La anticoncepción postparto


Dado el temor de muchas mujeres a un nuevo embarazo y a los costos nutricionales de los embarazos muy seguidos, es importante la orientación y consejería sobre los métodos más adecuados para usar en este período. En general, se recomiendan los métodos no hormonales como los dispositivos intrauterinos, la amenorrea de lactancia y los métodos de barrera y los métodos de progestágeno solo iniciados después de las 6 semanas postparto. Es difícil usar los métodos de abstinencia periódica en esta etapa por la irregularidad de los primeros ciclos postparto.
Métodos Anticonceptivos durante la lactancia Cuando la madre no puede amamantar a su hijo en forma exclusiva, el ciclo normal de producción de hormonas ováricas se reanuda entre las 6 y 12 semanas después del parto, aumentando la posibilidad de un nuevo embarazo (reaparición de la menstruación, retorno al trabajo fuera del hogar). Es el momento de recomendar algún método de regulación de la fertilidad para evitar una nueva gestación, y prolongar el período intergenésico idealmente hasta 2 años.
Anticonceptivos no hormonales Los métodos de barrera y los dispositivos intrauterinos (DIU) no influyen en la lactancia ni afectan el crecimiento del niño.
Anticonceptivos hormonales Durante los primeros seis meses de lactancia no deben usarse anticonceptivos hormonales combinados ya que contienen estrógeno, y pueden afectar la composición de la leche y la duración de la lactancia. Las progestinas solas son muy efectivas en esta etapa, no tienen efectos adversos sobre la lactancia o el crecimiento del niño; pueden ser usados por vía oral o por sistemas de depósito (inyectable, implantes subdérmicos) después de las 6 semanas post parto. Las progestinas inyectables producen niveles de esteroides más altos en la leche que los comprimidos orales o los implantes; el efecto a largo plazo de estos esteroides no ha sido evaluado. Las progestinas solas por vía oral pueden ser menos efectivas que otros métodos cuando son usadas por mujeres que no están lactando, ya que la eficacia de este método puede verse más afectada cuando se olvidan píldoras que en el caso de los hormonales combinados. Por esta razón es recomendable, si la mujer así lo estima conveniente, continuar con otra fórmula anticonceptiva cuando se inicia el destete.
Métodos de abstinencia periódica Los ciclos menstruales demoran en regularizarse después de un parto, por lo que es difícil saber cuáles son los días fértiles en la mujer que está amamantando, de manera que la abstinencia basada en el período fértil del ciclo no es confiable (método de Ogino-Knaus). El reconocimiento de los signos y síntomas de la fertilidad, como en el método de la ovulación o Billings, se puede aprender durante la amenorrea de lactancia para aplicarlo cuando se reinician los ciclos menstruales. La interpretación de la temperatura basal y de los cambios en el moco cervical puede ser más difícil durante la lactancia. Algunos estudios han encontrado tasas de embarazo algo más elevadas en los ciclos después de la amenorrea de lactancia, en comparación con las tasas observadas en mujeres que no amamantan.
Esterilización quirúrgica No hay evidencias que la esterilización quirúrgica afecte a la lactancia en sí, salvo que haya que separar al niño de la madre.
Amenorrea de lactancia exclusiva – MELA – como método para espaciar gestaciones El método de la amenorrea de lactancia (MELA) es el conjunto de condiciones que permiten alcanzar un elevado nivel de eficacia anticonceptiva a través de la lactancia exclusiva: • Estar en amenorrea; • Estar en lactancia exclusiva sin agregar suplementos a la dieta del lactante; • Estar en los primeros seis meses después del parto. Cuando no se cumplen alguna de estas condiciones, es necesario usar algún método anticonceptivo adicional si se desea evitar una gestación; para que la lactancia y la amenorrea se prolonguen, es importante que la mujer amamante con una alta frecuencia durante las 24 horas. El MELA sólo puede ser considerado cuando las mujeres han decidido amamantar en forma exclusiva por un tiempo prolongado. Cuando se cumplen las tres condiciones señaladas, la amenorrea de lactancia protege en forma eficaz a las mujeres y la tasa de embarazos en los primeros seis meses post-parto es de 0.5 por 100 mujeres con el uso correcto, y 2 con el uso típico, lo que es comparable a los métodos anticonceptivos más eficaces.
El estímulo de succión del pezón inhibe la maduración y la liberación de óvulos, retardando la menstruación. Es fundamental que este estímulo sea constante e intenso, es decir, que el niño mame frecuentemente de día y en la noche, 7 ó más veces en 24 horas. Cuando se le da al niño un chupete, mamadera, agua o comidas complementarias, o se modifican los horarios de amamantamiento por razones laborales, se reduce la eficacia de la lactancia como método anticonceptivo. Después de los primeros 6 meses, cuando se inicia la alimentación complementaria o reaparece la menstruación, aumenta la posibilidad de una nueva gestación, aunque permanece baja mientras continúa la lactancia como base de la alimentación.
En la práctica, la respuesta a tres preguntas permite estimar el riesgo de embarazo de la madre durante el período post-parto y orientarla: • ¿Ha tenido su primer sangrado post-parto? • ¿Está dando suplementos? • ¿Tiene su hijo o hija más de seis meses? Si la respuesta es NO: Informar que no necesita otro método anticonceptivo, pero que puede iniciarlo si lo desea. Si la respuesta es SI: La mujer tiene más riesgo de embarazo, y se debe recomendar el uso de otro método anticonceptivo y que siga lactando por la salud de su hijo o hija.
Conclusión
La lactancia y el período postparto son fundamentales en la vida reproductiva de una mujer, su hijo o hija y su pareja y la calidad de vida de los recién nacidos y su pronóstico a largo plazo dependen de lo que sucede en esta etapa. Este período afecta la vida de las mujeres y sus parejas por las razones biológicas descritas, por los cambios que experimentan su vida de relación y sus actividades cotidianas, por aspectos psicológicos y sociales como la adquisición de nuevos roles y responsabilidades y por el conflicto que pueden experimentar en relación a otros intereses y roles en la sociedad. La madre debería disponer de tiempo para la lactancia. El padre y otros miembros de la familia pueden ser un importante apoyo en el cuidado y atención emocional de otros hijos y puede hacerse cargo de algunas tareas domésticas.
La lactancia y la etapa postparto requieren atención especializada. Lo ideal es que los servicios de salud entreguen atención a madres y niños en forma conjunta, ya que lo que le pase a uno de ellos afecta al otro. Los proveedores de salud deben preocuparse tanto por el contenido como por los procedimientos y el estilo que se utilizan atendiendo a los aspectos biomédicos y psicosociales para darle a la madre, al padre y al niño o niña la atención, educación y apoyo que requieren para vivir esta etapa en forma sana y como una experiencia de crecimiento personal.

Hay aspectos fundamentales como la educación y consejería; el manejo adecuado de la lactancia, incluyendo el monitoreo del crecimiento del lactante y la administración de suplementos cuando son indispensables; los métodos anticonceptivos adecuados para el postparto; el cuidado de la salud de los niños y de las madres, incluyendo los aspectos nutricionales, la prevención de infecciones y su recuperación ginecológica. La calidad de la atención que se entrega es esencial, tanto desde el punto de vista técnico como de las relaciones interpersonales. Para las mujeres es importante ser tratadas con respecto y dignidad, recibir información oportuna en un lenguaje fácil, poder preguntar sus dudas y expresar sus temores, tener la libertad de elegir el método anticonceptivo y acceso a otros procedimientos que sean necesarios.

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Categoría: Fertilidad y Embarazo.




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