundarios.
Posibles complicaciones
- Edema pulmonar agudo.
- Trombosis o embolia arterial.
- Fallo cardíaco congestivo.
- Parada cardíaca.
Pronóstico
- El ritmo cardíaco normal se puede restablecer con electrocardioversión en el 50% de los casos, aunque si la fibrilación es de larga duración, suele reaparecer.
- En el otro 50%, ciertos síntomas se pueden controlar con medicación.
- Los pacientes que restablecen el ritmo cardíaco normal tienen une esperanza de vida mayor, más fuerza y energía que aquellos que sufren de fibrilación auricular contínua.
La probabilidad de padecer este tipo de arritmia aumenta con las horas de ejercicio físico realizadas
Pese a que el ejercicio físico practicado de manera regular disminuye la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, algunos estudios ya habían vinculado la práctica de deporte con el riesgo de fibrilación auricular. La incidencia de fibrilación auricular aumenta con la edad, pasando de un 0,4% en la población general a casi un 5% en los mayores de 65 años. A pesar de que en el desarrollo de la arritmia se han identificado algunos factores como la presencia de valvulopatías, la edad o la hipertensión entre otros, hasta en un 30% de los casos se desconoce la causa que la provoca.
Un trabajo realizado en el año 2002 ya reveló que los hombres que presentaban fibrilación auricular de causa desconocida practicaban deportes de resistencia con mayor frecuencia que la observada en la población general. La investigación actual, efectuada por el mismo grupo, ha pretendido ir más lejos y ha valorado si la actividad física en general, incluso la ligada a la actividad profesional, podría influir en el desarrollo de la arritmia. Con este fin, los autores examinaron a un grupo de 107 individuos menores de 65 años que habían acudido al servicio de urgencias con un episodio de fibrilación auricular (FA) de menos de 48 horas de duración.
Más ejercicio, más arritmias
Los datos de este grupo se compararon con otro grupo control de 107 individuos voluntarios sanos emparejados por edad y sexo. Todos los sujetos fueron sometidos a un cuestionario en el que se registraban las horas de ejercicio físico, tanto el efectuado en su tiempo libre como el ligado a su actividad laboral, y fueron clasificados en cuatro niveles de intensidad. Los resultados muestran que la práctica de deportes de resistencia durante años aumenta tres veces el riesgo de presentar fibrilación auricular y cinco la fibrilación auricular de tipo vagal (que es la que aparece durante el sueño o tras las comidas debido a una disminución de la frecuencia cardiaca y aumento del tono parasimpático).
Asimismo, se constata que existe un efecto acumulativo, y que la probabilidad de padecer esta arritmia se incrementa de manera proporcional con la cantidad de ejercicio físico que se practique a lo largo de la vida. En el estudio, además de la actividad física, se concluye que la altura del individuo y el tamaño de una de las cavidades del corazón (la aurícula izquierda) están implicadas en el desarrollo de FA. Los individuos más altos y los que tienen unas mayores dimensiones de esta cavidad presentan una mayor probabilidad de presentar FA.
El mecanismo por el cual el ejercicio influye en la aparición de FA no es del todo conocido, aunque parece estar relacionado con las sobrecargas de volumen y presión a las que se encuentra sometido el corazón durante el ejercicio. El corazón del atleta sufre una adaptación fisiológica al ejercicio, con un incremento del tamaño de las aurículas y de la masa de los ventrículos. También se ha constatado que los corredores pueden desarrollar fibrosis auricular, uno de los sustratos reconocidos de FA. Estudios recientes sugieren que el ciclismo puede provocar, a largo plazo, cambios arritmogénicos a nivel del ventrículo derecho en individuos susceptibles. “El deporte es sano, pero debemos ser conscientes de nuestras capacidades y no exigirnos altos rendimientos a partir de ciertas edades”, concluye el coordinador de este estudio, Lluís Mont, médico investigador del Instituto del Tórax del Hospital Clínic. Es de esperar que nuevos estudios aporten información para determinar la magnitud del riesgo y el nivel de ejercicio por encima del cual éste se incrementa.
