Anormalidades funcionales del bazo en niños
 El hiperesplenismo se define como el secuestro inÂadecuado de elementos sanguÃneos y puede ser primaÂrio o secundario. El hiperesplenismo secundario se relaciona muchas veces con esplenomegalia y secuesÂtro mecánico simple de eritrocitos, plaquetas y neutró-filos. La causa más frecuente de hiperesplenismo seÂcundario en niños es la hipertensión portal, aunque cualquier causa de esplenomegalia puede provocar hiÂperesplenismo. El tratamiento adecuado es la emboliÂzación de la arteria esplénica o ligadura de la arteria esplénica, aunque a veces se necesita esplenectomÃa. Al parecer, la trombocitopenia y la neutropenia produÂcidas por esta forma de hiperesplenismo tienen pocas secuelas. El hiperesplenismo primario no es consecuen cia de la esplenomegalia ni de otra causa indirecta. La esferocitosis hereditaria, eliptocitosis hereditaria y púrÂpura trombocitopénica idiopática son ejemplos de hiÂperesplenismo primario y se tratan más adelante. ReÂsulta paradójico, pero dado que el bazo puede ser sitio de hematopoyesis extramedular en los estados patolóÂgicos que causan hiperesplenismo primario, la extirpaÂción del bazo es nociva.
El hiposplenismo se identifica por la presencia de cuerpos de Howell-Jolly en los eritrocitos y mayor susÂceptibilidad a la infección con microorganismos encapÂsulados. La esplenectomÃa quirúrgica, la enfermedad de células falciformes con involución esplénica o la colitis ulcerativa conducen al hiposplenismo. Las enÂfermedades en las que hay sustitución del parénquima esplénico, como la sarcoidosis o la enfermedad de Gaucher, también provocan hiposplenismo. La imporÂtancia del hiposplenismo es el riesgo de sepsis posteÂrior a la esplenectomÃa.
Esferocitosis hederitaria
La esferocitosis hereditaria, o ictericia hemolÃtica congénita, es una alteración autosómica dominante, muy frecuente en descendientes de personas del norte de Europa. Se cree que esta afección se debe a la defiÂciencia de la proteÃna del citosqueleto espectrina. La deficiencia de espectrina permite que los eritrocitos sean esféricos. La esferocitosis hereditaria también puede ser un trastorno esporádico o autosómico recesivo. Los casos centinela en una familia se presentan por lo reÂgular con hiperbilirrubinemia, anemia y esplenomegaÂlia. En lactantes es probable que haya hiperbilirrubineÂmia indirecta, en tanto que la esplenomegalia aparece como signo muy tardÃo. Sin tratamiento, estos pacienÂtes desarrollan cálculos biliares de pigmento y pueden sufrir crisis aplásicas agudas o hemolÃticas desencadeÂnadas por las infecciones.
Por la forma anormal de los esferocitos, el bazo los secuestra en forma prematura, tal vez porque la forma esférica impide la flexibilidad normal necesaria para maniobrar a través de los cordones y senos del bazo.
El diagnóstico de esferocitosis hereditaria debe busÂcarse en pacientes con anemia, ictericia o esplenomeÂgalia. El frotis sanguÃneo muestra pequeños eritrocitos esféricos. El diagnóstico se establece al demostrar la mayor fragilidad osmótica de los glóbulos rojos cuanÂdo quedan expuestos a concentraciones altas de sodio. Los sujetos con sospecha de esferocitosis hereditaria también se someten a prueba de Coombs para descarÂtar causas inmunitarias de la anemia hemolÃtica.
Debido a la frecuencia de la litiasis biliar por pigÂmento, debe realizarse un estudio ultrasonográfico de rutina a todos los individuos mayores de 10 años en quienes se planea la esplenectomÃa. Dada la frecuencia mucho menor de litiasis en los niños más pequeños, es suficiente con la palpación de la vesÃcula biliar. Si se encuentran cálculos, se practican colecistectomÃa y esplenectomÃa simultáneas. Si se efectúa esplenectoÂmÃa laparoscópica, debe realizarse ultrasonido vesicular preoperatorio porque la «palpación» en busca de cálculos no es un método confiable. El riesgo de sepsis posterior a la esplenectomÃa es alto en los niños pequeÂños, por lo que la recomendación actual es esperar, de ser posible, hasta que los niños tengan por lo menos cinco o seis años antes de la esplenectomÃa. Sin embarÂgo, es probable que los pacientes con anemia grave necesiten una intervención más temprana. Algunas personas con esferocitosis hereditaria no tienen el tipo autosómico dominante de la enfermedad y no responÂden a la esplenectomÃa. A menudo, estos niños tienen episodios persistentes de anemia después de la operaÂción. Por el contrario, los individuos mayores con aneÂmia leve tal vez no requieran esplenectomÃa.
El bazo de los pacientes con esta enfermedad puede ser grande, pero no causa dificultades técnicas para la extirpación y puede extraerse por medio de laparoscoÂpia. Se administra la vacuna contra neumococos dos semanas antes de la operación, además de antibióticos posoperatorios profilácticos. Habitualmente, después de la esplenectomÃa se cura la anemia; por lo regular, los niños se sienten mejor y tienen una esperanza de vida normal. Es probable que las personas con la forma auÂtosómica recesiva de la enfermedad todavÃa requieran transfusiones. Después de la operación desarrollan a veces cálculos biliares de pigmento, pero no con la freÂcuencia suficiente para indicar la colecistectomÃa proÂfiláctica. También es posible que la anemia recurra por la hipertrofia de los bazos accesorios residuales; en consecuencia, es preciso intentar extirpar todos los bazos accesorios.
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Categoría: PediatrÃa.
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