Hipertensión arterial y disfunción eréctil


Hablar de la salud sexual en la consulta médica es, todavía, un tema tabú, aunque ésta sea una importante fuente de malestar y preocupación. La hipertensión arterial es una de las causas que están detrás de la disfunción sexual de los varones hipertensos, que tienden a vivirla en silencio y a no comentarla con su médico, cuando ya hay remedios farmacológicos para tratarla. Sólo hace falta que los profesionales de la medicina pregunten por este problema a sus pacientes y que estos pierdan la vergüenza y el miedo a hablar de ello.

¿Por qué se origina la disfunción?

La hipertensión arterial no sólo tiene consecuencias para la salud cardiovascular de los afectados, sino también para una importante parte de la vida sobre la que, a veces, cuesta hablar: la salud sexual. Se estima que entre el 20 y el 30% de los varones hipertensos sufren disfunción eréctil en algún momento del diagnóstico. Este problema puede estar causado por la propia enfermedad en sí -la hipertensión- o, con más frecuencia, por los fármacos que estos pacientes deben tomar para controlar la presión arterial, tal y como expone Josep Maria Pomerol, director del Instituto Andrología y Medicina Sexual, de Barcelona, que ha participado en las 22 Jornadas Catalanas de Hipertensión Arterial, celebradas recientemente en Barcelona.

La disfunción eréctil es el primer síntoma de la existencia de problemas cardiovasculares

Esta enfermedad se caracteriza por una disfunción en la capa que recubre el interior de todos los vasos sanguíneos, también los del pene, donde los vasos son más pequeños y es más fácil que afecte a la llegada de la sangre. Incluso antes que al corazón y las arterias coronarias. Es más, «hoy se sabe que la disfunción eréctil es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares de igual importancia que la diabetes, la hipercolesterolemia o el hábito tabáquico. De hecho, está reconocido como el primer síntoma de la existencia de problemas cardiovasculares. Puede ser un síntoma importante y un aviso en términos de la salud general.

Hipertensión arterial y disfunción eréctil Cardiología

Los fármacos antihipertensivos también pueden originar la disfunción: bajan la presión arterial y, a su vez, provoca que el pene no se llene de sangre y que no se produzca la erección. Además, estos medicamentos también pueden provocar alteraciones de las hormonas como la testosterona y la prolactina, que se relacionan con la falta de deseo sexual y la disfunción sexual.

Los medicamentos que con más frecuencia están detrás de este trastorno en el hombre son los diuréticos y, dentro de estos, los tiazídicos o la espironolactona. Son vasodilatadores adrenérgicos con una acción central que pueden afectar a la erección, al deseo sexual, a la eyaculación y provocar impotencia. En cambio, otras familias de fármacos, como los inhibidores convertidores de la angiotensina (IECAs) y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA II), tienen menos efectos secundarios de este tipo e, incluso, en ciertas ocasiones, pueden mejorar la función sexual. Es lo que sucede, sobre todo, con los ARA II.

Soluciones farmacológicas

La aparición de los inhibidores de una enzima específica del pene, la fosfodiesterasa 5 (como sildenafilo, tadalafilo y vardenafilo), han incrementado de forma notable las perspectivas de tratar de manera satisfactoria la disfunción eréctil. Ya han transcurrido diez años desde la introducción del primero de estos fármacos, sildenafilo, y, desde entonces, se ha observado que todos ellos son efectivos y seguros. La experiencia a lo largo de esta década ha permitido comprobar que, en conjunto, son eficaces en el 70% de los pacientes y que, incluso, algunos contrarrestan el efecto de los hipotensores. Asimismo, se pueden tomar siempre que no esté contraindicada la actividad sexual o que los pacientes sufran algún problema cardiaco importante que les obligue a seguir un tratamiento con nitratos.

Actitud de médicos y enfermeras

Cada vez que aparece un hombre mayor en la consulta del urólogo, habría que interrogarle sobre su vida sexual igual que se le toma la presión arterial. Pero la realidad es que no todos los médicos lo preguntan y que muchos pacientes no lo comentan por vergüenza. «A pesar de que en los últimos años ha habido un ‘boom’ de los fármacos para tratar problemas de erección y con ello ha mejorado la comunicación entre médico y paciente, todavía falta formación en el ámbito sanitario», apunta.

Los pacientes hipertensos con disfunción no tienen por qué renunciar a su vida sexual y deben acudir al médico cuanto antes
Estas impresiones del especialista se corroboran en un estudio llevado a cabo por Tai-Mooi Ho Wong, enfermera del Servicio de Nefrología del Hospital del Mar (Barcelona). En él se analiza la opinión y actitud de 50 profesionales -de los servicios de Nefrología y Cardiología- respecto al abordaje de la salud sexual en los pacientes.

El estudio analiza la relación entre ciertas variables (edad, sexo, categoría profesional, experiencia profesional y religión) y la opinión y actitud de dichos profesionales a la hora de hablar de salud sexual en la consulta. Según informa Tai-Mooi, aunque la mayoría reconocieron que la salud sexual de los pacientes crónicos e hipertensos es un aspecto muy importante, cerca del 100% de los participantes admitieron que nunca hablaban sobre este tema con sus pacientes.

Por la categoría profesional, se observó que las enfermeras tenían una mayor dificultad que los médicos para exponer el tema y la mayor parte de ellas esgrimieron como principales motivos para no abordarlo la falta de educación en sexualidad y vergüenza. Además, hay quien considera que la salud sexual es un tema personal y privado y que no se debe preguntar por él, a menos que el paciente inicie la conversación.

Otras variables estudiadas (edad, sexo, experiencia profesional y la religión) no influyen, según los resultados, en la decisión de indagar sobre la salud sexual del paciente. Destaca que el 98% de los profesionales respondió que cambiarían de actitud si recibieran formación adecuada sobre este tema.

Hablar en la consulta

Los pacientes con hipertensión que tengan problemas de salud sexual deberían consultar al médico o al especialista porque se dispone de buenas soluciones y no tienen por qué conformarse o renunciar a su vida sexual, que aporta una gran cantidad de aspectos beneficiosos. Hay muchas posibilidades de resolver el problema que tienen y que recuperen una vida sexual normal.

Para animar al paciente a hablar de un asunto tan íntimo, Ho Wong afirma que es básico crear un clima propicio para el diálogo. Hay que tener una actitud empática, sin avasallarlo. Una forma de hacerlo es que, en la primera visita, mientras se repasan los medicamentos que deberá tomar, se explique que uno de los efectos secundarios de estos medicamentos son los problemas sexuales y preguntar si tiene alguna preocupación al respecto. A veces, este tema no se aborda en la primera visita, sino en la segunda.

En cualquiera de las situaciones, es fundamental tener empatía con el afectado, crear una buena relación, de confianza, entre la enfermera o el médico y el enfermo, y tratar de un tema tan íntimo como éste con suma discreción y confidencialidad, sin olvidar remarcarle que tiene solución. El paciente debe saber que, si este es un tema que le preocupa y le afecta, los profesionales pueden tratarlo, que se le puede derivar a un especialista o un servicio de expertos y que hay medicación para tratarlo.

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Categoría: Cardiología.




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