Tipos de ejercicio
Numerosos estudios han demostrado los efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre la salud. A nivel cardiovascular, mantenerse en forma disminuye la tensión arterial en reposo y favorece el control de la hipertensión arterial ligera-moderada. El entrenamiento aeróbico produce un descenso de la frecuencia cardiaca en reposo y también durante la realización de ejercicio físico de intensidad moderada. La actividad física también mejora el perfil lipídico; se observa un descenso de los triglicéridos sanguíneos y un incremento de las HDL (colesterol “beneficioso”). Otro efecto positivo es el control de la obesidad y también el de la diabetes, ya que el ejercicio disminuye las necesidades corporales de insulina.
Se aprecian dos clases de ejercicio físico según el método de obtención de energía que utilizan las células musculares. Sus diferencias a nivel práctico están en la intensidad y la duración. Los ejercicios aeróbicos son aquellos en los que el oxígeno es el intermediario que ayuda a las fibras musculares a obtener la energía necesaria para realizar la acción. Esta energía se produce mediante reacciones químicas de oxidación-reducción, y utiliza como combustible hidratos de carbono o lípidos y, como oxidante, el oxígeno. A nivel práctico se caracterizan por ser de baja-moderada intensidad y larga duración. Por este motivo resultan especialmente beneficiosos para “quemar” grasa y reducir peso, así como para ejercitar el sistema cardiovascular y respiratorio. Hablamos de andar, nadar, correr o pasear en bicicleta.
En el ejercicio anaeróbico, por contra, la metabolización de la glucosa se efectúa sin la presencia de oxígeno y tiene como producto final el ácido láctico. Es este ácido láctico acumulado el responsable del agarrotamiento muscular después de un ejercicio realizado en un tiempo corto y de máxima intensidad. A nivel práctico, los ejercicios anaeróbicos suelen ser de intensidad máxima y muy corta duración. Son beneficiosos para el sistema musculoesquelético, ya que lo fortalecen y lo tonifican. Dos buenos ejemplos son levantar pesas o las carreras de velocidad. Efectuar uno u otro tipo de ejercicio depende de los objetivos que se pretendan, aunque se recomienda alternar ambos.
Arritmia Frecuente
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardíaca más frecuente y también la que genera mayor número de consultas a los servicios de urgencia. Puede presentarse en forma paroxística (episodios que se autolimitan) o bien establecerse de forma persistente. Es frecuente que los pacientes hayan padecido varios episodios paroxísticos antes de que la arritmia se instaure de forma permanente. En condiciones normales, los latidos del corazón siguen un ritmo, con variaciones que dependen del tipo de actividad física, pero siempre manteniendo un orden.
En la fibrilación auricular este orden se pierde y, en general, el corazón tiende a ir más rápido. Entre los síntomas más habituales están las palpitaciones y sensación de dificultad para respirar, aunque en algunos casos no hay síntomas y el problema se descubre de forma casual durante una exploración rutinaria. Se desarrolla tanto en presencia de cardiopatía subyacente como en corazones sanos. En las personas de edad y, sobre todo en hipertensos, este tipo de arritmia se relaciona con la presencia de fibrosis a nivel de la aurícula izquierda.
Uno de los problemas que conlleva la FA es el mayor riesgo de tromboembolismo, que se incrementa de forma proporcional a la edad del paciente; multiplica por cinco el riesgo de accidente vascular cerebral y es la responsable del 15% de ellos. Para minimizar el problema, uno de los pilares en el tratamiento es la terapia con fármacos que reduzcan la formación de trombos, como la aspirina y los dicumarínicos. En los últimos años ha surgido una nueva técnica: la ablación mediante radiofrecuencia.
