Leucemia ¿QUÉ ES?


La leucemia o leucosis también denominada cáncer de la sangre, es un grupo de enfermedades malignas que afecta a los tejidos encargados de fabricar la sangre (médula ósea, bazo y ganglios linfáticos.

La leucemia provoca una alteración en estos tejidos, haciendo que empiecen a producir un número anormal de glóbulos blancos, que pueden llegar a ser tan numerosos, que la sangre toma una apariencia blanquecina, de ahí el nombre de leucemia que significa “sangre blanca”.

CAUSAS
La causa de la leucemia se desconoce en la mayoría de los casos. Sin embargo, está demostrado que no es un padecimiento hereditario o contagioso. La mayor parte de las veces se presenta en niños previamente sanos.

SÍNTOMAS
Los primeros síntomas son cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. A medida que la afección avanza aparece dolor en los huesos y anemia (palidez, cansancio y poca tolerancia al ejercicio).

La reducción del número de plaquetas provoca hemorragias esporádicas y la aparición de manchas en la piel (petequias) o grandes hematomas, a consecuencia de hemorragia causada por golpes leves.

Además, pueden presentarse hemorragias a través de nariz, boca o recto. Una de las hemorragias más graves es la que se presenta a nivel cerebro, la cual puede ocurrir si el número de plaquetas desciende en forma severa.

Otra posible consecuencia es la baja en el número de glóbulos blancos (leucocitos), situación que repercute en las defensas del niño contra las infecciones.

FACTORES DE RIESGO
La leucemia es el cáncer más frecuente en la infancia, con 3-4 casos por cada 100,000 niños menores de 15 años.

Los hermanos y hermanas de niños con leucemia tienen una probabilidad ligeramente mayor (de dos a cuatro veces más que la normal) de desarrollar leucemia, aunque el riesgo general es aún bajo. El riesgo es mucho mayor entre gemelos idénticos.

Algunos estudios han sugerido que una madre que bebe demasiado alcohol durante el embarazo, puede aumentar el riesgo de leucemia en su hijo.

Factores ambientales como radiación y ciertas sustancias químicas, aumentan el riesgo de adquirir enfermedades como la leucemia.

La exposición a altos niveles de radiación es un factor de riesgo para adquirir leucemia infantil.

El tratamiento de los cánceres con radiación y quimioterapia y el uso de medicamentos supresores del sistema inmunitario para evitar el rechazo de órganos trasplantados también pueden causar algunas leucemias.

PREVENCIÓN
La mayoría de los niños y los adultos con leucemia no tienen factores de riesgo conocidos, por lo que no hay manera de evitar que desarrollen leucemia.

Los niños que se sabe que tienen un mayor riesgo de leucemia (por ejemplo, debido al síndrome Li-Fraumeni o al síndrome de Down) deben someterse a exámenes médicos generales regulares y minuciosos. El desarrollo de leucemia en los niños que padecen estos síndromes ocurre muy raramente, aunque ocurre con mayor frecuencia en la población general.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Es difícil lograr el diagnóstico de la leucemia cuando está en su primera etapa, ya que sus primeros síntomas son parecidos a los de otras enfermedades típicas de la niñez.
El tratamiento recomendado en este tipo de padecimiento es la quimioterapia. Dicho tratamiento tiene tres fases: la de inducción a la remisión (4 a 5 semanas), la de consolidación (2 a 3 semanas) y la de mantenimiento (3 años)

POSIBLES COMPLICACIONES
La pérdida de propiedades de la sangre, por el cambio drástico en su composición, puede producir múltiples complicaciones, que son las que pueden originar la muerte en un plazo más o menos corto de tiempo.

Las complicaciones más habituales son la anemia, infecciones (por bacterias, hongos, etc.), hemorragias internas y externas,etc.

PRONÓSTICO
Con las pautas modernas, las tasas de remisión completa (RC) en la leucemia pediátrica superan el 90%, y las tasas de curación son superiores al 70%.

Los buenos resultados observados en niños con leucemia, no se corresponden con los resultados obtenidos en adultos. Las tasas de RC en adultos con el tratamiento inicial son de aproximadamente el 75%, aunque las tasas de supervivencia a largo plazo se sitúan entre el 20% y el 35%.

Esta gran discrepancia entre tasas de curación en adultos y niños, puede deberse en parte a diferencias en cuanto a la capacidad de tolerancia de un tratamiento quimioterápico intensivo en adultos, así como a una elevada incidencia de anomalías citogenéticas de mal pronóstico en éstos.

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Categoría: Oncología.




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