Medición de la calidad de los gimnasios y en que fijarse al elegir uno


Más de la mitad suspenden el examen. Lo peor es la atención al cliente y el asesoramiento médico-deportivo. Lo mejor, el equipamiento y estado de las instalaciones

Más de cinco millones de españoles acuden de forma habitual a un gimnasio y lo hacen, según indican las encuestas, con la intención de mejorar su imagen, su estado de salud y su calidad de vida. En consonancia, cada vez son más numerosos los gimnasios, que en pocos años han evolucionado desde aquellos pequeños y austeros locales en los que se realizaban prácticas deportivas básicas (musculación, aeróbic, bici estática…), hasta los actuales establecimientos multi-servicio donde, además de ofrecerse lo de siempre complementado con nuevas actividades y disciplinas deportivas, se despliega ante los usuarios todo un abanico de posibilidades (sauna, jacuzzi, termas, peluquería, masajes, estética, solariums), más vinculadas a la imagen y al sentirse bien que al propio deporte.

Es difícil encontrar un gimnasio barato de buena calidad

Consumer ha estudiado la calidad del servicio que ofrecen estos establecimientos deportivos, que cobran, además de una matrícula de inscripción, una cuota mensual de unos 60 euros de media si tienen zona de aguas -jacuzzi, sauna, baño turco, piscina, aguas termales- y de unos 42 euros si carecen de ella. El pasado mes de mayo los técnicos de esta revista visitaron (haciéndose pasar por clientes) 130 gimnasios ubicados en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Málaga, A Coruña, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Cádiz, Castellón, Burgos y Murcia.

Medición de la calidad de los gimnasios y en que fijarse al elegir uno Salud Pública

La primera conclusión de la investigación es que más de la mitad de los gimnasios suspenden el examen de Consumer, que se dividía en cuatro apartados. Sólo el estado y equipamiento de las instalaciones obtiene un bien de media (aunque suspende casi el 30% de los gimnasios visitados), mientras que la diversidad de servicios que se ofrecen en el centro consigue de media un aprobado sin más, aunque suspende la mitad de los gimnasios estudiados. Lo peor, con un claro suspenso de media, es la atención al cliente y el asesoramiento médico-deportivo. Dos de cada tres gimnasios no aprueban este amplio bloque. Sólo el 3% ofrece seguros médicos (la ley sólo les obliga a que tengan seguro de responsabilidad civil), ocho de cada diez no hacen un examen médico previo al nuevo cliente, tres de cada cuatro no disponen de servicios médicos y dos de cada tres ni siquiera preguntan al cliente por su estado físico.

Y todo ello a pesar de que cuando se inician en la práctica de algún deporte, quienes sufren lesiones físicas, padecen enfermedad coronaria, tienen el colesterol alto o presentan antecedentes familiares de cardiopatía, y todos los mayores de 40 años que sean obesos, sedentarios, hipertensos o fumadores, no sólo deben estar bien asesorados cuando hacen sus ejercicios sino que conviene que se les realice una evaluación médico-deportiva y de esfuerzo, para evitarles posibles problemas de salud, que podrían incluso ser muy graves. Pero esto no es todo: casi siete de cada diez gimnasios no informan de que disponen de hojas de reclamaciones, sólo la mitad cuentan con monitores convenientemente titulados para el ejercicio de su profesión y tres de cada diez se niegan a explicar al cliente la titulación específica del personal del gimnasio que se va a encargar de su puesta en forma.

El siguiente apartado donde más han fallado los gimnasios ha sido el que se refiere a los horarios y aspectos relacionados con las tarifas. Si tenemos en cuenta que un gimnasio supone un importante desembolso mensual, parece excesivo que tres de cada cuatro centros establezcan el pago de una matrícula que supone de media 42 euros en gimnasios sin zona de aguas y más del doble en los que cuentan con éstas. Además, tres de cada cuatro no ofrecían tarifas reducidas para usuarios que acuden sólo en determinados días o franjas horarias (por ejemplo, sólo por las mañanas, o sólo los días festivos).

Y son más de la mitad los gimnasios que obligan a sus usuarios a domiciliar los pagos de las cuotas mensuales. Para terminar con este apartado, el 44% de los gimnasios estudiados no permiten la entrada a usuarios no matriculados y uno de cada cuatro, además, no ofrecen descuentos de ningún tipo (familias, tercera edad, estudiantes, por uso de muchas actividades o instalaciones, etc). Todo ello habla de la escasa flexibilidad organizativa de la mayoría de los gimnasios y de la ínfima adaptación a las necesidades prácticas y circunstancias especiales de los usuarios. Un dato positivo: sólo el 18% de los gimnasios no exponen sus tarifas al público. Otro, el de los horarios, que están bien pensados en la mayoría de los casos: sólo dos de cada diez cierran al mediodía, únicamente el 15% no abren los sábados y sólo el 12% mantienen sus instalaciones cerradas en agosto. Pero también en los horarios hay una deficiencia importante: más de siete de cada diez gimnasios no abren sus puertas los domingos, un día perfecto para visitar estos centros y hacer un poco de deporte.

En el terreno de la seguridad, sólo el 88% de los establecimientos disponen (a la vista) de extintores dentro de sus instalaciones, la mayoría de ellos señalizados. Especialmente negativa es la situación encontrada en A Coruña, Burgos, Castellón y Madrid, ya que en el 30% de los gimnasios visitados no había extintores visibles. Por otra parte, sólo en el 46% de los gimnasios se encontraron salidas de emergencia señalizadas y libres de elementos que impidieran su uso. Destacan negativamente en esta cuestión los estudiados en Burgos, Bilbao, Castellón y Pamplona.