Como mecanismo implicado de la FA se han descrito focos arritmogénicos en las venas pulmonares que pueden actuar como precipitantes de la arritmia. A través de un catéter que incorpora un electrodo, se identifican estas zonas y se transmite una moderada corriente eléctrica que destruye una pequeña porción del tejido miocárdico. Así se consigue aislar estos focos creando una especie de barrera que impide que los estímulos anómalos generados puedan propagarse.
Tratamiento
El tratamiento de la FA se basa en cuatro abordajes fundamentales:
1) Restablecimiento del Ritmo Sinusal
- La cardioversión de la fibrilación auricular se puede hacer mediante fármacos antiarrítmicos o mediante cardioversión eléctrica, siendo esta la más eficaz.
- En los casos en los que el paciente presente inestabilidad hemodinámica en relación con la arritmia, se realizará cardioversión eléctrica inmediata.
- En caso contrario, se pueden distinguir dos situaciones:
Fibrilación auricular de menos de 48 horas de evolución o en pacientes convenientemente anticoagulados previamente: en estos casos se puede realizar cardioversión eléctrica o farmacológica sin anticoagulación previa. Los fármacos más utilizados son los IC y los de tipo III (amiodarona), si bien las características clínicas de los pacientes son muy útiles para decidir qué tipo de fármaco utilizar. La digoxina no tiene ningún efecto a la hora de cardiovertir (sí puede usarse para controlar la frecuencia ventricular como se describe más adelante).
Fibrilación auricular de más de 48 horas de evolución o de cronología indeterminada: si se decide cardiovertir, se pueden utilizar dos pautas:
a) Enfoque clásico: se realiza anticoagulación durante las 3-4 semanas previas a la cardioversión y durante al menos las 4 semanas posteriores. La indicación de mantener la anticoagulación de forma crónica se hará según los cri-terios que se describen después. Hoy en día, la tendencia es prolongar la anticoagulación posterior varios meses, ante el riesgo de recidiva.
b) Cardioversión guiada por eco-transesofágico: en este caso se realiza el estudio, y si no hay trombos auriculares, se realiza la cardioversión (generalmente eléctrica) sin realizar anticoagulación reglada previa. Sí es necesaria la anticoagulación posterior, como en el enfoque clásico.
La eficacia de la cardioversión está en relación con la duración del episodio y con el tamaño de la aurícula izquierda, siendo menor en la FA de largo tiempo de evolución (> 6 meses) y en las aurículas dilatadas (>5cm).
2) Profilaxis de nuevos episodios
- Una vez que el paciente ha sido cardiovertido, se debe valorar la posibilidad de instaurar un fármaco para profilaxis de nuevos episodios. Aquí tienen, una vez más, importancia las características clínicas del paciente. Parece que la amiodarona es el fármaco más eficaz para la prevención de recurrencias, pero su uso se asocia a frecuentes efectos secundarios.
- En algunos casos en los que la FA se desencadena por extrasístoles focales originados en las venas pulmonares, se está utilizando la ablación por radiofrecuencia de estas zonas.
3) Profilaxis de eventos tromboemólicos
- Se debe realizar anticoagulación de forma crónica a los pacientes que presenten alto riesgo de presentar episodios embólicos.
4) Control de la Frecuencia Cardíaca
- En todas las situaciones que se han comentado, salvo en los casos en los que es necesaria la cardioversión inmediata, se ha de realizar un control adecuado de la frecuencia cardíaca. Para ello se utilizan fármacos que bloquean el NAV, como los betabloqueantes, verapamilo, diltiacem o digoxina. Es muy importante realizar control de la frecuencia cardíaca en los pacientes en los que se utilizan antiarrítmicos, ya que estos fármacos pueden tener efectos vagolíticos. Además pueden organizar la FA en forma de flutter auricular, en cuyo caso la frecuencia ventricular puede aumentar bruscamente si no hay un control sobre el nodo aurículo ventricular.
- En algunos casos, en los que el paciente se mantiene con FA que no es adecuadamente controlada con fármacos, se recurre a la ablación con radiofrecuencia del NAV e implante de marcapasos definitivo.
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Categoría: Cardiología.
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