Tratamiento del reflujo de los lactantes
La edad del paciente y la presencia o ausencia de complicaciones son los principales factores determiÂnantes para el tratamiento. El vómito observado en la primera semana de edad se presenta sin esfuerzo, por lo regular cuando se coloca al lactante en posición hoÂrizontal después de alimentarlo y se alivia si se lo lleva a la posición vertical.» Muchas veces hay un alivio completo y definitivo de esta calasia con reflujo en unas cuantas semanas. La maduración progresiva del EEI puede explicar la evolución habitualmente benigna del vómito en estos lactantes.»
A pesar del efecto de la gravedad, los episodios de reflujo de los lactantes en la «silla de calasia» tan usual aumentaron cuatro veces en comparación con los lacÂtantes que se colocan en posición prona.En la actuaÂlidad, la posición recomendada para el tratamiento del RGE es la prona con la cabeza elevada unos 30°.Este tratamiento postural no está libre de problemas. El lacÂtante debe asegurarse en esta posición para que no se
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deslice hacia abajo o se gire a los lados. Además, la posición prona se ha sugerido como factor de riesgo para el sÃndrome de muerte súbita infantil, aunque no se ha demostrado una relación directa. El tratamiento postural es efectivo y se conserva como tratamiento adjunto cuando otras medidas no son efectivas o si el sujeto está más allá del riesgo del sÃndrome de muerte súbita infantil.
Las modificaciones dietéticas son medidas tradicioÂnales y a menudo parecen más útiles de lo que en reaÂlidad son. Por lo general, los alimentos frecuentes no son prácticos para los lactantes ni para sus padres. El espesamiento del alimento ayuda a reducir el vómito en estos individuos. Pueden usarse cereales de arroz, avena y cebada para este fin. Es probable que el RGE no se modifique.
En cuanto al tratamiento farmacológico, las alternaÂtivas son los antiácidos, antagonistas de los receptores H2, agentes procinéticos e inhibidores de la bomba de protones. Los antiácidos neutralizan el ácido gástrico y pueden tener cierta participación en el tratamiento de los niños mayores. Hay poca experiencia con su emÂpleo en lactantes, sobre todo por las dificultades con los intervalos de administración y los efectos colateraÂles. Los antagonistas de los receptores H2, en especial la ranitidina, se utilizan comúnmente y son efectivos en el tratamiento de la esofagitis. Estos fármacos auÂmentan el pH del estómago y disminuyen el gasto gásÂtrico.Ya se demostró que la ranitidina cura la esofagiÂtis.
Los agentes procinéticos actúan al incrementar el tono del EEI y mejorar la peristalsis esofágica y el vaÂciamiento gástrico. Hoy en dÃa, la cisaprida es el mediÂcamento de elección de esta categorÃa porque no sólo es efectiva, sino que carece también de efectos colateÂrales graves.En fechas recientes se publicaron alguÂnos efectos colaterales graves (arritmia cardiaca y muerÂte) en adultos que recibÃan cisaprida. Se presupone que estos efectos se deben a una sobredosis. El fármaco aumenta la amplitud de las contracciones peristálticas, eleva la,presión del EEI y acelera el vaciamiento gástriÂco. También se observó una reducción notoria del peÂriodo de reflujo y los grados leves o moderados de esoÂfagitis mejoran con su uso. De igual modo, minimiza los sÃntomas respiratorios en niños con fibrosis quÃstiÂca.65’86 Por desgracia, ninguno de los mecanismos menÂcionados tiene una efectividad consistente en el RGE grave.
El omeprazol, un inhibidor de la bomba de protones (o bomba de ácido), es el fármaco más notable conociÂdo para el tratamiento del RGE grave en niños. DesÂpués de los informes sobre su empleo exitoso en adulÂtos, se llevó a cabo un estudio en 15 niños con RGE complicado por esofagitis. En todos habÃa fracasado el tratamiento con antagonistas de los receptores H2 y agentes procinéticos y ocho mostraban daño neurolóÂgico. Después del tratamiento con omeprazol, todos experimentaron una mejorÃa clÃnica evidente. Después de seis meses de tratamiento con este fármaco, la esoÂfagitis, que en casi todos habÃa sido de grados 3 a 4, mejoró hasta los grados O a 1, según la endoscopia con biopsia.
En otro estudio se incluyó a 22 niños con RGE que no respondió a la ranitidina y cisaprida; se les admiÂnistró un curso de ocho semanas de omeprazol. Se observó mejorÃa de los sÃntomas y la endoscopia reveló curación o mejorÃa considerable del daño mucoso. Sin embargo, el Ãndice de relajaciones transitorias del EEI y los cambios de la presión del esfÃnter no se modificaÂron. El omeprazol actúa al reducir la acidez gástrica y no modifica los mecanismos del reflujo. Su potencia para la curación de la esofagitis por reflujo rebasa por mucho cualquier otro tratamiento farmacológico hasta la fecha.
Los resultados tan malos del tratamiento médico de la enfermedad por RGE grave y complicado en niños antes del omeprazol hicieron que el tratamiento quiÂrúrgico fuera la única alternativa razonable. Sin emÂbargo, este medicamento ha demostrado su seguridad y efectividad en la terapéutica de la enfermedad por RGE grave que no habÃa mejorado con otras alternatiÂvas médicas, incluida la operación antirreflujo. Los que abogan por el tratamiento con omeprazol critican a los cirujanos por la publicación de los resultados de las operaciones contra el reflujo y creen que los pacientes con enfermedad grave deben separarse de aquéllos con formas más leves del padecimiento. Tanto la fundupliÂcación como el omeprazol deben reservarse para niños con enfermedad por RGE en verdad grave. El omepraÂzol es una alternativa razonable para las personas en quienes no funcionó la intervención quirúrgica o que tienen factores de riesgo mayor para el fracaso quirúrÂgico. El tratamiento quirúrgico debe indicarse sólo para los que necesitan tratamiento de por vida y que tienen la mayor oportunidad de tener éxito con la operación.
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Categoría: PediatrÃa.
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