Vivir en pareja cuando se rondan los 50 reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer


Vivir en pareja disminuye el riesgo de desarrollar Alzheimer y otras enfermedades mentales, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Växjö y el Instituto Karolinska de Suecia, cuyos primeros resultados fueron presentados ayer en la Conferencia 2008 sobre Enfermedad de Alzheimer de la Asociación Internacional de Alzheimer, que se celebra ahora en Chicago.

Según la experta en psicología Krister Hakansson, responsable del estudio, «este es un comienzo aplastante». «Se trata del primer estudio que realizo en este campo y los resultados son increíbles, ya que ponen al descubierto una muy fuerte correlación entre este tipo de factores sociales y el riesgo de desarrollar una demencia».

Las conclusiones de este nuevo estudio están basadas en los datos de un trabajo finés único, en el que 2.000 personas fueron estudiadas cuando rondaban los 50 años de edad y de nuevo 20 años después.

Normalmente, los investigadores que profundizan en el conocimiento de la demencia estudian sólo a los individuos mayores. Sin embargo estudios anteriores han demostrado que un estilo de vida activo, tanto intelectual como socialmente, puede hacer que baje el riesgo de desarrollar una demencia.

Partiendo de que la vida en pareja conlleva una considerable estimulación social e intelectual, el punto de partida de este estudio era averiguar si vivir en pareja protege a estos individuos contra la posibilidad de desarrollar una demencia.

Los viudos corren el mayor riesgo

Los resultados demuestran que la gente casada o que vive con su pareja cuando su edad ronda los 50 años corren la mitad de riesgo de desarrollar demencia que los individuos que viven solos, incluso controlando otros factores de riesgo, como la edad.

También afectan al desarrollo de la demencia cuánto tiempo ha estado soltera una persona y por qué motivos. Aquellos que han vivido solos durante toda su vida de adultos multiplican por dos su riesgo de desarrollar estas enfermedades, mientras que quienes se divorciaron en el ecuador de sus vidas y continuaron sin pareja multiplicaban hasta por tres el riesgo de demencia.

Sin embargo, el mayor riesgo lo corren los viudos y las viudas. Según este trabajo, aquellas personas que pierden a sus parejas en la mediana edad y después continúan viviendo solos llegan a correr un riesgo de desarrollar demencia seis veces mayor que los emparejados.

«Esto sugiere que existen dos importantes factores: la estimulación social e intelectual y el trauma», destacó la experta, que añadió que, «en la practica, esto demuestra la importancia de dedicar recursos a ayudar a las personas que están sufriendo una crisis».

«Si nuestra interpretación se mantiene, una intervención estratégica puede incluso ser beneficiosa para toda la sociedad, ya que los costes del cuidado de la demencia son muy elevados», señaló Hakansson, quien apuntó como futuras lineas de investigación descubrir si, en el desarrollo de estas enfermedades, influye o no la felicidad de la pareja o si influye o no el hecho de que la persona haya planeado vivir toda su vida soltera.

Califica este Artículo
0 / 5 (0 votos)

Categoría: Neurología.




Deja una respuesta