Apoyo clínico a la mujer gestante
Examen mamario. Diagnóstico de las mamas y pezones En el primer control prenatal debe hacerse un detenido examen de las mamas. Se observa la forma, el tamaño, asimetrías, indicios de cirugía previa, formación de hoyuelos, descamaciones, cambios de coloración, durezas a la palpación. Si hay sospechas de alguna anormalidad, referir a la paciente para un examen especializado. Si hay glándulas supernumerarias, evaluarlas, y si está indicado, extirparlas antes del segundo trimestre. En cuanto a los pezones, se debe observar si son pequeños, alargados, planos, umbilicados, simétricos, y la textura de su piel. Luego, se observa su protractilidad.
Es necesario observar y comentar con la madre sobre las modificaciones que se han producido en los pechos preparándose para la lactancia y darle la oportunidad de consultar sobre alguna duda presente e insistirle que el tamaño de ellos no está en relación con la cantidad de leche que pueden producir. Si hay secreción de calostro, explicarle el significado que éste tiene, que se considera un hecho normal y que no es conveniente manipular los pezones para extraerlo (riesgo de infección). Recordemos que el mecanismo principal de la extracción de leche es la succión con apoyo de los labios del niño en la areola, por lo que el pezón cumple un rol más bien pasivo de alargarse y depositar la leche más profundo en la boca del niño. Aunque son más frecuentes las dificultades, una lactancia puede desarrollarse exitosamente en madres con pezones planos y/o umbilicados. Un énfasis excesivo en “el problema del pezón” puede afectar negativamente la lactancia, sin que se pueda ofrecer tratamientos efectivos.
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Categoría: Fertilidad y Embarazo.
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