Por último, en el 6% de los gimnasios visitados se anotó la existencia de algún tipo de situación que ponía en riesgo la integridad física de los clientes: zonas en obras o reformas sin señalizar, zonas con desorden excesivo, zonas con poca iluminación, escaleras con demasiada pendiente, equipos o máquinas demasiado juntos que hacen difícil pasar entre ellos, etc. Se encontraron situaciones potencialmente peligrosas en dos de cada diez gimnasios visitados en Barcelona y Burgos y en uno de cada diez de A Coruña, Bilbao, Pamplona y Valencia.

Los resultados globales

Los gimnasios de nuestro país tienen que mejorar mucho si quieran dar un servicio plenamente satisfactorio a sus clientes. Prueba de esta aseveración es que sólo la tercera parte de los 130 analizados en este informe consiguen aprobar holgadamente el examen de calidad a que han sido sometidos, que casi el 30% lo suspende nítidamente y que otro 25% tampoco alcanza el aprobado. Por su parte, un 14% de los gimnasios analizados alcanza un simple «aceptable» como nota final.
Si enfocamos el estudio a los resultados obtenidos por los gimnasios estudiados en cada ciudad, se observa que el 70% de los gimnasios estudiados en Cádiz, Málaga, Murcia, y Valencia suspenden el examen, y que el 60% de los visitados en A Coruña, Castellón, Pamplona y San Sebastián también lo hacen. Son datos muy elocuentes, si bien en lo positivo cabe destacar que aprobaron el examen de Consumer el 80% de los gimnasios estudiados en Bilbao, el 70% de los de Vitoria y el 60% de los de Burgos.

Y si hablamos de las medias conseguidas por los gimnasios tomados globalmente en cada ciudad, las ciudades que mejor paradas salen son Vitoria y Bilbao, porque los suyos no suspenden en ningún apartado y son los únicos que obtienen un «bien» de media global de calidad. Les siguen los de Barcelona y Madrid (que fallan en atención al cliente y asesoramiento) y los de Burgos y Pamplona, con carencias en horarios y tarifas y en atención al cliente y asesoramiento; los gimnasios de estas cuatro ciudades consiguen, de media un discreto «aceptable». Los que, tomados globalmente en cada ciudad, peor parados salieron del examen de Consumer fueron los de Cádiz (sólo aprueban en estado de las instalaciones) y Castellón (el único apartado que no suspenden es «horarios y tarifas»), ambas ciudades con un «mal» de media.

Pero en las cinco ciudades aún no citadas (A Coruña, Málaga, Murcia, San Sebastián y Valencia), la situación no fue mucho mejor, ya que ninguna aprueba, al quedarse en un mediocre «regular».
Por último, si tras el examen de calidad efectuado, se incluye el factor precio (tanto de la matrícula como de la cuota mensual) de los gimnasios estudiados, se concluye que los únicos (tomados globalmente, una vez más) con buena relación calidad-precio son los analizados en Madrid, si bien lo más destacable es que los de ocho de las trece ciudades incluidas en el informe ofrecen una relación calidad-precio «regular», no satisfactoria. Sólo los de Castellón (aunque suspenden en calidad, son muy baratos), Murcia (otro tanto puede decirse), Pamplona (aceptable en calidad) y San Sebastián (sólo «regular» en calidad) alcanzan una relación calidad-precio «aceptable».

Los precios y las tarifas, en cifras

Las tarifas de los gimnasios dependen en gran medida de sus características y de la variedad de servicios que ofrecen, pero también influye la ciudad donde estén ubicados.

El coste medio de la matriculación en los gimnasios que, aparte de salas de musculación, fitness y actividades deportivas, disponen de zona de aguas, (piscina, sauna, jacuzzi, pediluvio, termas, ducha vichy, ducha escocesa, tratamientos de hidroterapia) y que representan el 23% de los analizados, fue de casi 88 euros, si bien la elevada media de los de Madrid (214 euros, debido a su vez a que uno de los gimnasios madrileños cobraba una matrícula muy cara: 485 euros), muy superior a la de las del resto de ciudades analizadas (50 euros), hace que la media global quede muy distorsionada. Los segundos con matrícula más cara fueron los gimnasios visitados en Bilbao (120 euros). Y les siguen, pero ya a notable distancia, los de San Sebastián (76 euros), Barcelona y Vitoria, con cerca de 72 euros en concepto de matrícula. Los gimnasios más baratos en este concepto fueron, sin duda, los visitados en Murcia, con matrícula gratuita. En Valencia, el único gimnasio de estas características que se incluyó en el informe cobraba sólo 15 euros, mientras que en los de Burgos y Cádiz el coste rondaba los 30 euros. Por su parte, el coste medio de la matrícula en gimnasios sin zona de aguas fue de 42 euros, volviendo Madrid a ser la ciudad más cara (92 euros de media), seguida otra vez por los de San Sebastián (69 euros). Los de matrícula más barata se encontraron en Cádiz (16 euros), Málaga (19 euros), Burgos (25 euros) y Castellón (26 euros).

Si se buscan los extremos, el gimnasio más caro de los 130 analizados en cuanto a coste de la matrícula se encontró en Madrid (485 euros, con zona de aguas), seguido de uno de San Sebastián (180 euros), si bien otro de Madrid y de Bilbao exigían 150 euros, estos tres últimos sin zona de aguas. El gimnasio con matrícula más barata se encontró en Murcia (gratuita), pero también en uno de Cádiz (5 euros), otro de Burgos (10 euros) y otro de Valencia, Bilbao, Murcia y Castellón (12 euros) la matrícula era muy asumible. Las mayores diferencias de coste de ingreso entre gimnasios de una misma ciudad se vieron en los de Madrid (445 euros entre el más caro y el más barato) y San Sebastián (150 euros de diferencia). También hay grandes diferencias en Bilbao (138 euros) y Valencia (113 euros). Las menores diferencias de precio se encontraron en Málaga (apenas 2 euros de diferencia entre el gimnasio más caro y el más barato), y en A Coruña esa diferencia es de tan sólo 5 euros.

