Selección de un donador de hÃgado para lactantes
La sustitución anatómica del hÃgado nativo en la posición ortotópica exige la selección o preparación quirúrgica del hÃgado donador para llenar pero no reÂbasar el espacio disponible en el receptor. Cuando se utilizan aloinjertos de tamaño completo, es adecuado el órgano de un donador con una diferencia de 15 a 20% de peso mayor o menor al receptor, además de considerar el hábito corporal y factores que incremenÂtarÃan el tamaño abdominal del receptor, como la asciÂtis y la hepatosplenomegalia.
La preparación quirúrgica de un aloinjerto hepático con reducción de tamaño se basa en la anatomÃa de la vasculatura hepática y los conductos biliares.20 La conÂservación isquémica frÃa y prolongada permite la apliÂcación segura de la técnica quirúrgica hipotérmica neÂcesaria para la reducción. Los tres principales injertos reducidos que se emplean en la clÃnica y se preparan ex vivo son los lóbulos derecho e izquierdo y el segÂmento lateral izquierdo.
El injerto de lóbulo derecho, que utiliza los segmenÂtos 5 a 8, puede acomodarse cuando la diferencia de peso no es mayor de 2:1 entre el donador y el receptor. El grosor del lóbulo derecho limita la utilidad de este injerto en los receptores pequeños. El lóbulo izquierÂdo, que incluye los segmentos 2 a 4, es aplicable cuanÂdo la disparidad entre donador y receptor (D:R) es de 4:1 a 5:1; el segmento lateral izquierdo (segmentos 2 y 3) puede usarse con una disparidad D:R de peso hasta de 10:1. Para un injerto del lóbulo izquierdo o dereÂcho, la resección parenquimatosa sigue el plano lobuÂlar anatómico a través de la fosa vesicular hasta la vena cava.2°,21 Se prefiere una técnica de aplastar y anudar para lograr un cierre adecuado de las estructuras vascuÂlares y biliares. La vena hepática media se conserva con el lóbulo izquierdo y se sacrifica en la preparaÂción del lóbulo derecho. El colédoco, la vena porta y la arteria hepática se dividen y ligan a nivel de la confluencia derecha o izquierda. La vena cava se deja incorporada al injerto, sea en la preparación del lóbulo izquierdo o en la del derecho. La reducción de la vena cava por resección y cierre de la pared posterior de la misma sólo se necesita en algunas ocasiones. Es preÂciso efectuar la resección de la porción protruyenÂte inferior del lóbulo caudado durante la preparación del lóbulo izquierdo para disminuir la probabilidad de angulación arterial, lo cual provocarÃa trombosis arterial. Esto también facilita el acortamiento de la vena cava inferior para ajustarse a un receptor peÂqueño.
Cuando se utilizan aloinjertos del segmento lateral izquierdo, la disección parenquimatosa sigue el borde derecho del ligamento falciforme con conservación de las estructuras izquierdas del hilio. Se prefiere la imÂplantación directa de la vena hepática izquierda denÂtro del orificio combinado de las venas hepáticas dereÂcha o izquierda media y la hepática media en la vena cava del receptor; la vena cava del donador no se conÂserva con este aloinjerto segmentario.
La reconstrucción biliar en todos los tipos de aloinjerÂto se logra mediante la coledocoyeyunostomÃa termiÂnolateral. La reconstrucción primaria de la vÃa biliar no se practica con los aloinjertos de tamaño reducido por el riesgo de isquemia en el colédoco. Las vÃas biliares reciben irrigación de un denso plexo arterial que transÂcurre dentro de la «vaina vasobiliar» de tejido conjuntivo común.23 La disección debe limitarse a la necesaria para identificar la vÃa biliar para establecer la anastomosis.
El uso de donadores vivos aumentó de modo consiÂderable en los últimos años porque se demostró la seÂguridad y éxito de este procedimiento. En la mayorÃa de los casos pediátricos se emplea el segmento lateral izquierdo. Se realiza la disección in situ del segmento lateral izquierdo con conservación de la integridad vascular del donador hasta la división parenquimatoÂsa, como se describió antes. Al momento de obtener el injerto, la vena hepática izquierda se divide a partir de la vena cava y la rama izquierda de la porta y la arteria hepática propia se retiran con el aloinjerto. Si es posiÂble, se mantiene la continuidad vascular de las ramas de la vena porta al segmento 4. En los últimos años se ha obtenido más experiencia con el uso del lóbulo deÂrecho como aloinjerto de donador vivo para receptores más grandes, como adolescentes y adultos.La conserÂvación en frÃo y la implantación siguen las técnicas normales de trasplante hepático ortotópico con reducÂción de tamaño.
