Tiroiditis de Hashimoto
Se trata de una inflamación crónica del tiroides, probablemente de naturaleza autoinmune. Puede coexistir con otras enfermedades autoinmunes, entre las cuales figura la anemia perniciosa, síndrome de Sjögren, hepatitis crónica, LES, artritis reumatoide, insuficiencia suprarrenal y diabetes mellitus. El bocio puede ser asimétrico. Los pacientes pueden ser metabólicamente normales, pero termina por sobrevenir la insuficiencia tiroidea. Esta última se manifiesta inicialmente por una elevación de la TSH sérica. Después disminuye la T4 sérica, y cuando cae la T3 sérica, su descenso va seguido de franco hipotiroidismo. Casi siempre existen títulos elevados de anticuerpos antimicrosómicos tiroideos. Estos anticuerpos pueden causar simultáneamente tiroiditis e hipertiroidismo (la denominada Hashitoxicosis). Está indicado un tratamiento con dosis sustitutivas de levotiroxina. En algunos pacientes el tratamiento se acompaña de regresión del bocio.
La tiroiditis de Hashimoto es una inflamación de la glándula tiroides. Fue denominada así, en honor al Dr. Japonés Hakuro Hashimoto, quien fue el primero en describirla en 1912.
A esta enfermedad se le clasifica dentro del grupo de enfermedades autoinmunológicas y representa el tipo más común de hipotiroidismo (patología en la que la tiroides no es capaz de producir suficiente hormona tiroidea para que el cuerpo funcione con normalidad).
La tiroiditis de Hashimoto o enfermedad de Hashimoto, también es conocida con otros nombres como Tiroiditis linfocítica, Tiroiditis Crónica, Tiroiditis autoinmunitaria o Bocio linfadenoide
CAUSAS
La tiroiditis de Hashimoto es ocasionada por una reacción del sistema inmunitario contra la glándula tiroides. El organismo no reconoce a la tiroides como propia y procede a destruirla mediante anticuerpos que produce el sistema inmune.
También puede se provocada por intervenciones quirúrgicas de la tiroides o por tratamiento radiactivo.
Es como si el organismo no reconociera al tiroides como propio, por lo que procede a su destrucción por medio de anticuerpos que produce el sistema inmune.
SÍNTOMAS
Es posible que no se presenten síntomas o que estos se confundan con otras condiciones o problemas médicos.
Sin embargo, los síntomas más frecuentes son: Bocio (protuberancia en el cuello o cuello grueso), Fatiga, Debilidad muscular, Aumento leve de peso, piel seca, estreñimiento, pérdida de cabello, dificultad para concentrarse, menstruación irregular y abundante, intolerancia al frío, Glándula tiroides pequeña o atrófica (en las últimas etapas de la enfermedad).
Otros síntomas adicionales que podrían presentarse son: rigidez articular, hinchazón fácil, y aumento involuntario de peso.
FACTORES DE RIESGO
La tiroiditis de Hashimoto afecta con mayor frecuencia a las mujeres de 40-50 años, aunque puede presentarse a cualquier edad y también en personas del sexo masculino. Puede ser hereditaria, su inicio es lento y pueden pasar meses o hasta años para detectarla.
Se estima que la tiroiditis de Hashimoto afecta entre el 0.1% y el 5% de los adultos en los países occidentales. Con menor frecuencia, la enfermedad de Hashimoto se presenta con hipoparatiroidismo, insuficiencia suprarrenal e infecciones micóticas de la boca y las uñas, en una afección denominada sindrome autoinmunitario poliglandular tipo 1 (PGA I).
PREVENCIÓN
No se conoce una manera de prevenir la tiroiditis de Hashimoto, pero conocer los factores de riesgo puede permitir diagnósticos y tratamientos tempranos.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico de la tiroiditis de Hashimoto se hace a través de un examen e historial clínico completo, puede incluir exámenes de sangre para determinar los niveles de hormona de la tiroides y anticuerpos tiroideos.
Aunque no hay tratamiento específico para la tiroiditis de Hashimoto, éste se basa en determinados factores como: el estado general de salud e historial médico del paciente, su tolerancia a ciertos medicamentos y terapias, el grado de avance de la enfermedad, sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad, la opinión o preferencia del paciente.
Algunos de los exámenes de laboratorio que pueden determinar el funcionamiento de la tiroides son:
Examen T4 libre (baja), TSH en suero (alta), T3 (baja o normal).
POSIBLES COMPLICACIONES
Esta afección puede estar asociada con otros trastornos autoinmunitarios.
PRONÓSTICO
Generalmente, el resultado del tratamiento es bueno, pues la enfermedad permanece estable por años o progresa lentamente hacia un cuadro de deficiencia de hormona tiroidea (hipotiroidismo) que se puede tratar con terapia de reemplazo tiroideo, aunque si el bocio no mejora, una cirugía podría ser requerida.
Cuando esta enfermedad se presenta con insuficiencia suprarrenal y con diabetes tipo 1, recibe el nombre de síndrome autoinmunitario poliglandular tipo 2 (PGAII), aunque esto es menos frecuente.
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Categoría: Glosario Médico.
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