Pero, a fin de cuentas, la matrícula, aunque duela pagarla, se abona una sola vez, y lo que realmente importa es la cuota mensual que debemos pagar al gimnasio por hacer uso de sus instalaciones. El coste medio de la mensualidad en los gimnasios con zonas de aguas es de 59 euros al mes, si bien hay ciudades como Cádiz (30 euros de media), Murcia y Valencia (cerca de los 40 euros) en las que son notablemente más baratos. Los más caros se encontraron en Madrid (79 euros de media, y 65,5 euros el gimnasio más barato de los estudiados), San Sebastián (75 euros de media y 70 euros el más barato) y Bilbao (74,5 euros al mes de media, y ninguno más barato). Las mayores diferencias de cuota mensual entre los gimnasios de una misma ciudad se dieron en Madrid (42 euros) y Barcelona (38 euros).

Y el coste medio de la cuota en los gimnasios sin zona de aguas, eso es, en la mayoría de ellos, fue de 43 euros al mes. Los más caros se vieron en Pamplona (54 euros de media al mes), Bilbao, San Sebastián, Murcia, Vitoria y Madrid, todos en torno a los 50 euros al mes de media. Y los más baratos, en Cádiz (sólo 30 euros de media), A Coruña (casi 34 euros) y Málaga (35,5 euros).

El gimnasio con cuota más onerosa se encontró en Madrid (107 euros al mes, con zona de aguas), si bien uno de Bilbao (89 euros, sin zona de aguas) y otros dos de San Sebastián (79,5 euros, uno con zona de aguas y otro sin ella) y otro de Bilbao (74,5 euros al mes, con zona de aguas) pueden considerarse también muy caros. Y el más barato se halla en San Sebastián (14 euros al mes), aunque en Cádiz y Málaga hay gimnasios cuya mensualidad no supera los 25 euros.

Las ciudades en que más merece la pena tomarse el trabajo de comparar las cuotas mensuales que exigen los gimnasios son San Sebastián y Bilbao, porque son donde se registran las mayores diferencias entre sus gimnasios (65 y 57 euros al mes, respectivamente, entre los más caros y los más baratos). Las menores diferencias de precio se anotaron en Cádiz y A Coruña (6 y 8 euros respectivamente).

Equipamiento y estado de las instalaciones: aprueban con buena nota

Tan sólo un 5% de los gimnasios visitados se vieron con mala o muy mala apariencia. Se comprobó que estos escasos gimnasios se encontraban en mal estado de conservación, con instalaciones obsoletas, suciedad en algunas zonas y malos olores. Todos se encuentran en sótanos, lo que hace que no dispongan de una adecuada ventilación. Se encontraron en mal estado de conservación 2 gimnasios de Burgos y Valencia y uno de Barcelona, Bilbao y Castellón. Sin embargo, 4 de cada 10 gimnasios visitados mantenían un excelente estado de conservación. Destacan especialmente los visitados en Bilbao, ya que el 80% mostró un estado de conservación excelente.

Una de las premisas básicas que deben cumplir este tipo de instalaciones es mantener los vestuarios en un estado de máxima higiene y limpieza, con equipamientos modernos y una apariencia atractiva. Pues bien, tan sólo un 3% de los gimnasios no disponía de unos vestuarios en correcto estado. Dos de ellos estaban en Burgos y uno en Castellón y Valencia. El 90% de los gimnasios de Bilbao tenían los vestuarios con un estado de máxima higiene. Se comprobó durante la visita a las instalaciones que el 86% de los gimnasios disponían en sus vestuarios de suelo antideslizante, mediante la colocación de rejillas o con baldosas rugosas que impidieran resbalones o caídas a los usuarios. Sin embargo, 6 de cada 10 gimnasios de Castellón, 4 de cada 10 de Burgos y 2 de cada 10 de A Coruña y Barcelona no disponían de un suelo que evitará resbalones o caídas. La totalidad de los vistos en Bilbao, Cádiz, Málaga, Murcia y Valencia disponen de suelos antideslizantes.

Por otra parte, casi 9 de cada 10 gimnasios tenían los suelos de sus instalaciones en un buen estado de conservación y limpieza, sin zonas con suciedad o avejentamiento. Sin embargo, 3 de cada 10 gimnasios visitados en Castellón y Valencia presentaban suciedad o irregularidades en el suelo.

Otro de los factores básicos es disponer de una maquinaria y un equipamiento moderno, de forma que su utilización por parte de los usuarios sea el mejor posible. Este tipo de establecimientos se caracteriza, generalmente, por realizar una constante renovación de sus equipos y maquinarias, de forma que las máquinas son de un uso cada vez más seguro y fácil y disponen de sistemas que permiten prescribir el entrenamiento de cada usuario de forma personalizada, midiendo, por ejemplo, el consumo calórico, la velocidad o la frecuencia cardiaca del usuario al realizar la actividad. Casi 6 de cada 10 gimnasios cuentan con maquinaria moderna.