Uno de los elementos crÃticos del trasplante con donador vivo es la selección apropiada del donador, casi siempre uno de los padres o un familiar. Este proÂcedimiento se lleva a cabo asumiendo que es posible garantizar la seguridad del donador y que el estado de su hÃgado es normal. Los donadores deben tener entre 18 y 55 años de edad, tener un tipo sanguÃneo ABO compatible y estar libres de cualquier padecimiento agudo o crónico. Después de un examen médico y psiÂcológico satisfactorio realizado por un médico que no participe en forma directa en el programa de trasplanÂte, se realiza una angiografÃa para valorar la anatomÃa arterial hepática, lo que excluye a los posibles donadoÂres con múltiples arterias en los segmentos 2 y 3 y facilita la disección mÃnima al momento del trasplante.
La experiencia ha demostrado que cuando los donaÂdores parecÃan inaceptables, el 90% de ellos se excluyó por datos del interrogatorio, exploración, pruebas de laboratorio y tipo ABO. Sólo 10% se excluyó después de la angiografÃa,La seguridad del donador ha sido excelente en todas las series con donadores vivos. Los esfuerzos para extender los lÃmites de la aceptabilidad del donador incluyen el uso de donadores con grupo ABO incompatible. Los protocolos para reducir las isoÂhemaglutininas preexistentes por intercambio de sanÂgre o plasma y la intensificación de la inmunosupreÂsión dan lugar a una supervivencia similar a la de los aloinjertos con ABO idéntico.
El injerto de hÃgado dividido se refiere a la preparaÂción de dos injertos de un solo donador. Con las técniÂcas ya mencionadas puede usarse un injerto de lóbulo derecho (segmentos 5 a 8) en un adulto o niño grande, mientras que el aloinjerto de segmento lateral izquierÂdo (segmentos 2 y 3) se trasplantan a un receptor más pequeño. A menudo, el segmento 4 se desecha si pareÂce isquémico al momento de la división hepática. MuÂchas veces son necesarios los injertos vasculares para obtener la longitud vascular suficiente para el implanÂte de uno o dos aloinjertos. Entonces se aplican las técnicas convencionales para implantar los aloinjertos respectivos. El uso de la’ división in situ del segmento lateral izquierdo, por ejemplo durante la procuración del hÃgado del donador vivo, conlleva una conservaÂción mucho mejor de ambos aloinjertos. Esta técnica posibilita la recolección secuencial del segmento lateÂral izquierdo seguido por el hÃgado restante con los demás órganos. En la actualidad, esta técnica es el método preferido para la preparación del hÃgado sepaÂrado para donación.
La selección de un segmento donador con la masa parenquimatosa adecuada para lograr la función aproÂpiada es un punto vital para el éxito del procedimienÂto. Sin embargo, aún no se establece la masa mÃnima necesaria para la recuperación. Cualquier cálculo debe considerar la pérdida de función después del daño por la conservación, el rechazo agudo y los problemas técÂnicos. Cuando el lÃmite de peso D:R queda dentro de la proporción normal de 8:1 a 10:1, el riesgo es mÃnimo. La estimación del Ãndice entre el peso del injerto donaÂdor y el peso corporal del receptor (IPID) tal vez sea un factor predictivo más preciso del volumen adecuado del injerto. Cuando esta proporción es menor al 0.7%, se afecta la supervivencia general del aloinjerto y la del paciente. En casos extremos en los que se utilizan inÂjertos pequeños para el tamaño, el flujo portal excesivo puede ocasionar necrosis hemorrágica del injerto. Los aloinjertos grandes para el tamaño (IPID > 5.0%) tieÂnen un efecto menos nocivo.
El uso creativo de las técnicas depuradas de trasÂplante de aloinjerto con reducción de tamaño ofreció nuevas alternativas de donador en casos individuales. La resección del lóbulo izquierdo del hÃgado nativo, seguida de trasplante ortotópico parcial auxiliar de un aloinjerto de segmento lateral izquierdo, ha tenido éxiÂto en personas con enfermedad metabólica (deficienÂcia de transcarbamilasa de ornitina, sÃndrome de CriglerÂNajjar) e insuficiencia hepática fulminante. Esto perÂmite la sÃntesis y función hepática normales al tiempo que deja el lóbulo derecho del donador en su sitio. La técnica de trasplante ortotópico parcial auxiliar tamÂbién se realiza con un donador vivo para indicaciones similares. La colocación auxiliar de un aloinjerto detamaño reducido también ha funcionado en la insufiÂciencia hepática fulminante en individuos que pareÂcÃan demasiado inestables para el trasplante ortotópiÂco. En estos casos, la recuperación final de la función del hÃgado nativo receptor permite suspender a veces la inmunosupresión y la atrofia del aloinjerto donador, si ya no es necesario para complementar la función del órgano.
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Categoría: PediatrÃa.
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