La fiambrera (o el tupper) saludable


No es un sistema nuevo, no resulta sofisticado y ni siquiera requiere de tecnologías revolucionarias. Pero, a pesar de que el origen hay que buscarlo hace ya varias décadas, está cada día más de moda. «Comer de tupperware», la versión evolucionada de la tradicional fiambrera, es una opción que está lejos de pasar al olvido. Pese a los variados menús del día que ofrecen restaurantes y comedores de empresa y universidades, emerge con inusitada fuerza en nuestro país, sobre todo entre trabajadores jóvenes y estudiantes.
Quizá porque llevar la comida de casa sabe mejor y ata menos a horarios y espacios, quizá simplemente porque nos la hace nuestra madre y sabe muy bien, quizá porque en una coyuntura económica como la actual es necesario reducir gastos, el tupper gana adeptos. Lo mejor es que esta fórmula de alimentarse tan socorrida y parca en gastos no está reñida con el mantenimiento de una dieta saludable. Eso sí, siempre que las prisas, la incultura culinaria, los malos hábitos y el aburrimiento no conduzcan al abuso de fritos, conservas, precocinados, alimentos ricos en grasas saturadas o guisos demasiado calóricos.
En el otro extremo, comer de tupper tampoco debe equivaler a la monotonía de las eternas ensaladas y pastas, por mucho que se varíe su composición, lo más conveniente sería recuperar esas entrañables recetas tradicionales que todos conocemos: lentejas, alubias, garbanzos, verduras cocidas, arroces…. La clave reside en cocinar platos sabrosos y saludables permitan mantener el equilibrio nutricional.

Comida recalentada, sabrosa y nutritiva
Una comida equilibrada se compone de cuatro equipos básicos: verduras y hortalizas, féculas, alimentos proteicos y lácteos o frutas de postre. Así de fácil, juntos o separados, todos estos «jugadores» son capaces de aportar la energía y los nutrientes básicos que -como en un puzzle- encajan a la perfección en el cómputo nutricional diario. El resultado es la elaboración de un menú «para llevar» que permita alcanzar el 30-35% de la energía diaria, proporción que se estima conveniente para la comida del mediodía. Es aquí donde entra en juego la capacidad del recipiente. Se recomienda el uso de envases medianos, porque se ajustan a la ración de alimentos que se asocia a una comida equilibrada; 125 gramos de carne ó 150 gramos de pescado; 150 gramos de legumbre, arroz o pasta cocidas, 200-250 gramos de patatas y 150-200 gramos de verduras o ensalada.

Pero no sólo es importante hacer un seguimiento de los menús en el día a día. También conviene pensar en cada uno de ellos como parte de la previsión nutricional de toda la semana. Porque la variedad en la frecuencia de consumo de los diversos alimentos es esencial para nutrirse adecuadamente y para mantener un peso corporal correcto.

Plato único
La mayoría de quienes comen de tupper consumen un único plato. La proteína de la carne o el pescado, guarnecida con las vitaminas, los minerales y la fibra de los vegetales, con el complemento energético de los carbohidratos -pan, arroz, pasta, patata o legumbres-, garantizan todos los nutrientes en un único plato. Una menestra de verduras, un plato de patatas con pescado, una fideuá de pollo y setas, o una ensalada de arroz y carne o pescado, son platos únicos saludables y bastante equilibrados. Sólo si se pretende consumir estos alimentos como platos únicos se deben guardar en un mismo recipiente. De lo contrario, conviene conservarlos en fiambreras distintas: se evitará la mezcla de olores y sabores.

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Categoría: Nutrición y Dietética.




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