Sin embargo, en el 9% de los gimnasios visitados se comprobó que la maquinaria y equipamiento disponibles eran obsoletos, por antiguos. La ventilación adecuada, bien sea de forma natural (por medio de ventanas) o artificial (con instalación de aire acondicionado, extractores o similar) es también importante. Pero en un 22% de los gimnasios se comprobó que la aireación no era la adecuada, de forma que se acumulaban olores desagradables o el ambiente estaba demasiado cargado. Esto sucedió en la mitad de los visitados en A Coruña, en el 40% de los de San Sebastián y en 3 de cada 10 de Bilbao, Madrid, Castellón y Vitoria. Todos los gimnasios de Pamplona y Málaga disponían de la ventilación suficiente, y lo mismo ocurrió en 9 de cada 10 gimnasios de Cádiz y Barcelona. Durante la visita a los gimnasios se comprobó también si estos disponían de la suficiente iluminación. Tan sólo el 5% de los establecimientos visitados no contaban con una iluminación adecuada. En 2 de cada 10 gimnasios de Burgos y Murcia se observó que la iluminación no era suficiente, así como en uno de Bilbao y otro de Pamplona. A pesar de que el 95% de los gimnasios dispone de iluminación suficiente, tan sólo el 55% de los mismos dispone de iluminación natural (por medio de ventanas o cristaleras). La causa principal es que la mayoría se encuentran en sótanos o bajos de edificios

Atención al cliente y asesoramiento profesional

Los beneficios de la actividad física no dependen sólo de su práctica, sino también de los numerosos factores que la condicionan, entre los que destacan el ámbito en el que se realiza y el propósito. Por ello, durante las visitas realizadas a estos establecimientos, los técnicos de Consumer preguntaron a sus responsables por la titulación de los monitores encargados de atender a los usuarios en las distintas actividades (sala de musculación, zonas de aguas o actividades deportivas). Debe señalarse que estos establecimientos no se encuentran regulados por una normativa que les obligue a contratar a trabajadores con titulación. La falta de este requisito conduce a que, en muchas ocasiones, se produzca intrusismo en el sector, con monitores que carecen de la titulación y formación adecuadas. Según la Ley del Deporte, cada gimnasio debe tener al menos un monitor titulado, pero hay cursos reconocidos por el Consejo Superior de Deportes (los dan las Federaciones Olímpicas) y otros impartidos por empresas privadas.

Este número de títulos y cursos es, según manifiestan los expertos consultados, excesivo, de forma que hay un maremágnum de titulaciones que hace difícil que un usuario pueda calibrar convenientemente la cualificación real de los monitores. Uno de los principales problemas la hora de hablar de la titulación de los monitores de gimnasios es que su convenio laboral está dentro del «Convenio General de Trabajo para Peluquerías, Institutos de Belleza y Gimnasios». La falta de personal cualificado puede llegar suponer perjuicios para los usuarios al no ser correctamente asesorados, de forma que el uso indebido de, por ejemplo, los aparatos de musculación, puede derivar en lesiones. Por ello, es necesario una normativa que exija a los responsables de los gimnasios a contratar monitores debidamente cualificados, ya que en la actualidad cualquier persona puede trabajar en estos centros sin que se le imponga contar con estudios y titulaciones relacionados con la práctica deportiva.

Un 54% de los gimnasios visitados afirmó que contaban con monitores convenientemente titulados para el desarrollo de sus tareas profesionales. Estas titulaciones abarcan desde la licenciatura por el INEF (Instituto Nacional de Educación Física o similar en caso de las Comunidades con esta materia transferida), titulados en Artes Marciales (titulaciones reconocidas por las diferentes Federaciones), Entrenadores Nacionales Deportivos, titulaciones aprobadas por el Consejo Superior de Deportes o por las diferentes Federaciones deportivas. Un 15% de los establecimientos no detalló con qué tipo de titulaciones contaban sus monitores, limitándose a señalar que habían hecho cursos o cursillos para la práctica deportiva. Sin embargo, en muchas ocasiones, estos cursos no están aprobados por el CSD, no tienen la calidad necesaria o son de escasa duración y contenido.

Y muchas de las actividades que se imparten en los gimnasios no son nombres genéricos de deportes o actividades sino nombres registrados o franquicias. Para utilizarlos, los gimnasios deben pagar y hacer que sus monitores acudan a cursos (de iniciación o perfeccionamiento) dados por empresas que tienen registrados estos nombres. En ocasiones, estos cursos no cuentan con la calidad y el contenido suficiente.

Una de las medidas que deben poner en práctica los gimnasios es realizar un estricto control sobre la situación física de los usuarios, que debe comenzar por un examen médico a los nuevos clientes. Los técnicos de esta revista preguntaron en cada uno de los 130 gimnasios estudiados sí una vez que se hicieran socios, se les realizaría un examen médico antes de comenzar la actividad deportiva.

No existe una normativa que obligue a los gimnasios a realizarlo, y por ello la no realización de esta práctica no se ha penalizado aunque se han valorado positivamente los gimnasios donde se efectuaba. Pues bien, tan sólo 2 de cada 10 gimnasios visitados realizan a los nuevos clientes algún examen o control con el fin de valorar en qué condición física se encuentran. Se trata pues de una situación deficiente, porque no se garantiza la integridad física de los usuarios. Un servicio médico que realice una evaluación médico-deportiva y de esfuerzo es muy recomendable, tal y como afirman las fuentes médicas consultadas por esta revista, sobre todo para las personas que se inician en algún deporte y son mayores de 40 años o presentan algún factor de riesgo como ser fumador, llevar una vida totalmente sedentaria, factores de riesgo coronario, ser obeso, hipertenso, tener el colesterol alto o antecedentes familiares de cardiopatías. Además, de los escasos gimnasios que realizan un examen médico a los clientes, tan sólo 1 de cada 3 realiza un examen médico completo, consistente en un chequeo médico, una prueba de esfuerzo y una serie de análisis (medidas de masa ósea, grasa, presión arterial, etc). Un 30% de esos gimnasios realizan un examen médico normal: toma de pulsaciones, medidas de peso y altura, etc. Y el 37% de los gimnasios que realizan examen médico se limita a preguntar al usuario una serie de cuestiones y a rellenar un cuestionario en base a estas respuestas. Las preguntas suelen circunscribirse a los objetivos que tiene el usuario, las lesiones que tiene o ha tenido, su estado general de salud, etc.

