Qué es la anquilostomiasis y cómo se trata
La presencia de parásitos intestinales, frecuente en los niños, requiere de la atención del pediatra. No obstante, existen métodos naturales que contribuyen a combatir la enfermedad y no presentan contraindicaciones.
La anquilostomiasis es producida por un gusano o lombriz llamado anquilostoma, la enfermedad provoca anemia y trastornos digestivos debido a la presencia del parásito en el intestino. La infección se produce por la ingestión de agua o verduras contaminadas por huevos o larvas del parásito, que al desarrollarse en el interior del organismo se convierte en adulto.
Suele manifestarse también en niños que estén en contacto directo con tierra húmeda o fango, pues es allà donde se encuentran los anquilostomas en forma de larva. De cualquier forma, el parásito crece en el intestino anidando en el duodeno y absorbiendo sangre del organismo del niño.
Los sÃntomas son: tos, si las larvas pasaron a los pulmones, y dolores abdominales, diarreas y vómitos acompañados de anemia intensa, hinchazón generalizada e insuficiencia circulatoria cuando los parásitos se fijan en el interior del organismo.
Tratamiento de la anquilostomiasis
Tras la inmediata consulta médica, el especialista determinará mediante el análisis de la materia fecal la terapia a seguir. Entretanto, el tratamiento se orienta a mejorar el estado general del niño y en especial de los intestinos. Para ello, la alimentación debe ser rica en vitaminas y en ajo (el más poderoso antihelmÃntico y antiinfeccioso), cebolla, frutillas, nueces y zanahorias. Una cura de ajo seguida de un purgante natural como hojas de sen da excelentes resultados contra los parásitos.
Debe evitarse el consumo de azúcares y dulces en general. Se recomiendan los baños de asiento, los baños revitalizantes y las curas de sol para fortalecer el organismo del niño y, a fin de expulsar los gusanos, lo más recomendable es el aceite de quenopodio y el musgo de Córcega (se consiguen en las farmacias) en las dosis que se indican a continuación y cuidando de no excederse.
El primero se tomará en un dÃa de ayuno en tres dosis iguales (de 2 gotas para los menores de dos años, 3 gotas para niños de tres a cinco años, 6 gotas para niños de seis a diez años y 8 gotas para jóvenes de 11 a 16 años) separadas por espacio de dos horas. A las dos horas de la última toma, se proporcionará aceite de ricino. El musgo de Córcega, en cambio, se ingerirá en ayunas en dosis de uno a veinticinco gramos según la edad y después se tomará el aceite de ricino.
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Categoría: GastroenterologÃa.
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