Falsedades sobre la vejez


Alcanzar la vejez es un hecho fabuloso del que por desgracia no todo el mundo puede disfrutar, y aunque de cada vez son más las personas que “llegan a viejo”, aún perduran varias afirmaciones populares que en ocasiones no tienen ningún fundamento científico.
1. “Una persona mayor casi siempre está enferma”. FALSO.
Resulta evidente que, con el paso de los años, uno es más propenso a enfermedades y trastornos varios, pero ni la vejez es sinónimo de enfermedad, ni todas las personas mayores están enfermas.
En varios estudios reconocidos, se ha observado que el porcentaje de personas de entre 65 y 75 años que no manifiestan ningún tipo de discapacidad llega, en ocasiones, hasta más del 80%.
2. “En la tercera edad es muy difícil disfrutar de la vida sexual”. FALSO.
Tanto en hombres como mujeres maduras, se ha extendido algún tipo de leyenda urbana que cuenta que una persona mayor se ve muy limitada en el apartado sexual. Aunque sí disminuye la actividad sexual con el paso de los años, en la mayoría de casos el deseo erótico sigue intacto, y se puede seguir disfrutando de la sexualidad como antes, aunque con las limitaciones lógicas de la edad.
3. “A más edad, más inflexibilidad”. FALSO.
Otro mito muy concurrente en estos tiempos, y que afirma que un anciano no es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos. ¿Necesitamos poner el ejemplo de blogs como “A mis 95 años”, para dar una idea de a lo que puede llegar una abuela? No lo creemos necesario.
4. “A partir de determinada edad, la productividad no es posible”. FALSO.
Está claro que con el paso del tiempo, las fuerzas dejan de acompañar como antaño, y la mente puede jugar malas pasadas, pero de ahí a afirmar que una persona mayor es totalmente improductiva hay un buen trecho. La presencia de enfermedades sí afecta a la productividad, pero el paso de los años llevado de forma correcta, no.

5. “Un anciano no puede proporcionar ideas nuevas y es cerrado de mente”. FALSO.
Otra falacia más surgida de la nada. Tomando el ejemplo de España, donde parte de la gente mayor padeció los duros años de la Guerra Civil y Posguerra, podemos encontrarnos con que la gente entrada en años está más “chapada a la antigua”, pero esto ha venido dado por circunstancias históricas fuera de la normalidad.
Lo cierto es que cualquier anciano, pese a que envejece físicamente, puede seguir mintiendo un espíritu jovial, pudiendo innovar tan bien (o incluso mejor) que otras personas jóvenes.
6. “A las personas mayores les gusta sobremanera la soledad”. FALSO.
En ocasiones es normal que, no sólo a ancianos, sino a la mayoría de la población, nos guste disfrutar de un momento de soledad absoluta, pero, ¿a ti te gusta sentirte solo siempre? Pues claro que no, y un anciano piensa exactamente igual que una persona joven.
7. “Esos viejos pasan de todo, no se interesan por nada”. FALSO.
Tal vez deberíamos investigar más de cerca la vida de algunos abuelos para darnos cuenta de que no se limitan a pasarse el día tirados en el sofá. Lo que habitualmente sucede es que una persona mayor muestra interés por cosas de la vida que a los jóvenes normalmente no les interesan, y viceversa.
8. “Mejor prohibirles hacer determinadas actividades”. FALSO.
Otro factor que hace tener desconfianza hacia los ancianos reside en la creencia de que son más proclives a accidentarse, a no hacer bien las cosas, a no darles responsabilidades, etc. Con las restricciones evidentes de la edad, a los mayores no les podemos prohibir actividades que puedan seguir ejerciendo si ello no supone peligro alguno.

9. “Un mayor no aporta nada a la sociedad; es una carga”. FALSÍSIMO.
Hemos dejado esta falacia para el último puesto a propósito. ¿Cómo se puede ser tan ingenuo para afirmar que una persona mayor, después de todos los años con que ha contribuido a la mejora del estado, represente una “carga” para la sociedad? Sobran las palabras.

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Categoría: Tercera Edad.




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