Además, tan sólo el 3% de los gimnasios ofrecía un de seguro médico (no obligatorio por ley), diferente al de responsabilidad civil (seguro a terceros) que exige la ley para este tipo de establecimientos. La gran mayoría se limitan a un seguro de responsabilidad civil que cubre accidentes y lesiones producidos en estos establecimientos. La mayoría señalan en sus hojas de inscripción que no se hacen cargo de las lesiones y accidentes que se produzcan en casos no imputables a una negligencia suya o al mal estado de las instalaciones y equipos. Según señalan fuentes del sector, sería aconsejable que todos los gimnasios contaran con un seguro médico general que cubriera las lesiones de los practicantes de cualquier actividad dentro de un gimnasio. Esto se sustenta en el hecho de que tan sólo los deportistas federados cuentan con un seguro médico que les cubre en caso de accidentes o lesiones. Estos deportistas federados suelen pertenecer a Federaciones muy implantadas y con gran arraigo (caso de las artes marciales, halterofilia, etc). Sin embargo, las nuevas actividades que se realizan dentro de un gimnasio no cuentan con una federación o asociación que permita a sus afiliados disponer de un seguro médico. Además, tan sólo uno de cada cuatro gimnasios cuenta con servicio médico entre sus servicios. Y en la mayoría de las ocasiones, la utilización de los servicios médicos en un gimnasio debe hacerse previa cita y con unos horarios determinados. Destacan los gimnasios madrileños, ya que 6 de cada 10 cuentan con servicios médicos a disposición de sus socios. En Vitoria los hay en la mitad de los gimnasios visitados y en A Coruña, Barcelona y Bilbao en 4 de cada 10. Ninguno de los gimnasios visitados en Cádiz, Castellón y Murcia disponen de servicios médicos.

Al igual que sucede con el seguro médico y el examen físico previo, la existencia de un gabinete médico en los gimnasios no está regulada por normativa alguna. Se trata de variables estratégicas para la salud del cliente que, sin embargo, no son obligatorias.

El 64% de los gimnasios ni siquiera se interesa por el estado físico de los interesados en hacerse socios, limitándose a describir cómo son sus instalaciones y los precios y tarifas que cobran por los mismos.

Tal como afirman los expertos consultados, una vez que una persona se apunta a un gimnasio, el primer mes o los dos primeros meses son los más importantes. Para ello, se debe hacer una programación en la que lo más importante son los ejercicios cardiovasculares a realizar por el usuario. Se trata de un periodo de adaptación en el que debe primar la mejora cardiovascular. Los aparatos o máquinas cardiovasculares (simulador de remo, bicicleta estática, steeper o simulador de escaleras, cinta andadora o deslizante, etc) potencian el riego sanguíneo y la capacidad de bombeo del corazón. Además, disminuyen la presión arterial y el ritmo cardiaco en reposo. Pues bien, tan sólo un 42% de los gimnasios visitados cumplieron con esta importante premisa. Por otro lado, los técnicos de Consumer preguntaron en los 130 gimnasios estudiados si un familiar de 10 años de edad podía inscribirse como usuario del gimnasio. Un 46% respondieron que no era posible debido a la insuficiente edad del menor, en una respuesta adecuada. Otro 43% de los gimnasios también actuaron correctamente ya que respondieron que sólo podía hacerlo para actividades o ejercicios recomendados para su edad y que éstas debían ser con la supervisión tanto paterna como por parte de los monitores del gimnasio. En ningún caso se permitían actividades como ejercicios de musculación. Sí se permiten ejercicios como la natación y artes marciales, siempre con compañeros de su edad y acompañado de monitor.

Sin embargo, en casi un 11% de los gimnasios se permitía el acceso a niños de 10 años. Especialmente grave es la situación encontrada en Pamplona, ya que la mitad de los gimnasios visitados permitía esta opción, así como el 40% de los gimnasios de Castellón. Por tanto, es recomendable que las personas encargadas de la recepción del gimnasio adviertan que los niños sólo pueden realizar ejercicios recomendados y adaptados a su edad.

Un 15% de los gimnasios visitados ofrecieron una incorrecta atención al cliente, debida a factores como la poca predisposición a explicar las preguntas planteadas, dejar que el interesado visitara solo las instalaciones o responder de forma poco convincente a las dudas y preguntas, dando pocas explicaciones. Y tan sólo el 35% de los gimnasios tienen expuesto un cartel en el que informan que existen hojas de reclamación a disposición de los usuarios. Este cartel suele estar colocado en la recepción de los establecimientos o en los paneles adecuados en los que estos establecimientos exponen todo tipo de informaciones a los usuarios. Especialmente negativa es la situación encontrada en los gimnasios de Castellón y Cádiz, ya que ninguno de ellos tiene expuesto este cartel.

