Cuadro clÃnico de las hernias en niños
La marca distintiva de una hernia inguinal indirecta en un niño es un abultamiento en la ingle que se exÂtiende hacia la punta del escroto y que se observa con mayor frecuencia durante periodos de elevación de la presión abdominal (p. ej., llanto, risa, pujo). Por lo reÂgular, la hernia se reduce en forma espontánea con la relajación o también de manera manual con presión suave hacia arriba y posterior, directamente sobre la masa. La tracción caudal sobre el testÃculo ayuda en ocasiones a la reducción. El historial habitual obteniÂdo de los padres es de una tumefacción inguinal recuÂrrente que se reduce en forma espontánea, pero que aumenta de tamaño gradualmente o es más persistente y se torna más difÃcil de reducir. Algunas veces el cuaÂdro clÃnico inicial es la aparición súbita de la hernia con incarceración. En muchos casos el interrogatorio cuidadoso de la familia revela un antecedente consisÂtente con una protrusión inguinal o hidrocele comuniÂcante.
Muchas veces se refiere a un paciente después que el pediatra de la familia observó el abultamiento tÃpico de la hernia, pero el cirujano no es capaz de demostrar una hernia definida, incluso cuando se utilizan las maniobras como llanto y risa inducidos. En estos caÂsos, un interrogatorio confiable, además de la palpaÂción de un cordón engrosado cuando cruza el tubércuÂlo pélvico o la sensación palpable de un proceso perÂsistente grande conocido como «signo del guante de seda», es prueba suficiente para proceder a una hernioÂrrafia. Una conducta alternativa supone pedir a los paÂdres que regresen con el niño para examinarlo cuando se presente un abultamiento preciso. Esta conducta rara vez tiene éxito en la experiencia de los autores e impliÂca los riesgos de incarceración y sus peligros concuÂrrentes. Los cirujanos con experiencia pueden diagnosÂticar hernias pediátricas con una gran precisión meÂdiante el, interrogatorio y la palpación de la ingle. En alguna época se propusieron herniogramas para favoÂrecer el diagnóstico de hernia, pero las preocupacioÂnes sobre costo, complicaciones y radiación de las góÂnadas limitaron el entusiasmo por esta técnica. El ulÂtrasonido del conducto inguinal y el escroto no es inÂvasivo y a menudo permite el diagnóstico después de exámenes difÃciles o no concluyentes.
hernias inguinales directasÂ
En niños son raras las hernias inguinales directas . La presentación clÃnica es un poco diferente de las herÂnias indirectas. Las directas se presentan como masas en la ingle que se extienden a los vasos femorales con esfuerzos o el pujo. En una tercera parte de los casos se llevó a cabo una reparación previa de una hernia indiÂrecta en el lado de la hernia directa, lo que sugiere que durante la primera herniorrafia se lesionó el piso del conducto inguinal. Debido a que el defecto surge a tra vés de este último, hacia dentro de los vasos epigástriÂcos, la reparación consiste en reforzar el piso suturanÂdo la fascia transversal o el tendón conjunto al ligaÂmento de Cooper, en gran parte al igual que la técnica en adultos. Después de esta reparación es rara la recuÂrrencia en niños, en contraste con la de adultos. En el grupo de edad pediátrica rara vez se requiere material protésico para reparar una hernia directa u otros pro cedimientos, como la reparación preperitoneal.
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Categoría: PediatrÃa.
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