Huerto en la ciudad: Construye un invernadero pequeño
A la hora de cultivar en casa, ya sean jardines de flores o un huerto casero para conseguir vegetales y frutas orgánicas, los invernaderos son una de las mejores “inversiones” que podemos hacer, y lo ponemos entre comillas porque se puede tener un invernadero pequeño en casa sin tener que gastar dinero, y utilizando materiales que tengamos a mano.
No necesitamos un invernadero de grandes dimensiones para que se pueda mejorar el rendimiento de nuestros cultivos, dado que tan solo basta con que las plantas se encuentres protegidas del viento, el frío y el calor extremos. Para ello podemos utilizar acrílico, nylon grueso, tejido media-sombra (en donde el sol arrecia) o inclusive vidrio. La estructura puede armarse con maderas, con los mismos vidrios o acrílicos o con alambres, y solo debemos asegurarnos que corra un poco el aire.
El placer de cultivar un huerto se amplía mucho si se le añade un pequeño invernadero.
El Invernadero permite por poco fasto estirar como mínimo por tres meses la explotación de su huerto, pues como mínimo permite anticipar las primeras siembras un mes y medio y retrasar la recolección de los últimos cultivos otro mes y medio.
Esto supone en climas cálidos permitir el cultivo de una forma continuada durante la totalidad del año, mientras que en los climas más frío sin llegar a tanto pues no compensa forzar la calefacción durante los meses crudos del invierno lo suficiente para cultivar, salvo que se posea una fuente de energía muy barata, como puedes ser quemar leña procedente de la poda de frutales o cosas por el estilo.
Pero aun en estos casos permite el cultivar plantas perennes que en condiciones normales perecerían en ese clima pero pueden sobrevivir refugiadas en el invernadero durante los meses más duros del invierno.
La primero que necesita decidir es el tamaño y la forma de mantener la temperatura que pretendes utilizar dentro del invernadero. Su tamaño debe estar en concordancia con el uso que piense darlo. Uno de los invernaderos caseros más sencillos es simplemente establecer un doble acristalado en el alfeizar, (o poyete), de la ventana de modo que entre ambos cristales que al mismo tiempo sirven de aislamiento a la vivienda, quede una superficie donde poner unas plantas que reciben la máxima posible de luz natural y a la vez se aprovechan en cierta medida del calor interior de la vivienda para elevar la temperatura de ese recinto respecto de la temperatura del exterior.
Difícil será que si la ventana esta bien orientadas no se pueda cultivar plantas con solo que aguanten temperaturas por encima de los 0 grados. Mejor que una ventana es cubrir una de esas terrazas de menos de un metro de anchura que rara vez tienen la más mínima utilidad. En un espacio así como el que se ve en la fotografía superior una inteligente distribución de cajones o tiestos en estanterías metálicas permiten el cultivo de una gran cantidad de plantas a resguardo de las heladas.
También los invernaderos caseros que se pueden colocar en una mesa de tablero con ruedas, de modo que lo saquemos al sol en las horas del día y lo recojamos en un recinto cerrado bajo cubierta, por ejemplo un garaje, bien diariamente al anochecer o solamente cuando, haya previsión meteorológica de heladas nocturnas. Una simple cubierta de una lámina de plástico apoyada en unas sencilla estructuras metálicas o de madera por encima de las plantas, permite aumentar mucho la resistencia de la plantas al frío.
Tanto en este caso como en el anterior se cuenta con el sol como principal sistema de calefacción y en recintos cerrados como sistema de producción de calor para los momentos mas difíciles. Tampoco siendo recintos pequeños y con pocas plantas, se ha previsto ningún sistema especial de riego pues basta una simple regadera para mantener húmedas las plantas que tengamos en esos lugares,
Si optamos por invernaderos estables de mayores dimensiones habremos de prever ambas cosas, un sistema de calefacción y un sistema de riego.
Mucha gente que desea un invernadero en su huerta, lo hace con el afán de producir alimentos en los que este controlado el uso de productos químicos, tanto abonos y plaguicidas bien de una forma estricta como se exige en los productos denominados ecológicos, como quien desea alimentos, a mi juicio igual de sanos, pero no rechaza que se hayan abonado moderadamente con fertilizantes químicos.
Los invernaderos caseros le permiten aumentar el autoconsumo a casi todo el año, tomando frescos o cocinados productos del propio huerto durante el invierno. El invernadero supone una inversión moderada pero ya a tener en cuenta en una economía familiar por ello dedicaremos unos post tanto a su construcción como a su selección ya prefabricados.
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Categoría: Ecología.
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