Precios y tarifas: mucha diversidad

Los precios de los gimnasios varían sustancialmente en función de los servicios que ofrecen. Así, 3 de cada 4 gimnasios visitados cobran un importe en concepto de matrícula o inscripción, que viene reflejado en los folletos y hojas de inscripción. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, este importe se ve considerablemente reducido gracias a ofertas o descuentos coyunturales que ofrecen a los nuevos clientes. Estos descuentos y ofertas en la matrícula son justificados con argumentos como «este mes hay una oferta especial», «si te inscribes en el plazo de 15 días no cobramos matrícula» o «hasta el verano la matrícula se reduce en un 50%». Además, en muchas ocasiones, el importe de la matrícula queda reducido a cero euros. En las tres capitales de la comunidad autónoma vasca y en Barcelona todos los gimnasios visitados tienen marcada una tarifa en concepto de matrícula o inscripción. Esto sucede también en el 90% de los gimnasios de Valencia y en 8 de cada 10 de Castellón y Madrid. Sin embargo, tan sólo 3 de cada 10 gimnasios visitados en Málaga cobra una matrícula a los nuevos usuarios interesados en hacerse socios del gimnasio. Tampoco cobran por este concepto la mitad de los establecimientos murcianos y 4 de cada 10 gimnasios de A Coruña, Burgos y Cádiz. Y sólo 1 de cada 4 gimnasios visitados ofrece tarifas diferenciadas en función del horario de entrada que más le convenga al cliente. Una persona, debido a multitud de factores como el horario laboral o las circunstancias personales, puede estar interesada en ser socio con horario de entrada restringido sólo a las mañanas, por la tarde, a mediodía o en fin de semana. Por supuesto, estas tarifas son más reducidas que las que se cobran cuando se permite la entrada en todo el horario de apertura del gimnasio.

Las tarifas de entrada horaria más comúnmente ofrecidas en los gimnasios son las que hacen referencia al horario de mañana (son ofrecidas por el 20% de los gimnasios visitados). Otras tarifas son las que hacen referencia al horario de tarde (las tienen recogidas el 7% de los gimnasios), de mediodía (tan sólo el 2% de los gimnasios la ofrecen) y para los fines de semana (la ofrecen 1 de cada 10 gimnasios visitados). Destacan negativamente los gimnasios de Bilbao, Cádiz, Murcia y Valencia ya que ninguno de los visitados oferta diferentes tarifas en función del horario que más le convenga al cliente. En el otro extremo se sitúan Barcelona, Madrid y Málaga, ya que la mitad de los gimnasios visitados tiene establecidas tarifas diferenciadas en función del horario que más le interese al cliente para poder entrar a sus instalaciones o para asistir a alguna actividad deportiva.

Por otra parte, algo más de la mitad de los 130 establecimientos visitados exigen la domiciliación del recibo mensual del gimnasio. Las justificaciones dadas por los gimnasios son la de llevar un mayor control sobre los pagos de los socios. Sin embargo, ninguno de los 10 establecimientos visitados en Cádiz exige domiciliar por el banco el recibo, así como 8 de cada 10 gimnasios de Murcia y Castellón y 7 de cada 10 de Valencia y Málaga. La mayoría de los gimnasios que no imponen la domiciliación bancaria del recibo exige que se abone la mensualidad en metálico entre los días 1 y 5 de cada mes.

Por otra parte, la totalidad de los gimnasios visitados permite el pago de una cuota de mantenimiento (inferior al recibo mensual) en caso de que el usuario no vaya a asistir al gimnasio durante un periodo de tiempo. El máximo establecido es de 2 cuotas o meses al año en la mayoría de los casos.

En casi 6 de cada 10 gimnasios se permite la entrada a personas no socias de las instalaciones pero interesadas en realizar una sesión de entrenamiento (de musculación, jugar un partido de squash, practicar alguna actividad o disciplina deportiva, etc.) o simplemente para entrar en la zona de aguas del gimnasio. En la mayoría de las ocasiones, esta jornada es catalogada por los gimnasios como «día o jornada de entrenamiento», «pase de día», «bono», etc. Por supuesto, se trata de una práctica muy interesante (se permite, por ejemplo, que un socio pueda llevar a otra persona para realizar una actividad o práctica deportiva). El coste de la entrada diaria para no socios es muy variable ya que influyen en ella varios factores: entrada permitida a todas las instalaciones, sólo para realizar una actividad, sólo a la zona de musculación, sólo a la zona de aguas, etc. El precio medio de entrada de una persona a las instalaciones deportivas de un gimnasio en los 130 establecimientos analizados es de 8,1 euros. Sin embargo, se hallaron importantes diferencias entre unos establecimientos y otros, de forma que la entrada diaria a uno de los gimnasios costaba 21 euros, mientras que en los establecimientos más baratos costaba tan sólo 3 euros. Por supuesto, debe tenerse en cuenta que cada uno de los gimnasios ofrece servicios, actividades y equipamiento diferentes.

Las ciudades más caras para acceder a un gimnasio sin ser socio son Madrid, San Sebastián, Murcia, Barcelona y Vitoria, todas ellas con un precio medio de entrada superior a los 10 euros. Por su parte, en Castellón, Valencia y Cádiz cuesta entre 5 y 6 euros de media la entrada diaria.

Aparte de los descuentos en las matrículas, existen otros tipos de descuento: así, un 45% de los gimnasios propone descuentos a las personas que pagan las 12 cuotas mensuales correspondientes a un año en el momento de su inscripción. Además, un 38% de los gimnasios realiza descuentos si el socio paga sus cuotas mensuales de todo un trimestre o de un semestre a la vez. Otro 37% aplica descuentos a las personas interesadas en ser socias y que o bien ya tienen un familiar como socio del gimnasio, o bien acuden acompañado de otra persona a inscribirse. Otros descuentos ofrecidos son: para personas mayores de 55 años (lo realizan el 18% de los gimnasios), para estudiantes (previa presentación del carné acreditativo, lo realiza un 30% de los gimnasios). Tan sólo el 6% de los gimnasios visitados ofrece descuentos a empresas.

