Té y café, ¿con o sin leche?


Se analiza si su adición modifica la actividad biológica de los compuestos antioxidantes de estas bebidas

La combinación automática y aprendida de muchos alimentos no siempre es idónea si se pretende maximizar el rendimiento nutritivo de cada uno de ellos. Éste es el caso del café y el té, dos bebidas de consumo cotidiano y frecuente. El primero, mezclado con leche, es habitual tanto en los desayunos como en el tentempié, una mezcla que se discute por la posibilidad de que reduzca la capacidad antioxidante de sus compuestos o que afecte a la biodisponibilidad de algún nutriente de la leche. En relación al té, se debate si la adición modifica la actividad biológica de la planta, es decir, la acción preventiva antioxidante y vasodilatadora de las catequinas, y en qué medida.

Té, cómo tomarlo

En Francia se ha llevado a cabo un estudio con una base similar al primero: comprobar los efectos de la adición de la leche sobre las propiedades antioxidantes del café. Se parte de la base de que el café provee a la dieta de ácido 5-o-cafeoilquínico, considerado un tipo de ácido clorogénico reconocido por su poder antioxidante. Los autores comprobaron que añadir un 25% de leche provoca la unión del 40% de ácido clorogénico a las proteínas de esta bebida. Comprobaron «in vitro» que estas interacciones químicas tienden a disminuir durante la digestión gástrica e intestinal, un aspecto que sugiere que la adición de leche al café no tendrá ningún efecto significativo en el poder antioxidante de éste.

El chocolate negro es una fuente dietética interesante de catequinas. Por analogía, el consumo del producto puro conservará su capacidad antioxidante. ¿Pero qué ocurre con el chocolate con leche en pastillas o a la taza? Hasta ahora se sabe que la concentración de antioxidantes en el chocolate puro es mayor que en la mezcla.

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Categoría: Nutrición y Dietética.




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