Situaciones especiales asociadas a apendicitis
q  Cuando un niño con derivación ven triculoperitoneal presenta fiebre, vómito, dolor en el cuadrante inferior derecho del abdomen, signos de peritonitis y elevación de la cuenta leucocitaria, el diagnóstico diferencial es apendicitis aguda o peritonitis a causa de infección en la derivación. Los datos del autor muestran que la apenÂdicitis aguda se desarrolla en uno de cada 1 100 paÂcientes pediátricos con una derivación ventriculoperiÂtoneal y que uno de cada 1 500 niños con apendicitis aguda tiene un cortocircuito de este tipo, por lo que las probabilidades de que se presenten las dos situaciones al mismo tiempo son escasas. Sin embargo, la omisión del diagnóstico y tratamiento correctos de la apendiciÂtis puede ser desastrosa. El ultrasonido es el mejor reÂcurso diagnóstico para establecer esta diferencia. Si el estudio ultrasonográfico muestra que el lactante o niño tiene el apéndice inflamado, se extirpa. Si el apéndice se rompió, debe exteriorizarse el extremo inferior de la derivación hasta que desaparezca toda la contaminaÂción peritoneal.
Las malformaciones congénitas del apéndice son raÂras y variables, desde la ausencia hasta la duplicación o un apéndice doble, lo cual se observa en presencia de gastrosquisis y malformaciones de la fisura vesicoÂintestinal.
Los cuerpos extraños consisten en huesos, mondaÂdientes y otros objetos delgados ingeridos. Pueden perÂmanecer asintomáticos u ocasionar apendicitis. La apendicectomÃa es el tratamiento de elección para los cuerpos extraños apendiculares retenidos.
Muchas veces se describe la presencia de oxiuros en el apéndice que se extirpa de niños pequeños. No proÂvocan apendicitis.
Los tumores apendiculares son raros, sean benignos o malignos. Es probable que el mucocele sea el tumor benigno más frecuentes. Es un quiste que contiene moco y se forma distal a la obstrucción luminal, a menudo después de un ataque de apendicitis aguda en el que no se extirpó el apéndice o tras la apendicectomÃa cuan-do no se invirtió o cauterizó el muñón apendicular. Estos tumores son raros, pero pueden alcanzar grandes dimensiones; si no se complican por infección o hemoÂrragia, las más de las veces permanecen asintomáticos. Si se identifican deben extirparse porque la rotura conÂduce a un seudomixoma peritoneal.
La inversión apendicular quirúrgica dentro del ciego es una causa inusual, pero publicada, de intususcepÂción ileocólica. Los signos y sÃntomas de este cuadro son tÃpicos de una intususcepción, según lo revelan el interrogatorio, exploración y enema con medio de conÂtraste. La presencia de un defecto de llenado persisÂtente en el ciego requiere laparotomÃa y resección.
El carcinoide es un tumor apendicular infrecuente en la población pediátrica que puede ser maligno. El carcinoide apendicular aún es la neoplasia más frecuenÂte del tubo digestivo en la infancia. Por lo general, el patólogo descubre la neoplasia de manera incidental. El carcinoide apendicular es diferente de los que se forman en el intestino delgado, ya que proviene de céÂlulas endocrinas subepiteliales y su crecimiento se liÂmita a la lámina propia, debajo de la cripta epitelial y sin conexión con las células endocrinas de las criptas mucosas de Lieberkühn (células de Kulchitsky). Los carcinoides apendiculares tienen una reactividad inÂmunológica intensa con la proteÃna S-100. La mayorÃa de estas malformaciones se encuentra en la punta del apéndice. No hay informes de sÃndrome carcinoide (ruÂbor o diarrea) en el paciente pediátrico con carcinoide apendicular. Casi todas estas tumoraciones miden meÂnos de 1 cm. A pesar de que sólo la tercera parte de estas lesiones se limita a la mucosa apendicular, es freÂcuente la invasión linfática y rara la invasión vascular. En los estudios de seguimiento durante muchos años, pocas veces, si acaso, hay enfermedad residual, metasÂtásica o recurrente después de la apendicectomÃa. Con base en estos hallazgos, un tumor carcinoide en el apénÂdice de lactantes y niños sin metástasis al momento del diagnóstico parece ser un proceso benigno que sólo requiere apendicectomÃa. La hemicolectomÃa derecha debe realizarse únicamente en los individuos con tuÂmores de 2 cm o mayores. Los que finalmente mueren por esta enfermedad son los que sufrÃan metástasis evidentes al momento del diagnóstico.
No hay informes de adenocarcinoma del apéndice en pacientes pediátricos, aunque algunos informes iniÂciales calificaban erróneamente a los carcinoides como adenocarcinoma de grado
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Categoría: PediatrÃa.
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