En total, 8 de cada 10 gimnasios visitados entregaron a los técnicos de Consumer un folleto o catálogo en el que se hacían constar los precios y tarifas de sus servicios. En ellos, se informa profusamente sobre los distintos servicios que ofrece el establecimiento así como de los horarios de las actividades deportivas. Muchos de ellos informan también sobre las distintas actividades, para quién están recomendadas (en función de su dificultad y de la edad y características físicas del cliente), sobre las normas de uso de las instalaciones y una serie de recomendaciones generales para los usuarios.

Horarios adaptados a las necesidades de los usuarios

Casi 8 de cada 10 gimnasios permanece abierto a mediodía, destacando los de San Sebastián, Madrid, Bilbao y Barcelona ya que todos los visitados permanecen abiertos durante todo el día (con horarios generalmente comprendidos entre las 8 de la mañana y las 10 o las 11 de la noche). Se trata de una medida muy aconsejable ya que muchas personas, debido a circunstancias laborales o personales no disponen de mucho tiempo de ocio. Sin embargo, 6 de cada 10 gimnasios de Murcia y la mitad de los visitados en A Coruña permanecen cerrados a mediodía.

Por otra parte, la apertura en fin de semana de estos establecimientos es bastante desigual: así, el 15% de los visitados no abre sus puertas los sábados. El 85% de los que permanece abierto los sábados, generalmente lo hace en horario de mañana (de 9 a 14 horas). Así, permanecen abiertos todos los sábados los gimnasios visitados en San Sebastián Madrid, Barcelona, Vitoria, Pamplona y Bilbao. Por otra parte, tan sólo el 28% de los gimnasios visitados abre sus puertas los domingos. Especialmente positiva es la situación encontrada en los visitados en San Sebastián, ya que 7 de cada 10 permanecen abiertos los domingos. En las grandes capitales, Madrid y Barcelona, esta cifra es del 60%. Sin embargo, en A Coruña, Cádiz y Murcia ninguno de los gimnasios permanecía abierto los domingos. En Castellón, Valencia y Málaga tan sólo abre los domingos 1 de cada 10 gimnasios visitados. Finalmente, tan sólo un 15% de los gimnasios permanece cerrado los fines de semana (tanto en sábado como en domingo). Destacan negativamente los de Cádiz ya que 9 de cada 10 no abren sábados ni domingos y el único que lo hace abre tan sólo el sábado. Y tan sólo el 12% de los gimnasios visitados permanece cerrado durante el mes de agosto. Debe señalarse que 9 de cada 10 gimnasios murcianos cierra durante este mes, así como el 40% de Castellón y 2 de cada 10 gimnasios valencianos. En el resto de ciudades analizadas ninguno de los gimnasios analizados cierra en agosto. El 20% de estos gimnasios que cierran durante el mes de agosto lo hace durante 15 días mientras que el 80% cierra todo el mes.

Hay que valorar los servicios que ofrece cada gimnasio

Siguiendo con los servicios que los gimnasios ofrecen a sus clientes, 3 de cada 4 no disponen de baño turco, pero en los de Vitoria, el 80% disponen de este servicio. Otro tanto sucede en la mitad de los gimnasios visitados en Bilbao.
Los principales beneficios del baño turco o «hamman» son su efecto hidratante, la descongestión de las vías respiratorias y la limpieza de la piel por la apertura de los poros. Por otra parte, la mitad de los gimnasios visitados ofrecen masajes para los usuarios, de pago en todos. Positivamente destacan Vitoria y Madrid, ya que 9 de cada 10 gimnasios visitados en estas ciudades disponen de este servicio, recomendable para la recuperación y prevención de lesiones, la relajación de las distintas zonas del cuerpo, la mejora circulatoria, dolencias cervicales, lumbalgias, etc.

Por otro lado, sólo 2 de cada 10 gimnasios organizan actividades fuera de sus instalaciones. Entre estas actividades destacan: campeonatos deportivos, actividades y clases colectivas en el exterior, reuniones, excursiones para los socios, etc.

Continuando con los servicios, tan sólo el 29% de los gimnasios disponen de servicio de bar o cafetería. Ninguno de los gimnasios visitados en Cádiz, así como 9 de cada 10 de Bilbao, Castellón, Murcia y Valencia disponen de este servicio. Positivamente destacan los de Barcelona, ya que el 60% disponen de bar o cafetería. También se han visto en la mitad de los gimnasios de Vitoria, San Sebastián y Pamplona. Y sólo uno de cada 10 gimnasios dispone de restaurante. Destacan San Sebastián, Madrid y Barcelona, ya que 3 de cada 10 gimnasios cuentan con restaurante.

Tan sólo el 7% de los gimnasios visitados facilita el aparcamiento a sus usuarios. Destacan los de Vitoria ya que el 30% disponía de parking gratuito. También en Madrid 3 de cada 10 gimnasios disponen de aparcamientos, aunque en 2 hay que pagar. El precio por hora de aparcamiento oscila entre el 1,35 y los 7,25 euros/ hora.

Entre los nuevos servicios destacan los centros y gabinetes de estética. Más de 1 de cada 3 gimnasios visitados disponen de ellos. Dentro de estos servicios se incluyen: depilación (facial y corporal), manicura, maquillaje, peluquería, pedicura, exfoliación, tratamientos faciales y corporales, limpieza de cutis, micropigmentación, etc. Todos estos servicios tienen una tarifa especial, aunque algunos establecimientos hacen ofertas especiales para los socios del gimnasio. Destacan los visitados en Vitoria, ya que 8 de cada 10 disponen de estos servicios. Sin embargo, tan sólo 1 de cada 10 gimnasios visitados en Burgos cuentan con este servicio.

Otro de los nuevos servicios que los gimnasios realizan para con sus clientes es el alquiler de toallas. Tan sólo 1 de cada 3 gimnasios visitados lleva a cabo esta práctica, muy recomendable ya que en casi todos ellos se exige la colocación de las mismas durante la realización de algunas actividades. Por ello, muchos usuarios, prefieren pagar por el alquiler de estas toallas y no tener que llevar dos en su equipaje (una para el ejercicio y otra para la ducha). Además, incluso alguno de los gimnasios ofrece alquiler de albornoz. Ninguno de los establecimientos de Cádiz, Castellón y Murcia disponen de este servicio. El precio medio diario de alquiler de una toalla fue de 0,8 euros, aunque se encontraron gimnasios que llegan a cobrar 2 euros diarios por este servicio (un gimnasio de A Coruña) y otros que las cedían para su uso de forma gratuita (2 de A Coruña y Vitoria y 1 de Bilbao, Barcelona, Málaga, Madrid y Bilbao). Otro servicio es el alquiler de taquillas (distintas a las de los vestuarios, de uso diario) en los que se puedan guardar, de forma permanente equipamientos y útiles deportivos (raquetas, zapatillas, etc.) o de higiene personal (gel, champú, desodorante, etc.). Por ello, deben ser suficientemente espaciosas. El alquiler de este tipo de taquillas se realiza de forma permanente, abonando el usuario una cantidad mensual, semestral o anual.

Uno de cada 4 gimnasios ofrece este útil servicio a sus clientes, destacando los gimnasios visitados en Barcelona ya que el 80% ofrece esta posibilidad. En San Sebastián y Madrid esta cifra alcanza el 50% de los gimnasios. Sin embargo, ninguno de los gimnasios de A Coruña, Cádiz y Murcia cuenta con esta posibilidad.

Por otra parte, el 56% de los gimnasios visitados cuenta con aparatos bronceadores. Destacan los gimnasios visitados en Vitoria, ya que la totalidad de los mismos dispone de estos aparatos. Lo mismo ocurre en 9 de cada 10 gimnasios de San Sebastián, 8 de cada 10 de Bilbao y en 7 de cada 10 de Madrid, Castellón, Burgos y Barcelona. La totalidad de gimnasios que disponen de máquina de bronceado cobra a sus socios por este servicio. El precio medio de una sesión de bronceado es de 4 euros. La ciudad más cara en este sentido es Murcia, ya que los gimnasios que disponen de este servicio cobran 7 y 12 euros por sesión. Las más baratas son A Coruña (2,7 euros de media por sesión), Castellón (3,1 euros de media) y Málaga (3,3 euros de media).

Gran parte de los gimnasios que cuentan con máquinas bronceadoras ofrecen bonos, de 5 ó 10 sesiones generalmente, que hacen que el precio por sesión resulte más económico.

Los beneficios de la práctica deportiva y tabla comparativa

Quienes practican deporte con regularidad mejoran su estado de salud y su calidad de vida, porque la realización regular y sistemática de una actividad física adecuada para las circunstancias particulares de cada persona, es sumamente beneficiosa para la prevención de enfermedades y para el desarrollo y rehabilitación de la salud, además de un medio excelente para mejorar el equilibrio personal y reducir el estrés.

A nivel físico

A nivel psíquico

Cada persona necesita realizar algún tipo de ejercicio físico para mejorar los aspectos que más le interesen. En este sentido, un ejercicio saludable debe cumplir una serie de requisitos:

Cómo sacar el máximo rendimiento a su trabajo en el gimnasio

Ser constante, la clave

Las razones que provocan esta falta de constancia son varias y de diversa naturaleza. Los primeros esfuerzos se ven recompensados rápidamente con un mayor tono físico, pero el problema surge cuando el cuerpo tarda más tiempo en mostrar esos resultados tan deseados. Esta es una de las razones más comunes que suponen el abandono de la cita con el gimnasio.

Consejos para mantener el hábito

¿Qué hacer en el gimnasio?

La llegada de un cliente a un gimnasio implica necesariamente una información de las actividades y servicios que se ofrecen. Sin embargo, a menudo, la información facilitada conduce a la confusión y desorientación del usuario. Esto es debido a que en cada gimnasio muchas de las actividades tienen nombres diferentes a los del resto de establecimientos.

Por citar un ejemplo, la actividad realizada en una bicicleta estática dirigida por un monitor y apoyada por la música, recibe nombres tan dispares como: «Fit Bike», «Spinning», «Ciclismo Indoor», «Hot Cycling», «Fit Spin», «Spin Bike», «Ciclo Bike» o «Ciclo Indoor»

Estas diferentes denominaciones de las actividades llevadas a cabo dentro de cada gimnasio son debidas a que gran parte de ellas son conceptos protegidos por la ley de registros y marcas internacional. Por supuesto, la utilización de estos nombres por parte de un gimnasio implica que éste paga derechos y cánones: el monitor debe realizar una serie de cursos, pagando por ellos y, además, utilizar los equipamientos (máquinas, música, etc) facilitados por esa marca.

Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, la actividad sigue siendo la misma o similar, lo único que cambia es el nombre que recibe en cada gimnasio.

Entre las actividades que se pueden realizar en un gimnasio destacan:

Cómo elegir un buen gimnasio

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Categoría: Salud Pública.




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